domingo, 31 de marzo de 2013

¿Qué Tan Simple Puede Ser la Vida?


En los días de Darwin, mucha gente aceptó, sin pensarlo dos veces, la teoría de la generacíon expontánea, que dice que la vida vino de la materia muerta. Era fácil de aceptar debido a que se desconocía mucho de la estructura celular. Ernest Haeckel, impulsor de Darwin en Alemania, declaraba que la célula era ‘una simple bolsita hecha de una combinación de carbono en forma de albúmina’.1 [Haeckel fue el notorio fraudulento que inventó los diagramas embriónicos promoviendo la idea errónea que el desarrollo de un embrión no es más que una recapitulación (seguimiento) del proceso evolutivo ancestral].2
Pero la ciencia moderna ha descubierto una vasta cantidad de información compleja específica, aún en los organismos auto-reproductivos más simples. El genoma más pequeño conocido de los organismos libres es el micoplasma genitalium que tiene 482 genes comprimidos en 580,000 bases.3 Claramente, estos genes sólo funcionan con una maquinaria pre-existente de traducción y replicación, una membrana celular, etc. Pero el micoplasma solo puede sobrevivir como parásito de organismos más complejos, que le proveen de nutrientes que él no puede fabricar. Por tanto, los evolucionistas deben explicar este hecho con un organismo libre 'más primitivo' y más complejo con aún más genes.
Recientemente, Eugene Koonin y otros trataron de calcular el mínimo de genes requerido para una célula viva, y dieron un resultado de 256 genes. Pero dudaban que ese organismo hipotético pudiera sobrevivir, pues tal organismo difícilmente repararía un daño en el ADN, no podría sintonizar finamente los genes restantes, no tendría la habilidad de digerir compuestos complejos, y necesitaría una provisión aceptable de nutrientes orgánicos en su medio.4
Aún así, este organismo ‘simple’ cuenta con mucha más información que la esperada con tiempo y suerte, y sin la selección natural. El teórico de la información, Hubert Yockey calculó que dada una fuente de aminoácidos puros y biológicamente activados, la cantidad total de información que pudiera ser producida, aún dándole 10 a la 9a años como los evolucionistas sugieren, sería un pequeño polipéptido midiendo 49 aminoácidos de largo.5 Éste es un 1/8 del tamaño (en su contenido de información) de una proteína típica, siendo que una simple célula hipotética como la mencionada arriba, necesita de al menos 256 proteínas. Además la estimación de Yockey presupone generosamente que los muchos obstáculos han sido superados, lo cual es una enorme suposición, como lo han demostrado muchos autores creacionistas.6
Nota Bene: La selección natural no puede ser invocada para explicar el origen, ya que ésta requiere que el organismo ya exista.

Referencias y notas

1. M.J. Behe, 'Darwin’s Black Box: The Biochemical Challenge to Evolution' (La caja negra de darwin: un reto bioquímico a la evolución), The Free Press, Nueva York, 1996, p.24. 
2. R.M. Grigg, ‘Ernest Haeckel: Evangelist for evolution and apostle of deceit’ (El evangelista de la evolución y un apóstol de la decepción), Revista Creation Ex Nihilo 18 (2):33-36, 1996. 
3. A. Goffeau, ‘Life With 482 Genes’ (Vida con 482 genes), Revista Science, 270(5235):445-6, 1995. 
4. W. Wells, ‘Taking life to bits’ (Llevando la vida a porciones), Revista New Scientist, 155(2095):30-33, 1997. 
5. H.P. Yockey, ‘A Calculation of the Probability of Spontaneus Biogenesis by Information Theory’ (Un cálculo de la probabilidad de biogénesis espontántea a través de la Teoría de la Información), Revista Journal of Theoretical Biology, 67:377-398, 1977. 
6. C.B. Thaxton, W.L. Bradley & R.L. Olsen, 'The Mystery of Life Origin' (El Misterio del Origen de la Vida), Philosophical Librery Inc. Nueva York, 1984; W.R. Bird, 1991; 'The Origin of Species: Revisited' (El Origen de las Especies: Revisitada), Thomas Nelson, Inc., Nashville, Tennessee, Volumen I Parte III, 1991; S.E. Aw, ‘The Origin of Life: A Critique of Current Scientific Models’ (El origen de la vida: una crítica de modelos científicos recientes), Revista Creation Ex Nihilo Technical Journal, 10(3):300-314, 1996; J.D. Sarfati, 1997 ‘Self-Replicating Enzymes?’ (¿Enzimas que se copian a sí mismos?) Revista Creation Ex Nihilo Technical Journal 11(1):4-6, 1997.

viernes, 22 de marzo de 2013

¿El Dios Bíblico es misógino?


por Kyle Butt
Ha llegado a ser cada vez más popular en nuestra cultura secular criticar severamente a Dios, la Biblia y la religión cristiana. Muchos libros muy vendidos de escritores ateos están llenos de acusaciones contra Dios y supuestas razones de por qué el cristianismo no puede ser la verdadera religión creada por un Dios moral. Una razón que la comunidad escéptica presenta comúnmente para rechazar la Biblia y el cristianismo es la manera en que supuestamente las Escrituras consideran a las mujeres. Según estos apologistas seculares, los escritores de la Biblia consideraron a las mujeres como criaturas inferiores que tienen menos valor que los hombres y que no merecen ser tratadas con el mismo respeto y dignidad.
Charles Templeton, un evangelista que se volvió escéptico, resumió claramente este enfoque cuando escribió, “La Biblia es un libro de hombres y para hombres. En su contenido las mujeres son criaturas secundarias y usualmente inferiores” (1996, p. 177). Además, se declara que el Dios de la Biblia y los varios escritores bíblicos odiaron a las mujeres. En su libro, La Falsa Ilusión de Dios, Richard Dawkins declaró que el Dios de la Biblia es “misógino” (2006, p. 31). Dan Barker hizo un enunciado similar cuando escribió: “Aunque la biblia no está en contra del aborto ni a favor de la familia, sí provee a los antiabortistas modernos la base bíblica para su motivación real detrás de sus enfoques: la biblia no está a favor de la vida, sino en contra de la mujer. El sistema patriarcal no tiene lugar para mujeres que son libres” (1992, p. 212, itálicas en original). El famoso escéptico Christopher Hitchens escribió:
También se puede encontrar una prueba consistente que la religión es antropomórfica y fabricada por el hombre en el hecho que es creada por “hombres”, en el sentido del género masculino… El Antiguo Testamento, como los cristianos lo llaman condescendientemente, considera a la mujer como un objeto del uso y la comodidad del hombre. El Nuevo Testamento revela que San Pablo expresó temor y desprecio por las mujeres (2007, p. 54).
¿Es verdad que la Biblia presenta un código de ética inmoral contra las mujeres y que falsifica la idea que su contenido fue inspirado por un Creador moral perfecto? Absolutamente no. De hecho, la verdad es todo lo contrario. La manera en que la Biblia trata a las mujeres se encuentra en armonía perfecta con la verdad y la enseñanza moral legítima. Las acusaciones contra la Biblia en este respecto son vacías y no se pueden usar legítimamente contra Dios o la inspiración bíblica. En cambio, las enseñanzas e implicaciones lógicas de la evolución atea no pueden resistir la investigación profunda. 

EL ENFOQUE DARVINIANO EN CUANTO A LAS MUJERES

El darvinismo ateo está plagado de muchos problemas morales. De hecho, se ha demostrado concluyentemente que sin la creencia en Dios, los conceptos como lo bueno y lo malo, lo moral y lo inmoral, no tienen significado (vea Butt, 2008). La misma existencia de la moralidad en el hombre solamente se puede explicar a través de un Creador moral sobrenatural. Por ende, cualquier intento de poner en duda la moralidad del Dios de la Biblia basado en ideas ateas está saturado de error y auto-contradicción desde el comienzo.
Además, las implicaciones lógicas del darvinismo guían al pensador honesto a la conclusión que la igualdad para todos los humanos es una ilusión. Charles Darwin no solamente admitió que la evolución implica que ciertas razas de personas son inferiores a otras, sino con la misma franqueza concluyó que las mujeres son inferiores a los hombres (vea Lyons y Butt, 2009). En su obra monumental, El Descenso del Hombre, Darwin escribió:
La distinción principal en las capacidades intelectuales de los dos sexos se demuestra en el hecho que el hombre ha obtenido una eminencia superior que la mujer, en lo que sea que emprenda—sea que esto requiera el pensamiento profundo o la imaginación, o simplemente el uso de los sentidos y las manos… [E]l promedio de la capacidad mental en el hombre debe estar por encima de la capacidad de la mujer… [F]inalmente el hombre ha llegado a ser superior que la mujer (1871, pp. 873-874, énfasis añadido).
Según Darwin, los hombres han evolucionado a un nivel más alto que las mujeres. Como evidencia de esta conclusión, él simplemente declaró que el hombre “ha obtenido una eminencia superior” en cada cosa que emprenda en comparación con la mujer. Si se usa esta clase de razonamiento, sería imposible juzgar a los hombres por tratar a las mujeres como inferiores, ya que si los hombres tienen la habilidad mental o física para tratar a las mujeres como inferiores, esto debe significar que son más aptos para sobrevivir y gobernar. Es irónico que la comunidad atea, que está tan enamorada de Darwin, sugiera que el enfoque bíblico en cuanto a la mujer es inmoral.
En realidad, si el enfoque ateo es correcto, entonces todas las sociedades dominadas por el hombre se deben al hecho que el hombre es más apto para dominar. Y ya que se desea la supervivencia del más apto, se debe concluir que una sociedad dominada por el hombre, donde se considere a la mujer como un ser inferior al hombre (como Darwin sugirió), debe ser al menos un orden natural prevalente. Incluso si la comunidad escéptica estuviera en lo cierto en cuanto a sus acusaciones sobre el “maltrato” bíblico de la mujer (lo cual no es cierto), ¿cómo se pudiera acusar a la Biblia de sostener una posición inmoral si esa posición coincide perfectamente con el enfoque darviniano del “orden natural de las cosas”? En realidad, aquellos que proponen los ideales ateos y darvinianos enfrentan muchos problemas severos debido a las implicaciones lógicas de sus ideas en relación a las mujeres—a diferencia de aquellos que enseñan que la Biblia es la Palabra inspirada por un Dios perfectamente moral.

