Vida de Matin Lutero

Infancia y Juventud

El conocimiento de la vida de Martín Lutero es una fuente inagotable de inspiración en la FE para millones de cristianos alrededor del mundo, incluyendo a los que pertenecemos al Sínodo Luterano Salvadoreño y a partir de nuestra realidad, cultura y practica pastoral somos fieles a su legado histórico de justificación: "por la fe en el Señor Jesucristo sin las obras de la ley" (ROM. 3,28)Martín Lutero nace un 10 de Noviembre de 1483 en la ciudad alemana de Eisleben. Sus padres son Margarita Ziegler y Juan Lutero. Su padre de origen campesino se convierte en minero. Posteriormente, toma en arriendo dos hornos de fundición en Mansfeld, lo que luego le permite ser elegido como concejal del ayuntamiento de esa ciudad.

Su infancia trascurre en una situación de extrema pobreza que incluso obliga a su madre a salir a los bosques a recoger leña que luego llevaba sobre sus espaldas para poder venderla y así poder contribuir a la endeble economía familiar, de la misma manera que lo hacen miles de mujeres salvadoreñas.Martín era un niño vivaz y alegre, que al ir a la escuela pronto se ganó la amistad de sus compañeros así como aprendió rápidamente los 10 mandamientos, el Padre Nuestro, himnos, salmos y oraciones. No obstante en aquella época existía una disciplina cuartelaría en la escuela que muchas veces cayó sobre el pequeño Martín, quien ya adulto aconsejaba: "bueno es castigar a los niños, pero lo principal es amarlos".

Cuando Martín cumplió once años fue enviado a estudiar a la ciudad de Magdeburgo, y un año después a Eisenach, ciudad en la que él mismo tuvo que costear sus estudios cantando de puerta en puerta junto con otros niños el "Panem propter Deum" (Pan por amor de Dios). En 1501, Martín ingresó a la Universidad de Erfurt a estudiar filosofía. Fue un estudiante muy aplicado al estudio, de carácter alegre y que iniciaba el día con oraciones y asistiendo a la iglesia. De esta época él señalaba que: "haber orado bien, adelanta en más de la mitad el trabajo de estudiar".Es precisamente en la Universidad de Erfurt, en su biblioteca, que un día descubre la copia de una Biblia Latina. Para el fue un descubrimiento maravilloso, embargado de emoción estrechó la Biblia contra su pecho y empezó a leer palabra por palabra, debe tomarse en cuenta que en aquella época la Biblia era un libro clandestino. No existía aún la imprenta y todos los libros eran manuscritos en hebreo, griego o latín. El se encargaría unos años después de traducir la Biblia al alemán y de esta forma devolver la Sagrada Escritura al pueblo, a todos los creyentes.Una de las lecturas de la Biblia que más impresionó su espíritu fue la historia de Ana y del joven Samuel dedicado al servicio del señor desde muy pequeños (1 Samuel).En 1505 se gradúo de Doctor en filosofía, luego de vencer una grave enfermedad que lo mantuvo en cama por varios meses, este tiempo le sirvió para reflexionar sobre la pregunta: ¿qué es lo que debo hacer para ser salvo ? a lo que se respondió que la vida en un convento con sus ayunos, oraciones y vigilias era el camino mas seguro para la salvación. Pero aun no se decidía a dar ese paso.La decisión de entrar en el convento se fortalece como resultado de una experiencia vital.

Un día regresando de la casa Paterna en Mansfeld, le sorprendió en el camino una fuerte tempestad que lo hizo esconderse en un árbol, de repente un rayo cayó cerca de él y lo lanzó al suelo. Era la señal que esperaba, la decisión estaba tomada y solo faltaba implementarla.Regresó a la universidad y convoco a sus amigos para confesarles la decisión de ingresar al convento. Esa misma noche, tocó las puerta del convento de los agustinos en Erfurt, y a los 21 años se alejaba del mundo, de la Universidad y de sus amigos. Se convierte en el Fraile Agustín. Era un 17 de julio de 1905, su