EL VALOR DE LAS MUJERES SEGÚN LA BIBLIA

Cuando los escépticos usan el trato de la mujer en sus ataques contra la integridad de la Biblia, la mayoría de ellos hace enunciados generales en cuanto a la posición de la Biblia, sin presentar una evaluación justa del tema. Por ejemplo, Templeton escribió: “Las mujeres están asociadas con lo malo y la debilidad. De hecho, algunas veces los hombres israelitas agradecían a Dios en las sinagogas ya que no habían nacido siendo mujeres” (1996, p. 184).
Estos enunciados generalizados tienen el propósito de apelar a las emociones de la audiencia del siglo XXI, pero simplemente no representan correctamente los sentimientos detrás del texto bíblico. Por ejemplo, si escogemos versos bíblicos sin proveer explicación adecuada, también se pudiera decir que se trata injustamente a los hombres en la Biblia ya que se dice que los hombres deben dar sus vidas por sus esposas, aunque no se presenta un mandamiento específico en cuanto a esto para las mujeres (Efesios 5:25). Adicionalmente, se pudiera acusar a la Biblia de maltratar a los hombres, ya que, a través de sus páginas, se manda a los hombres a proveer el sustento para toda su familia, mientras que no se requiere este estándar de las mujeres (Génesis 3:17-19; 1 Timoteo 5:8). El lector honesto debe considerar tales enunciados escépticos como una táctica sospechosa, y debería buscar un enfoque bíblico más completo y exacto en cuanto al tema.
Al analizar más profundamente el tema relacionado a las mujeres, llega a ser claro que el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento valoran a la mujer de la misma manera que al hombre. Aunque es cierto que la Biblia presenta diferentes roles para los hombres y las mujeres, no es cierto que se valore a los hombres más que a las mujeres. Se puede ver este hecho cuando se considera varios pasajes bíblicos.

La Sabiduría Descrita Como una Mujer

El libro de Proverbios, escrito principalmente por Salomón, pertenece a un género literario conocido como literatura de Sabiduría. El tema principal del libro es el concepto de la sabiduría. El escritor señaló: “Sabiduría ante todo; adquiere sabiduría” (4:7). Para enfatizar adicionalmente la importancia y el valor de la sabiduría, escribió: “Porque mejor es la sabiduría que las piedras preciosas; y todo cuanto se puede desear, no es de compararse con ella” (8:11). Al desarrollar la idea del valor incalculable de la sabiduría, el escritor del libro de Job declaró: “Mas ¿dónde se hallará la sabiduría?... No se dará por oro, ni su precio será a peso de plata. No puede ser apreciada con oro de Ofir, ni con ónice precioso, ni con zafiro… La sabiduría es mejor que las piedras preciosas… No se podrá apreciar con oro fino” (28:12-19). Es claro que los escritores bíblicos consideraron la sabiduría como una característica de valor incalculable.
Entonces, ¿qué ilustración se usó para personalizar esta característica valiosa? Por todo el libro de Proverbios, se personaliza el concepto de la sabiduría con una mujer. El texto dice: “La sabiduría edificó su [género femenino] casa” (9:1); “Porque mejor es la sabiduría que las piedras preciosas; y todo cuanto se puede desear, no es de compararse con ella” (8:11). La descripción más ilustrativa de la sabiduría que el escritor de Proverbios puedo encontrar fue la de una mujer (Willis, 1993, p. 37). Entonces, ¿cómo se puede sugerir que los escritores de la Biblia no valoraron a la mujer si la sabiduría, que es “el punto principal” en Proverbios, se ilustra como una mujer? Además, el escritor de Proverbios declaró, “La mujer agraciada tendrá honra” (11:16). También incluyó una sección larga (31:10-31) en la cual alabó el valor de la mujer virtuosa que se viste de “fuerza y honor”, que “[a]bre su boca con sabiduría, y la ley de clemencia está en su lengua. Considera los caminos de su casa”. No hace falta decir que no leerá estos pasajes en cuanto a la sabiduría personificada como una mujer y el valor de la mujer virtuosa en los insultos del escepticismo moderno.

La Actitud de Dios Hacia Su Pueblo Representada con las Características de una Mujer

Aunque es verdad que Dios no tiene un género específico como los humanos (vea Thompson, 2000), algunas veces Él ilustra algo de Su personalidad al compararla a los rasgos de personalidad que ciertas categorías de gente poseen. Por ejemplo, se sabe muy bien que el Dios de la Biblia frecuentemente compara el amor que tiene hacia los seres humanos al amor que un padre tiene hacia sus hijos biológicos (1 Juan 3:1-2). Si el Dios de la Biblia realmente fuera sexista, sería obvio que la comparación entre Dios y algún ser humano estaría limitada al género masculino. Un dios sexista no se compararía a una mujer.
Pero la Biblia registra casos en que el Dios del cielo compara algunas de las características que posee a las características similares que se pueden encontrar en las mujeres. Por ejemplo, John Willis señaló: “Una parte de la evidencia muy convincente que los escritores del A.T. tuvieron una gran consideración por las mujeres es que describieron a Dios como una madre” (1993, pp. 37-39). Willis luego mencionó al menos tres pasajes como ejemplos, incluyendo Isaías 66:12-13—“Porque así dice Jehová:… Como aquel a quien consuela su madre, así os consolaré yo a vosotros, y en Jerusalén tomaréis consuelo”.
Además, si fuera cierto que el apóstol Pablo fue misógino, tenía temor de las mujeres y las despreciaba, sería irrazonable imaginar que él se hubiera comparado a las mujeres. Pero en 1 Tesalonicenses 2:7-8 escribió: “Antes fuimos tiernos entre vosotros, como la nodriza que cuida con ternura a sus propios hijos. Tan grande es nuestro afecto por vosotros”. Ciertamente un hombre misógino que tiene “temor” de las mujeres nunca se hubiera descrito con tales términos femeninos. Tales ejemplos como estos descartan la falacia que los escritos bíblicos odiaban a las mujeres o las consideraban inferiores a los hombres.

Mujeres Creadas a la Imagen de Dios

Muchos escépticos insinúan que la creación de Eva de la costilla de Adán con el fin de ser una ayuda idónea para el hombre evidencia el concepto que la mujer tiene menos valor o es inferior al hombre. Recuerde la declaración de Hitchens: “El Antiguo Testamento, como los cristianos lo llaman condescendientemente, considera a la mujer como un objeto del uso y la comodidad del hombre” (2007, p. 57). Supuestamente, el hecho que Eva era la ayuda de Adán de alguna manera es “prueba” de inferioridad.
Al menos existen dos problemas con este tipo de razonamiento. Primero, se ignora completamente el énfasis que la Biblia coloca en las mujeres como criaturas a la imagen de Dios—exactamente como el hombre. Génesis 1:27 declara: “Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó” (énfasis añadido). A diferencia de muchos grupos religiosos y pensadores machistas, desde el primer capítulo la Biblia enseña que el hombre y la mujer fueron hechos a la imagen de Dios, y que ambos merecen ser tratados con la dignidad inherente de esa posición.
Entonces, ¿qué hay de la palabra “ayuda”? ¿Es cierto que la palabra “ayuda” implica que la persona a quien se ayuda es superior y tiene mayor valor? Es imposible sostener tal posición incorrecta a la luz de las enseñanzas bíblicas claras en cuanto a aquellos que ayudan a otros. Por ejemplo, en Juan 15:26, Jesús explicó que el Espíritu Santo iba a visitar a los apóstoles después de Su resurrección. Declaró: “Pero cuando venga el Consolador [Ayudador], a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí”. Si se usa el razonamiento del escéptico, estaríamos forzados a concluir que el Espíritu Santo es inferior a los apóstoles, ya que se hace referencia a Él como el “Consolador” o “Ayudador”. Obviamente tal conclusión es absurda. [NOTA: Se entiende que el escéptico no estará de acuerdo que incluso exista el Espíritu Santo. Sin embargo, se usa este ejemplo para mostrar que la Biblia sostiene consistentemente una descripción de “ayudador” y “ayuda” que en ninguna manera insinúa inferioridad].
En Filipenses 4:3, Pablo instó a su compañero, diciendo que “ayudes a éstas [mujeres] que combatieron juntamente conmigo en el evangelio”. ¿Consideró Pablo a quien recibió esta instrucción como inferior a esas mujeres con las cuales él había trabajado? Absolutamente no. Además, Jesús mismo señaló que no había venido a este mundo “para ser servido, sino para servir” (Marcos 10:45). ¿Implica eso que ya que Él estaba “sirviendo” o “ayudando” a la humanidad, era inferior en alguna manera a los seres humanos? No. El concepto de “ayuda” o “servicio” no porta ningún significado inherente de inferioridad.

Muchos Ejemplos de Mujeres Dignas en la Biblia

Al intentar apoyar sus malinterpretaciones del concepto bíblico en cuanto a la mujer, los escépticos frecuentemente insisten que hay demasiada “propaganda” bíblica en las narraciones cuyos personajes principales son hombres, mientras que no se brinda suficiente tiempo y espacio para las mujeres. Muchos en la comunidad escéptica también insisten que si Dios realmente considera a las mujeres como iguales, se les hubiera concedido iguales posiciones de liderazgo en el tiempo del Antiguo Testamento y durante el ministerio de Jesús. Dan Barker declaró: “Jesús mantuvo el concepto del Antiguo Testamento en cuanto a las mujeres. No se escogió a ninguna mujer entre los 12 discípulos o para sentarse con él en la Última Cena” (2008, p. 179).
Estos enunciados están plagados de deshonestidad. Cuando se considera la descripción bíblica completa de manera objetiva, se puede ver fácilmente que las mujeres en el Antiguo y el Nuevo Testamento tuvieron roles vitales e importantes en el plan de Dios para la nación de Israel y para el reino espiritual que Jesucristo estableció. Aunque no hay espacio suficiente en este artículo para listar adecuadamente y describir a cada mujer, se considerará algunos de los ejemplos más notables.

Débora

El hecho que las mujeres alcanzaron posiciones poderosas y prominentes en Israel refuta fuertemente la acusación del escéptico. Por ejemplo, el libro de Jueces relata la historia de Débora, una profetisa, jueza y gobernante reconocida de la nación de Israel durante su tiempo (Jueces 4:4). La narración muestra que Débora fue la mujer que comisionó a Barac, un hombre, para guiar a los israelitas en la batalla contra fuerzas extranjeras. Cuando llegó el tiempo de acción,  Débora dijo a Barac: “Levántate, porque este es el día en que Jehová ha entregado a Sísara en tus manos. ¿No ha salido Jehová delante de ti?” (Jueces 4:14). Después que se ganó la batalla, y después que una mujer llamada Jael mató a Sísara, el general enemigo, Débora y Barac compusieron y cantaron un himno de victoria. En el himno, se menciona a Débora como la líder de Israel que, con la ayuda de Barac, derrotó a Sísara y Jabín. El texto dice, “Las aldeas quedaron abandonadas en Israel, habían decaído, hasta que yo Débora me levanté, me levanté como madre en Israel” (Jueces 5:7). “Caudillos también de Isacar fueron con Débora” (5:15).
Si usamos la lógica del escéptico, ¿deberíamos concluir que la Biblia considera a todos los hombres como inferiores a las mujeres ya que Débora era la líder de Israel en ese tiempo? ¿Deberíamos concluir que ya que se registra la historia de Débora en un libro que reclama inspiración, tal reclamación es negativa ya que, si se tiene en cuenta esta narración, cualquiera que la haya escrito odia a los hombres, mostró desprecio por ellos y les trató como inferiores a las mujeres? Obviamente este razonamiento es deficiente.
Una vez que se muestra que la historia de Débora exalta a las mujeres a una posición comparable a la de los hombres, el escéptico está forzado a renunciar a su argumento y buscar otra táctica. Aunque no se puede negar que la historia de Débora manifiesta un enfoque honorable en cuanto a las mujeres, el escéptico sostiene que tales historias son pocas. Si Dios y la Biblia consideran a las mujeres como iguales a los hombres, entonces la Biblia debería tener tantas historias de mujeres gobernantes y líderes como tiene en cuanto a los hombres.
Se puede responder a esta argumentación falsa de dos maneras. Primero, ¿cuántos ejemplos necesitaría proveer la Biblia de que se predicó el Evangelio a los etíopes para probar que los escritores bíblicos les consideraban tan valiosos como los judíos, y como iguales candidatos para oír el Evangelio? ¿Argumentaría alguien que para vindicar al Dios de la Biblia de algún “desprecio” contra los etíopes, las Escrituras deberían contener tantas historias de conversiones en cuanto a los etíopes como tiene en cuanto a los judíos? Absolutamente no. Cuando el libro de Hechos registra que Felipe predicó el Evangelio al tesorero etíope de Candace (8:26-40), ese único ejemplo es suficiente para proveer evidencia que todos los etíopes son tan valiosos ante Dios como todos los judíos, árabes, egipcios, etc.
Además, apliquemos el razonamiento del escéptico a una historia breve de los Estados Unidos de América. Si intentáramos relatar la historia de esta nación, tomando tiempo para abordar el oficio de la presidencia, ¿cuántas historias en cuanto a mujeres que han ejercido la presidencia pudiéramos incluir? Hasta hoy los Estados Unidos ha tenido 44 presidentes, y ninguno de ellos ha sido una mujer. Si usamos la acusación del escéptico, ¿deberíamos concluir que la nación de Israel tenía un enfoque más “iluminado” y elevado de las mujeres que los Estados Unidos en el siglo XXI? Además, ¿deberíamos despreciar o acusar de sexistas a aquellos escritores de historia que dedicaron la mayor parte de sus escritos enfocándose en los hombres que tuvieron el oficio de presidentes? Tal pensamiento hace burla del sentido común y solamente puede ser inventado por aquellos que rechazan abordar honestamente la historia factual y el texto bíblico.

Hulda, la Profetisa

Segunda Reyes 22 registra la vida y el reinado de Josías, un rey justo de Judá. En el curso de sus intentos de erradicar la idolatría de Judá, se esforzó en reparar el templo de Dios que estaba en un estado de abandono. Comisionó a Hilcías, sumo sacerdote, a recaudar dinero con el fin de limpiar y reparar el templo. Mientras Hilcías trabajaba para reformar el templo, encontró una copia del libro de la Ley de Moisés. Después de leerlo, lo envió a Josías, quien escuchó las palabras de la Ley y se sintió abatido porque la nación de Israel se había apartado de los mandamientos de Dios. Josías mandó a Hilcías y otros líderes religiosos, diciendo: “Id y preguntad a Jehová por mí, y por el pueblo, y por todo Judá, acerca de las palabras de este libro que se ha hallado” (2 Reyes 22:13). Luego el texto declara: “Entonces fueron el sacerdote Hilcías, y Ahicam, Acbor, Safán y Asaías, a la profetisa Hulda, mujer de Salum hijo de Ticva, hijo de Harhas, guarda de las vestiduras, la cual moraba en Jerusalén en la segunda parte de la ciudad, y hablaron con ella” (22:14). Después de hablar con ella, Hulda dio un mensaje de Dios a Josías a través de estos oficiales.
Estos líderes de Israel no solamente buscaron a una mujer profetisa, sino que aunque ella era casada, no hay indicación que se buscó el consejo del esposo. Los enviados llegaron a la casa de una mujer para oír un mensaje que el Señor dio a una mujer. También note que se reconocía a Josías como uno de los más grandes gobernantes que Judá tuvo, pero este pasaje muestra que él buscó el consejo de una mujer de Dios. Otra vez, la narración en cuanto a Hulda descarta la acusación escéptica que sugiere que la Biblia considera a las mujeres como inferiores.

Varias Mujeres en la Biblia

Se pudiera decir mucho en cuanto a mujeres prominentes en la Biblia, tales como Ester, de la cual se escribe un libro completo. Ella llegó a ser reina de Persia, y heroicamente salvó a su pueblo. También se puede descartar la acusación del escéptico al considerar la sección que relata el sacrificio desinteresado de Rut por su suegra (Noemí), especialmente si se considera el hecho que se lista a Rut en la genealogía de Jesús como Su bisabuela. Además, la fe de Ana y su oración por un hijo, Samuel (quien fue uno de los más grandes profetas de Israel), hace callar las acusaciones escépticas en cuanto a la inferioridad de las mujeres en la Biblia. También se pudiera hablar de Lidia, la vendedora de púrpura a quien Pablo y sus compañeros encontraron orando junto al río, o Priscila, quien ayudó a su esposo Aquila a enseñar al elocuente Apolos el Evangelio de Cristo (Hechos 18:26). Otra parte de la evidencia contra las acusaciones de los escépticos puede incluir la fe de Jocabed, o las habilidades de liderazgo y profecía de María, la hermana de Moisés, o la valentía de Rahab, o la fidelidad de María la madre de Jesús, o las buenas obras de Dorcas. Sería bueno preguntarse cuántos ejemplos de mujeres en posiciones honorables necesitaría la comunidad escéptica para aceptar que el enfoque bíblico no es sexista. Desafortunadamente, sin importar cuántos ejemplos se presenten, la respuesta escéptica en cuanto a este u otros temas es, “Simplemente más ejemplos de los que tenemos”. En realidad, los ejemplos bíblicos en cuanto a la manera en que Dios y la Biblia consideran a las mujeres son más que suficientes para refutar las quejas infundadas de los que objetan.

Conteo, Genealogías y Grupos de Viajes

Se debe considerar adecuadamente ciertos temas prácticos para llegar a una descripción exacta del enfoque bíblico en cuanto a las mujeres. Algunas personas que leen el texto bíblico pueden quedar confusas por el hecho que algunas genealogías solamente incluyen los nombres de los hombres en la familia. Como Templeton escribió, “En la larga lista de los descendientes de Adán durante los cientos de años hasta el Gran Diluvio, no se nombra a ninguna mujer” (1996, p. 178, itálicas en original). Además, frecuentemente cuando se cuenta o lista el número de personas, la Biblia generalmente cuenta solo a los varones. Se ha considerado estos casos como sexistas y discriminatorios contra las mujeres.
Al analizar adicionalmente este asunto, llega a ser aparente que tales acusaciones no toman en consideración ciertos aspectos prácticos y el contexto cultural. Por ejemplo, Templeton mencionó la genealogía en Génesis 5 como un ejemplo de un enfoque “sexista”, pero no mencionó la genealogía de Jesús en Mateo 1:1-17, en la cual se lista a Tamar, Rahab, Rut y María. El texto también declara: “[Y] Jacob engendró a José, marido de María, de la cual nació Jesús, llamado el Cristo” (1:16, énfasis añadido). La frase prepositiva “de la cual” hace referencia a María, indicando que Jesús era el hijo biológico de María. ¿Sería adecuado usar esta genealogía para insistir que Dios tiene un enfoque inferior en cuanto al hombre, ya que el texto menciona específicamente que Cristo descendió biológicamente de una mujer? No. Ni tampoco se puede usar la idea de la “genealogía masculina” para sostener la acusación falsa que la Biblia considera a las mujeres como inferiores. Añada a esto el hecho que incluso hoy en el siglo XXI, la mayoría de mujeres toma el apellido del esposo, y las hijas toman primero el apellido del padre—por ende, llega a ser obvio que la acusación de los escépticos es errónea.
En una manera similar, el conteo bíblico frecuentemente incluye solamente a los hombres. Por ejemplo, Números 1:2 declara: “Tomad el censo de toda la congregación de los hijos de Israel por sus familias, por las casas de sus padres, con la cuenta de los nombres, todos los varones por sus cabezas” (énfasis añadido). ¿Es este censo un ejemplo de sexismo bíblico y evidencia que los escritores bíblicos pensaban que las mujeres tenían tan poco valor que no necesitaban ser contadas? De ninguna manera. El aspecto práctico simple de este sistema de conteo tenía que ver solamente con el cuerpo de hombres capaces que salían a la guerra. Como el texto explica, “conforme a la cuenta de los nombres por cabeza, todos los varones de veinte años arriba,todos los que podían salir a la guerra” (1:20, énfasis añadido). De la misma manera que no usaríamos tales conteos para sugerir que el Dios de la Biblia o los escritores bíblicos devaluaron a los jovencitos menores de 20 años o a los hombres que habían pasado la edad de batalla, no podemos usar este método de conteo para menospreciar el enfoque bíblico en cuanto a las mujeres. Y aunque los escépticos puedan argumentar que es sexista excluir a las mujeres del ejército en los tiempos bíblicos, una respuesta simple puede ser que era injusto que los hombres fueran forzados para ser contados en el servicio militar, mientras que se exceptuara a las mujeres. ¿Sería justo declarar que ya que los hombres estaban “sirviendo” a sus mujeres al proveer protección militar, que su “servicio” muestra que ellos eran inferiores?
También se debe considerar otros factores prácticos, incluyendo el concepto simple de arreglos en viajes o arreglos a la hora de dormir. Por ejemplo, se citó a Dan Barker anteriormente en un artículo que declaró: “Jesús mantuvo el concepto del Antiguo Testamento en cuanto a las mujeres. No se escogió a ninguna mujer entre los 12 discípulos o para sentarse en la Última Cena” (2008, p. 179). Aunque este enunciado es cierto, el escéptico Charles Templeton ofreció una razón muy plausible para esto:
El Nuevo Testamento frecuentemente revela el interés de Jesús en cuanto a las mujeres… No había mujeres en el grupo de los apóstoles de Jesús, pero hubo razones persuasivas para esto. Jesús y los discípulos viajaban frecuentemente, a menudo en el día, indiscutiblemente a pie. Usualmente dormían al aire libre. En las circunstancias hubiera sido imposible—y potencialmente escandaloso—que una mujer fuera parte de ese grupo de varones (1996, pp. 184-185, énfasis añadido).
Incluso la consideración rápida de ciertos factores prácticos que se relacionan al conteo, genealogías y arreglos de viaje sirven para socavar la acusación de los escépticos.

¿Fue Jesús Rudo con las Mujeres?

Algunos que desprecian la Biblia a veces acusan a Jesús de haber sido rudo con otros, especialmente con Su propia madre. Christopher Hitchens declaró: “Jesús hizo grandes reclamaciones en cuanto a su padre celestial pero nunca mencionó que su madre es o fue una virgen, y repetitivamente fue muy rudo y grosero con ella cuando ella se presentó, como las madres judías lo harían, para ver cómo le iba” (2007, p. 116, énfasis añadido). Richard Dawkins comentó en una manera similar: “Se debe admitir que los valores familiares de Jesús no fueron la clase de la cual se quiera hablar. Él fue cortante con su madre, hasta el punto de ser brusco” (2006, p. 250, énfasis añadido).
No obstante, cuando se analiza el tema más cuidadosamente se puede ver que estas acusaciones son infundadas. En su artículo, “¿¡Qué Rudo!?”, Eric Lyons demostró eficazmente que la manera en que Jesús habló a Su madre no fue ruda ni irrespetuosa (2006). Los enunciados de Jesús en respuesta a Su madre se encuentran en armonía perfecta con el mandamiento bíblico de honrar a los padres. Solamente la ignorancia de los lenguajes originales y frases que la Biblia usa, y el aborde cínico del texto, pudieran guiar a una persona a acusar a Jesús de tosquedad en estos casos. Sus enunciados a Su madre coinciden completamente con el hecho que la Biblia no considera a las mujeres como inferiores ni superiores a los hombres, sino iguales.

GÁLATAS 3:28—LA REGLA DE ORO DE LA IGUALDAD

Frecuentemente se critica al apóstol Pablo como alguien que odió a las mujeres, temía al sexo opuesto y lo consideraba con desprecio. Se puede resumir la actitud escéptica hacia Pablo en el enunciado de Templeton: “Si se juzga por sus epístolas, se puede ver que el apóstol Pablo fue un misógino confirmado” (1996, p. 185). Este enunciado pasa por alto una de las declaraciones más directas de igualdad de género y raza en toda la literatura religiosa. En Gálatas 3:28, Pablo escribió: “Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús” (énfasis añadido). En cuanto a este versículo, Jan Faver Hailey escribió: “La exégesis común sugiere que aquí Pablo estaba señalando que el acceso a Dios está abierto para todos a través de la fe en Cristo, independientemente de la raza, posición social o género” (1993, p. 132, énfasis añadido). Insistir que Pablo era un misógino a la luz de este enunciado es contradecir la evidencia y la razón.
Entonces, ¿por qué algunos afirman que Pablo odiaba a las mujeres, a pesar de Gálatas 3:28? La razón principal es que Pablo sostenía consistentemente que, aunque los hombres y mujeres son iguales ante Dios, se les había dado diferentes responsabilidades y roles. La comunidad escéptica iguala equivocadamente el concepto de roles diferentes con la idea de estatus diferente. Como Templeton escribió, “En su primera epístola a la iglesia en Corinto, Pablo declaró equivocadamente que los hombres y las mujeres tienen un estatus diferente ante Dios” (1996, p. 186, énfasis añadido). Supuestamente, ya que Pablo instruyó que los ancianos deben ser varones (Tito 1:5-9), que los varones deben dirigir públicamente el servicio (1 Corintios 14:34-35; 1 Timoteo 2:8-15) y que el esposo es la “cabeza” de su hogar (Efesios 5:22-24), entonces él debió haber considerado a las mujeres como inferiores a los hombres. [NOTA: Vea Jackson, 2010 y Miller, 2005 para leer exposiciones bíblicas sobre estos versículos].
¿Es cierto que ya que la Biblia asigna diferentes roles para los diferentes sexos, su estatus o valor debe ser diferente? No. En Tito 3:1, Pablo explicó a Tito que los cristianos debían someterse a las autoridades y el gobierno (vea también Romanos 13). Según este enunciado, ¿sería correcto concluir que Pablo consideró que aquellos en posiciones gubernamentales tenían más valor que los cristianos? ¿Implica que Pablo los consideró como mentalmente, físicamente o espiritualmente superiores a los cristianos? De ninguna manera. El hecho que los cristianos tengan que obedecer a las autoridades no nos dice nada en cuanto al estado espiritual o valor de cada grupo. Solamente aborda los roles diferentes que cada grupo tiene.
Otra vez, en 1 Timoteo 6:2 Pablo instruye a los siervos cristianos a ser obedientes a sus amos. ¿Implica esto que Pablo creía que los amos eran superiores o que tenían más valor inherente que los siervos? No. Simplemente muestra una diferencia en roles, no en estatus. Hablando lógicamente, no se puede usar la diferencia en roles para sostener la acusación escéptica contra la Biblia.
Además, aunque el escéptico rápidamente se aprovecha de la ordenanza de Pablo en cuanto al liderazgo de los hombres en la iglesia y el hogar, no incluye las responsabilidades implicadas en tales roles. Se enseña a los hombres a dar su vida por sus esposas (Efesios 5:25), proveer comida, techo y abrigo para sus familias (1 Timoteo 5:8) y amar a sus esposas tanto como se aman a sí mismos (Efesios 5:25). Aunque se habla mucho de la “injusticia” en las instrucciones de Pablo, es beneficioso preguntar a quién se diera el último lugar en un bote salvavidas si un par de esposos cristianos estuviera en un barco que se hunde. El cristiano debe dar su vida por su esposa en tales casos. ¿Es justo que se espere que él acepte el rol sacrificial de dar su vida por su esposa? ¿Es ella más valiosa que él porque Dios le llama a protegerla, cuidar de ella y morir por ella si es necesario? No. Esto simplemente es una diferencia de roles asignados, no de estatus o valor.

CONCLUSIÓN

Constantemente la comunidad militante escéptica trata de desacreditar la Biblia y al Dios que se representa en sus páginas. Una clase de razonamiento que se usa en estos esfuerzos es sugerir que la Biblia presenta una descripción sexista en cuanto a los hombres y las mujeres, en la cual Dios y los escritores bíblicos dan más valor a los hombres y consideran a las mujeres como inferiores y menos importantes. Sin embargo, esta acusación es socavada cuando se considera la totalidad del texto. El estudio cuidadoso revela que los escritores bíblicos personificaron e ilustraron tales atributos valiosos como la sabiduría en la forma de una mujer. Dios mismo comparó algunas características que posee a los rasgos similares que las mujeres tienen. El Antiguo y el Nuevo Testamento están llenos de narraciones que elogian a las mujeres fieles y hábiles. El apóstol Pablo, a quien frecuentemente se acusa de ser misógino, hizo uno de los anunciados religiosos más claros en cuanto a la igualdad de los sexos. Y no se puede sostener honestamente y razonablemente la sugerencia incorrecta que indica que los roles diferentes prueban que Pablo valoró a las mujeres menos que a los hombres. En realidad, la Biblia presenta la descripción más clara de igualdad y valor inherente de las mujeres que cualquier otro escrito antiguo o moderno. El estado de las mujeres en las Escrituras Sagradas no es un reto para su inspiración divina; en cambio, es parte de la evidencia de la perfección e inspiración de la Biblia.

Referencias

Barker, Dan (1992), La Pérdida de la Fe en la Fe—De Predicador a Ateo [Losing Faith In Faith—From Preacher to Atheist] (Madison, WI: Freedom from Religion Foundation). 
Barker, Dan (2008), Sin dios [godless] (Berkeley, CA: Ulysses Press).
Butt, Kyle (2008), “Los Frutos Amargos del Ateísmo: Parte 1 y 2” [“The Bitter Fruits of Atheism: Parts 1 & 2”], Reason & Revelation, [En-línea], URL: http://www.apologeticspress.org/articles/3740 y http://www.apologeticspress.org/articles/3762.
Darwin, Charles (1871), El Descenso del Hombre y la Selección en Relación al Sexo [The Descent of Man and Selection in Relation to Sex] (Nueva York: The Modern Library, reimpresión).
Dawkins, Richard (2006), La Falsa Ilusión de Dios [The God Delusion] (Nueva York: Houghton Mifflin).
Hailey, Jan Faver (1993), “‘No Hay Varón ni Mujer’ (Gá. 3:28)” [“‘Neither Male and Female’ (Gal. 3:28),”Ensayos sobre las Mujeres en el Cristianismo Antiguo [Essays on Women in Earliest Christianity], Volumen 1, ed. Carroll Osburn (Joplin, MO: College Press).
Hitchens, Christopher (2007), dios No Es Grande: La Manera en que la Religión Envenena Todo [god Is Not Great: How Religion Poisons Everything] (Nueva York: The Twelve).
Jackson, Wayne (2010), “El Rol de la Mujer en la Iglesia” [“Women’s Role in the Church”], [En-línea], URL:http://www.christiancourier.com/articles/169-womans-role-in-the-church.
Lyons, Eric (2006), “¿¡Qué Rudo!?”, [En-línea], URL: http://espanol.apologeticspress.org/espanol/articulos/3042.
Lyons, Eric y Kyle Butt (2010), “Darwin, la Evolución y el Racismo”, [En-línea], URL: http://www.apologeticspress.org/articles/240063.
Miller, Dave (2005), “Liderazgo Femenino en la Iglesia” [“Female Leadership in the Church”], [En-línea], URL: http://www.apologeticspress.org/articles/2694 .
Pereira, Oliver (sine data), “El Descenso de Richard Dawkins de Edward III” [“Descent of Richard Dawkins from Edward III”], [En-línea], URL: http://humph rysfamilytree.com/Royal/Notes/dawkins.txt.
Templeton, Charles (1996), Despedida a Dios [Farewell to God] (Ontario, Canadá: McClelland y Stewart).
Thompson, Bert (2000), “¿Es Hombre Dios?” [“Is God Male?”], [En-línea], URL: http://www.apologeticspress.org/articles/162.
Willis, John T (1993), “Mujeres en el Antiguo Testamento” [“Women in the Old Testament]”, Ensayos sobre las Mujeres en el Cristianismo Antiguo [Essays on Women in Earliest Christianity], Volumen 1, ed. Carroll Osburn (Joplin, MO: College Press).
[Título original en inglés, “The Biblical View of Women”, en Reason & Revelation, 31[2]:10-15. Traducción editada por Moisés Pinedo].

miércoles, 20 de marzo de 2013

"El capítulo 1 de Génesis, ¿se refiere literalmente a días de 24 horas?"


Respuesta:Un cuidadoso examen de la palabra hebrea para “día” y del contexto en el que aparece en Génesis, nos llevará a la conclusión de que “día” significa literalmente un período de tiempo de 24 horas. La palabra hebrea yom traducida al español como “día” puede significar más de una cosa. Puede referirse al período de tiempo de 24 horas, en que la tierra gira sobre su eje (p.ej. “hay 24 horas en un día”). Puede referirse a un período de la luz del día entre el amanecer y el crepúsculo (p.ej. “hace mucho calor durante el día, pero refresca un poco al anochecer”). También puede referirse a un inespecífico período de tiempo (p.ej. “allá en los días de mi abuelo…”). Del mismo modo, la palabra hebrea “yom” (que se traduce al español como “día”) puede significar más de una cosa. Es usada para referirse a un período de 24 horas en Génesis 1:16. Y es usada para referirse a un período inespecífico de tiempo en Génesis 2:4. Así que ¿qué significa en Génesis 1:5–2:2 cuando es usada conjuntamente con números ordinales (p.ej. el “primer día,” el “segundo día,” el “tercer día,” el “cuarto día,” el “quinto día,” el “sexto día,” y el “séptimo día”)? ¿Son éstos períodos de 24 horas, o algo más? ¿Podría ser que el modo en que se utiliza aquí “yom” significara un período inespecífico de tiempo? ¿Cómo podemos decirlo?

Podemos determinar cómo debe interpretarse “yom” en Génesis 1:5–2:2, simplemente examinando el contexto en el que encontramos la palabra y entonces comparar su contexto con la manera en que vemos su uso en otras partes de la Escritura. Al hacer esto, permitimos que la Escritura se interprete a sí misma. Ken Ham en “Answers in Genesis” (Preguntas en Génesis) escribió un buen artículo acerca de esto. El Sr. Ham escribe, “La palabra hebrea para día (yom) es usada 2301 veces en el Antiguo Testamento. Aparte de Génesis 1 yom + números ordinales (es usada 410 veces) siempre indica un día ordinario, ej. un período de 24 horas. Las palabras ‘tarde’ y ‘mañana’ juntas (38 veces) siempre indican un día ordinario. Yom + ‘tarde’ y ‘mañana’ juntas (38 veces) siempre indican un día ordinario. Yom + ‘tarde’ o ‘mañana’ (23 veces), siempre indican un día ordinario. Yom + ‘noche’ (52 veces) siempre indica un día ordinario.”

Ahora, veamos el contexto en el cual encontramos que se usa la palabra “yom” en Génesis 1:5–2:2…

Día 1 – “Y llamó Dios a la luz ‘Día’ [yom] , y a las tinieblas llamó ‘Noche.’ Y fue la TARDE y la MAÑANA un día. [yom], ” (Génesis 1:5).
Día 2 – “Y llamó Dios a la expansión Cielos. Y fue la TARDE y la MAÑANA del DÍA [yom] , SEGUNDO” (Génesis 1:8).
Día 3 – “Y fue la TARDE y la MAÑANA el DÍA [yom] TERCERO.” (Génesis 1:13).
Día 4 – “Y fue la TARDE y la MAÑANA el DÍA [yom] CUARTO.” (Génesis 1:19).
Día 5 – “Y fue la TARDE y la MAÑANA el DÍA [yom] QUINTO.” (Génesis 1:23).
Día 6 – “Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera. Y fue la TARDE y la MAÑANA el DÍA [yom] SEXTO.” (Génesis 1:31).
Día 7 – “Fueron, pues, acabados los cielos y la tierra, y todo el ejército de ellos. Y acabó Dios en el DÍA [yom] SÉPTIMO la obra que hizo, y reposó el DÍA [yom] SÉPTIMO de toda la obra que hizo.” (Génesis 2:1-2).

Al describir cada día como “la tarde y la mañana” es muy claro que el Autor de Génesis, quiso decir períodos de 24 horas. Esta fue la interpretación generalizada hasta los 1800s, cuando ocurrió un cambio en el paradigma dentro de la comunidad científica, y la posición de las capas sedimentarias de la Tierra fue revalorada. Aunque previamente los yacimientos rocosos habían sido señalados como evidencia del diluvio de Noé, ante esto, el diluvio fue desechado por la comunidad científica y los yacimientos rocosos fueron reinterpretados como evidencia de un mundo excesivamente viejo. Algunos cristianos bien intencionados, pero terriblemente equivocados, buscaron reconciliar esta interpretación anti-diluvio y anti-bíblica con la narración de Génesis, interpretando “yom,” como vastos e inespecíficos períodos de tiempo. Esto fue un error.

La verdad es que las evidencias a favor del diluvio de Noé y un mundo joven, sobrepasaron en número a aquellos a favor de un mundo viejo, y es sabido que muchas de las viejas interpretaciones están basadas en conjeturas equivocadas. Desafortunadamente, la comunidad científica está obstinada sobre este asunto y aparentemente se niega a cambiar su parecer, a pesar del peso de las evidencias contrarias a su paradigma actualmente aceptado. Pero no debemos permitir que su necia negativa influencie la manera en que leemos la Biblia. De acuerdo a Éxodo 20:9-11, le tomó a Dios literalmente seis días para crear el mundo, a fin de servir como un modelo para la semana del hombre: trabajar seis días, descansar uno. Ciertamente Dios pudo haber creado todo en un instante si así lo hubiera deseado. Pero aparentemente Él nos tenía en mente, aún antes de crearnos (en el sexto día) y quiso dejarnos un ejemplo para que lo siguiéramos.

Tomado con permiso de: http://www.gotquestions.org

martes, 19 de marzo de 2013

El antagonismo pagano Nazi hacia el Cristianismo


Heinrich Himmler: del paganismo nazi al Holocausto

Pablo J. Ginés Rodríguez. 


MADRID- Himmler, el líder de las SS, fue el más radical de los nazis y, descontando a Hitler, el que más poder llegó a tener. Ésa es la tesis central del historiador Peter Longerich, desplegada en un monumental volumen en la editorial alemana Siedler con el título «Heinrich Himmler, biografía». El jerarca nazi dejó escrito un diario, comentarios de libros y mucha correspondencia que han permitido a Longerich adentrarse en su pensamiento. 

Himmler consideraba al cristianismo como «la peste más grande que se ha generado en la historia». Aunque su madre había sido católica y devota, las lecturas esotéricas y la búsqueda de la superioridad aria llevaron al joven a odiar la noción misma de pecado, de amor y la debilidad del Cristo crucificado. «La imagen sosa del crucifijo» En 1928, Heinrich Himmler se convertía en jefe de las SS, las fuerzas de choque nazi. Su pasión y eficacia le convirtieron en la mano derecha de Hitler. Antisemita furibundo, consiguió tener bajo su mando los campos de concentración y de exterminio del régimen. Fue, por lo tanto, el responsable más directo del Holocausto. En 1937 explicaba a las juventudes hitlerianas la diferencia entre el crucifijo, «esa imagen sosa del fracaso» y «nuestros dioses, guerreros armados, que representan las verdaderas características de nuestra raza, la confianza y voluntad de obtener y ganar». 

El crucifijo expresaba «humildad y autonegación, cualidades decadentes que nosotros, conscientes de nuestra vocación heroica, debemos repudiar. La corrupción en nuestra sangre causada por la intrusión de esta filosofía extranjera debe acabar». En junio de 1942, durante el funeral de su lugarteniente, Reinhard Heydrich, víctima de un atentado, criticó «este cristianismo, la mayor de las plagas que podría habernos afligido, que nos ha debilitado en cada conflicto». Expresó su creencia en un «dios», llamado por el nombre germánico Wralda, que es «una creencia en el destino». «La esencia de estos megalomaníacos, los cristianos, que hablan de hombres que gobiernan el mundo, debe acabar», insistía, porque «el hombre no es nada especial, sólo es una parte insignificante de esta tierra». La nueva moral que proponía sólo tenía una base materialista, «la escala del macrocosmos y el microcosmos, el cielo estrellado sobre nosotros y el mundo que vemos en el microscopio». 

En 2006 la historiadora canadiense Heather Pringle, en su libro «El Plan Maestro», analizó el papel de los «eruditos» de Himmler, su oficina de la Ahnenerbe. Buscaron las raíces arias en Islandia, Bolivia, Canarias, y en la famosa expedición al Tíbet de Ernst Schäfer en 1938. Como expertos en «ciencia racial», Himmler los puso a coleccionar craneos judíos y a ejecutar experimentos con presos para investigar sistemas de esterilización, la resistencia al frío extremo y la efectividad de gases venenosos. En nombre de la ciencia. El 23 de mayo de 1945, siendo prisionero de los británicos, Himmler se suicidó. El esfuerzo paganizador de los nazis tuvo cierto éxito. En 1933, último año de elecciones, hubo 34.000 apóstatas católicos y 57.000 protestantes. En 1937, después de cerrar las escuelas cristianas y afiliar a todos los menores a organizaciones nazis, apostataron 104.000 católicos y 338.000 protestantes. En total, de 1932 a 1944, dejaron la fe oficialmente 648.000 católicos y 2.050.000 protestantes, seducidos o presionados por el nazismo. 


lunes, 18 de marzo de 2013

Darwin, la evolución, y su relación con el racismo


De todos esos falsos conceptos en que se apoya el racismo, quizá el más dañino es el retorcido esquema planteado por Carlos Darwin y presentado al mundo con un disfraz científico. Lo cierto es que bajo el rótulo del darwinismo se proponen disparates que han servido de base al racismo y discriminación que azota el mundo.
Víctor Munguía

por Eric Lyons, M.Min y Kyle Butt, M.A.


En el debate del 12 de febrero de 2009 entre Dan Barker y Kyle Butt, al minuto y 30 segundos de su discurso de refutación, Kyle indicó que Adolfo Hitler estaba intentando producir una raza aria superior. Sugirió que este plan armonizaba perfectamente con el enfoque darviniano de la selección natural, especialmente a la luz del subtitulo del libro principal de Darwin, El Origen de las Especies Mediante la Selección Natural o la Preservación de las Razas Favorecidas en la Lucha por la Vida. En pocas palabras, Kyle sugirió que Darwin pensó que algunas razas humanas eran evolutivamente superiores que otras, y esta idea ocasionó que Hitler intentara eliminar a los que consideraba inferiores (Butt y Barker, 2009).

En los cinco minutos de su discurso de conclusión, Barker abordó esta idea, y declaró: “Cuando Darwin habló de las razas favorecidas, la palabra raza no significaba raza humana en ese tiempo, como Hitler lo debe haber usado. En su tiempo la palabra raza era solamente un sinónimo para especies de animales. Él no estuvo hablando en cuanto a razas favorecidas como blancos y negros o algo así”. Según Barker, Darwin no hizo una distinción entre varias razas humanas, sino simplemente entre la raza humana y las razas animales. Barker no sustentó su enunciado con ninguna definición documentada de Darwin o sus contemporáneos, y en realidad, su enunciado es claramente falso.

Darwin sí hizo distinción entre varias razas humanas o “especies de hombres”, y creyó que algunas razas eran superiores a otras (1871, p. 395). Aunque evitó algo de estas ideas en El Origen de las Especies, su segundo libro principal sobre la teoría evolucionista, El Origen del Hombre y la Selección en Relación al Sexo, publicado en 1871, abordó este tema.

Darwin comenzó el primer capítulo de El Origen del Hombre con estas palabras: “Aquel que desea decidir si el hombre es el descendiente modificado de alguna forma pre-existente, probablemente preguntará primero si el hombre varía, aunque ligeramente, en estructura corporal y en facultades mentales; de ser así, si las variaciones se transmiten a su descendencia según las leyes que prevalecen en los animales inferiores” (1871, p. 395). Luego, en su capítulo titulado “Sobre las Afinidades y Genealogía del Hombre”, Darwin escribió:
En algún punto en el futuro, no un futuro muy distante que se mida en siglos, las razas civilizadas humanas sin duda casi exterminarán, y reemplazarán, las razas primitivas a través del mundo. Como el Profesor Schaaffhausen ha remarcado, al mismo tiempo los simios antropomorfos sin duda serán exterminados. Entonces la brecha entre el hombre y sus aliados más cercanos será más ancha, ya que se impondrá, como se puede esperar, entre el hombre en un estado más civilizado, el caucásico, y algunos simios tan inferiores como el mandril, a diferencia de ahora entre el negro o australiano y el gorila (p. 521, énfasis añadido).
Claramente, Darwin estaba convencido que las “razas civilizadas” (e.g., la raza caucásica) un día exterminarían las “razas primitivas”, las cuales él consideró menos evolucionadas (y por ende más parecidas a los simios). Darwin creía que “el negro” o “australiano” eran algo como subespecies, algo entre los caucásicos y los simios. [NOTA: Además de los comentarios racistas de Darwin en El Origen del Hombre, él también incluyó enunciados sexistas. Su enfoque evolucionista le guió a creer que “[l]a distinción principal en las capacidades intelectuales de los dos sexos se muestra en el logro del hombre de una eminencia superior en lo que quiera que emprenda, que la mujer—sea en lo que respecta al pensamiento, la razón o imaginación profunda, o simplemente el uso de los sentidos y las manos... [L]a capacidad mental promedia en el hombre debe ser mayor al de la mujer... [E]l hombre ha llegado a ser finalmente superior a la mujer” (pp. 873-874)].

Uno de los mejores amigos y defensores de Darwin, el prominente biólogo del siglo XIX, Thomas Huxley, fue incluso más directo en sus comentarios racistas basados en la evolución. En su composición de 1865, “Emancipación—Negra y Blanca”, Huxley declaró:

Puede ser muy cierto que algunos hombres negros son mejores que algunos blancos; pero ningún hombre racional, que conozca los hechos, cree que el hombre negro promedio sea igual al hombre blanco, y mucho menos superior a él. Y si esto es cierto, simplemente no se puede creer que, cuando se le quite todas sus desventajas, y nuestro familiar prognato esté en un campo justo sin favoritismo, como también sin opresor, él pueda competir exitosamente, con su rival de cerebro más grande y mandíbula más pequeña, en una competencia que se realice con el pensamiento, no con mordiscos. Ciertamente los lugares superiores en la jerarquía de la civilización no estarán dentro del alcance de nuestros primos oscuros, aunque no es necesario que se les relegue a lo más bajo (énfasis añadido).

Según el “buldog de Darwin”, como se le llamaba a Huxley, el “hombre negro” no es igual al “hombre blanco”. El supuesto “negro” de cerebro más pequeño y mandíbula grande no puede competir en la misma cancha con el hombre blanco. Huxley expuso la noción falsa que “[c]iertamente los lugares superiores en la jerarquía de la civilización no estarán dentro del alcance de nuestros primos oscuros” (1865, énfasis añadido). Huxley ni se imaginaba que menos de 150 años después, un norteamericano de origen africano ocuparía el cargo más alto de la nación más rica y poderosa en la Tierra.

Lo cierto es que la evolución darviniana implica que algunos humanos están más relacionados en sus facultades mentales a nuestros supuestos antepasados parecidos a los simios. Por ende, algunos grupos humanos supuestamente son superiores a otros. La Biblia enseña exactamente lo opuesto. No hay especies o razas diferentes de hombres; solamente existe una raza humana—personas inteligentes (vea Lyons, 2005)—que Dios creó “a Su imagen” (Génesis 1-2; vea Lyons y Thompson, 2002), tanto “varón y hembra” (Génesis 1:27, énfasis añadido). Toda la humanidad desciende de Adán y Eva, la primera pareja (1 Corintios 15:45; Génesis 3:20), y luego de Noé, a través de quien se repobló la Tierra después del Diluvio (Génesis 6-10). Sea que tengamos piel roja, amarilla, negra o blanca, tenemos el mismo valor como seres humanos, llevamos la imagen de Dios (Génesis 1:26-28; cf. Romanos 10:12). Además, todos los hombres son iguales ante Dios según su condición pecadora (Romanos 3:10,23), y necesitan un Salvador (Juan 8:24; Marcos 16:15-16).
CONCLUSIÓN

El intento de Barker por vindicar las ideas racistas de Darwin se basa en declaraciones infundadas que se pueden desaprobar fácilmente. Darwin usó el término “raza” para distinguir entre caucásicos, negroides y aborígenes, así como Kyle sugirió en cuanto a las implicaciones de la evolución darviniana. Animamos al que escucha o lee el debate de Butt y Barker a hacerse una pregunta simple: ¿Proveyó Barker un argumento válido o documentación para las aseveraciones que hizo? La mayoría de veces, la respuesta es un rotundo “¡No!”.
REFERENCIAS
Butt, Kyle y Dan Barker (2009), El Debate Butt/Barker: ¿Existe el Dios de la Biblia? [The Butt/Barker Debate: Does the God of the Bible Exist?] (Montgomery, AL: Apologetics Press).
Darwin, Charles (reimpresión de 1859), El Origen de las Especies Mediante la Selección Natural o la Preservación de Razas Favorecidas en la Lucha por la Vida [The Origin of Species by Means of Natural Selection or The Preservation of Favoured Races in the Struggle for Life] (Nueva York: The Modern Library).
Darwin, Charles (reimpresión de 1871), El Origen del Hombre y la Selección en Relación al Sexo [The Descent of Man and Selection in Relation to Sex] (Nueva York: The Modern Library).
Huxley, Thomas (1865), “Emancipación—Negra y Blanca” [“Emancipation—Black and White”], [En-línea], URL: http://aleph0.clarku.edu/huxley/CE3/B&W.html.
Lyons, Eric (2005), “¿Tontos Antiguos o Antepasados Inteligentes?”, [En-línea], URL:http://www.apologeticspress.org/espanol/articulos/398.
Lyons, Eric y Bert Thompson (2002), “A la Imagen y Semejanza de Dios”, Parte I y II[“In the ‘Image and Likeness of God”, Part I and II, Reason & Revelation, 22:17-23,25-31, marzo/abril.


domingo, 17 de marzo de 2013

¿Un hombre puede perdonar pecados mediante la confesión?

Pregunta: "¿Qué dice la Biblia acerca de la confesión de pecados a un sacerdote?"

Respuesta: En ninguna parte de la Escritura se enseña el concepto de la confesión de pecados a un sacerdote. Comenzando porque el Nuevo Testamento no enseña que debe haber sacerdotes en el Nuevo Pacto. En su lugar, el Nuevo Testamento enseña que todos los creyentes son sacerdotes. 1 Pedro 2:5-9 describe a los creyentes como “real sacerdocio” y “nación santa”. Apocalipsis 1:6 y 5:10, ambos describen a los creyentes como “reyes y sacerdotes” . En el Antiguo Pacto, los fieles tenían que aproximarse a Dios a través de los sacerdotes. Los sacerdotes eran mediadores entre Dios y el pueblo. Los sacerdotes ofrecían sacrificios a Dios en nombre de la gente. Eso ya no es necesario, porque por el sacrificio de Jesucristo, podemos aproximarnos al trono de Dios confiadamente (Hebreos 4:16). Con la muerte de Jesús, el velo del templo se rasgó por la mitad, destruyendo así el símbolo de la pared divisoria que había entre Dios y la humanidad. Podemos acercarnos a Dios directamente por nosotros mismos, sin el uso de un mediador humano. ¿Por qué? Porque Jesucristo es nuestro Sumo Sacerdote (Hebreos 4:14-15; 10:21), y el único mediador entre Dios y nosotros (1 Timoteo 2:15). El Nuevo Testamento enseña que debe haber ancianos (1 Timoteo 3), diáconos (1 Timoteo 3), obispos (Tito 1:6-9), y pastores (Efesios 4:11) – pero no sacerdotes.

Cuando se trata de la confesión de pecados, en 1 Juan 1:9 es dicho a los creyentes que confiesen sus pecados a Dios. Dios es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, si se los confesamos a Él. Santiago 5:16 habla de confesar nuestras transgresiones “unos a otros”. Pero esto no es lo mismo que confesar los pecados a un sacerdote, como lo ensaña la Iglesia Católica Romana. En ninguna parte son mencionados los sacerdotes / líderes eclesiásticos, dentro del contexto de Santiago 5:16. Es más, Santiago 5:16 no vincula el perdón de los pecados con la confesión de transgresiones de “unos a otros.”

La Iglesia Católica Romana basa sus prácticas de la confesión a sacerdotes principalmente en la tradición Católica. Los católicos señalan a Juan 20:23 “A quienes remitiereis los pecados, les son remitidos; y a quienes se los retuviereis, les son retenidos” Basándose en este verso, los católicos aseguran que Dios les dio a los apóstoles la autoridad de perdonar los pecados, y que esa autoridad fue legada a los sucesores de los apóstoles, entiéndase por ello, a los obispos y sacerdotes de la Iglesia Católica Romana. Hay muchos problemas con esta interpretación. (1) Juan 20:23 en ninguna parte menciona la confesión de pecados. (2) Juan 20:23 en ninguna parte promete, o aún sugiere, que la autoridad de perdonar pecados pasaría a los sucesores de los apóstoles. La promesa de Jesús era específicamente dirigida a los apóstoles. (3) En ninguna parte del Nuevo Testamento se declara que los apóstoles tendrían herederos de su autoridad apostólica. Similarmente los católicos señalan a Mateo 16:19 y 18:18 (reteniendo o remitiendo) como evidencia para que la Iglesia Católica tenga la autoridad de perdonar pecados. Los mismo tres puntos anteriores se aplican de igual manera a estas Escrituras.

Nuevamente, en ninguna parte de la Escritura es enseñado el concepto de la confesión de pecados a un sacerdote. Debemos confesar nuestros pecados a Dios (1 Juan 1:9). Como creyentes del Nuevo Pacto, no necesitamos mediadores entre Dios y nosotros. Podemos ir directamente ante Dios por el sacrificio de Jesucristo por nosotros. 1 Timoteo 2:5 dice, “Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre.”

Con permiso de: http://www.gotquestions.org/

sábado, 16 de marzo de 2013

¿Qué dice la Biblia acerca del Papa / papado?


Respuesta:La enseñanza de la Iglesia Católica Romana acerca del Papa (“Papa” significa “padre”), está basada en, e involucra las siguientes enseñanzas católicas romanas:

1) Cristo hizo a Pedro el líder de los apóstoles y de la Iglesia (Mateo 16:18-19). Al darle a Pedro “las llaves del reino”, Cristo no solo lo hizo líder; sino también infalible cuando él actuaba o hablaba como representante de Cristo en la tierra (hablando del centro de autoridad, o “ex cátedra”). Esta habilidad de actuar a favor de la Iglesia de manera infalible cuando se habla de “ex cátedra” fue heredada a los sucesores de Pedro, dándole así a la Iglesia una guía infalible en la tierra. El propósito del papado es conducir a la Iglesia de manera infalible.

2) Más tarde Pedro se convirtió en el primer Obispo de Roma. Como Obispo de Roma, él ejerció autoridad sobre todos los otros obispos y líderes de la Iglesia. La enseñanza de que el Obispo de Roma está sobre todos los obispos en autoridad, es referida como la “primacía” del Obispo Romano.

3) Pedro delegó su autoridad apostólica al siguiente Obispo de Roma, junto con los otros apóstoles quienes heredaron su autoridad apostólica a los obispos que ellos ordenaron. Estos nuevos obispos, a su vez, pasaron esa autoridad apostólica a aquellos obispos a quienes más tarde ellos ordenaron, y así subsecuentemente. Esta “transferencia de autoridad apostólica” es la llamada “sucesión apostólica.” 4) Basándonos en la afirmación católica romana de una in-interrumpida cadena de obispos romanos, ellos enseñan que la Iglesia Católica Romana es la verdadera Iglesia, y que toda las Iglesias que no aceptan la primacía del Papa, se han separado de ellos, que son la única original y verdadera Iglesia.

Habiendo revisado brevemente algunas de las enseñanzas de la Iglesia Católica Romana concernientes al papado, la pregunta es si esas enseñanzas concuerdan con las Escrituras. La Iglesia Católica Romana ve el papado y la autoridad de enseñanza infalible de la “madre Iglesia” como algo necesario para guiar a la Iglesia, y utilizan eso como razonamiento lógico de la provisión de Dios para ello. Pero al examinar la Escritura, encontrarás lo siguiente:

1) Mientras que Pedro fue la figura central en el inicio de la propagación del evangelio (parte del significado contenido en Mateo 16:18-19), la enseñanza de la Escritura, tomada en su contexto, en ninguna parte declara que él tenía una autoridad sobre los otros apóstoles o sobre la Iglesia (ver Hechos 15:1-23; Gálatas 2:1-14; 1 Pedro 5:1-5). Nunca es enseñado que el Obispo de Roma debía tener la primacía sobre la Iglesia. Mejor dicho, solo hay una referencia en la Escritura sobre Pedro escribiendo desde “Babilonia”, nombre que algunas veces se aplicaba a Roma, y se encuentra en 1 Pedro 5:13. Principalmente de esto, y del crecimiento histórico de la influencia del Obispo de Roma (a través del apoyo de Constantino y de los emperadores romanos que lo siguieron), proviene la enseñanza de la Iglesia Católica Romana sobre la primacía del Obispo de Roma. Sin embargo, la Escritura muestra que la autoridad de Pedro fue compartida con otros apóstoles (Efesios 2:19-20), y que la autoridad de “atar y desatar” atribuida a él, fue más bien compartida por las Iglesias locales, no solo por los líderes de la Iglesia (ver Mateo 18:15-19; 1 Corintios 5:1-13; 2 Corintios 13:10; Tito 2:15; 3:10-11).

2) En ninguna parte la Escritura declara que a fin de guardar a la Iglesia del error, la autoridad de los apóstoles se transferiría a aquellos que ellos ordenaran (sucesión apostólica). La sucesión apostólica es “leída” en aquellos versos que la Iglesia Católica Romana usa como soporte de esta doctrina (2 Timoteo 2:2; 4:2-5; Tito 1:5; 2:1; 2:15; 1 Timoteo 5:19-22). Lo que la Escritura SI enseña es que los falsos maestros se levantarían aún de entre los líderes de la Iglesia y que los cristianos deberían comparar las enseñanzas de estos posteriores líderes de la Iglesia con la Escritura; la única citada en la Biblia como infalible. La Biblia no enseña que los apóstoles fueran infalibles, salvo lo que ellos escribieron e incorporaron en la Escritura. Pablo, hablando con los líderes de la Iglesia en la gran ciudad de Efeso, les advierte del surgimiento de falsos maestros entre ellos, y que para luchar contra el error, NO los encomienda a ellos “los apóstoles y aquellos que heredarían su autoridad”, sino más bien él los encomienda a “Dios y a la palabra de Su gracia....” (Hechos 20:28-32).

Nuevamente, la Biblia enseña que es la Escritura la que debe ser usada como norma a seguir para determinar la verdad del error. En Gálatas 1:8-9, Pablo declara que no es importante QUIEN enseña, sino LO QUE es enseñado lo que debe ser usado para determinar la verdad del error. Mientras que la Iglesia Católica Romana continúa pronunciando una maldición de condenación “anatema” sobre aquellos que rechacen la autoridad del Papa, la Escritura reserva esa maldición para aquellos que enseñen un evangelio diferente (Gálatas 1:8-9).

3) Mientras que la Iglesia Católica Romana ve la sucesión apostólica como una necesidad lógica, a fin de que Dios pueda guiar de manera infalible a la Iglesia, la Escritura declara que Dios ya ha provisto esto para Su Iglesia, a través de:

(A) La infalibilidad de la Escritura, (Hechos 20:32; 2 Timoteo 3:15-17; Mateo 5:18; Juan 10:35; Hechos 17;10.12; Isaías 8:20; 40:8; etc.) Nota: Pedro habla de los escritos de Pablo en la misma categoría de las otras Escrituras (2 Pedro 3:16).

(B) El eterno sumo sacerdocio de Jesucristo en el cielo (Hebreos 7:22-28)

(C) La provisión del Espíritu Santo; que guió a los apóstoles a la verdad después de la muerte de Cristo (Juan 16:12-14), quien equipa a los creyentes para el trabajo en el ministerio, incluyendo la enseñanza (Romanos 12:3-8; Efesios 4:11-16), y quien utiliza la palabra escrita como Su principal herramienta (Hebreos 4:12; Efesios 6:17).

Mientras que han habido (humanamente hablando) hombres buenos y morales que han servido como Papas de la Iglesia Católica Romana, incluyendo a Juan Pablo II y al Papa Benedicto XVI; la enseñanza de la Iglesia Católica Romana acerca del oficio del Papa debe ser rechazada, porque no es “en continuidad” con las enseñanzas de la Iglesia original, que están registradas en el Nuevo Testamento. Esta comparación de cualquier enseñanza eclesiástica es esencial, para no perder las enseñanzas del Nuevo Testamento concerniente al evangelio, y no solamente perder la vida eterna en el cielo para nosotros mismos, sino que inconscientemente provoquemos que otros se pierdan guiándolos por el camino equivocado (Gálatas 1:8-9).

Tomado de: //www.gotquestions.org/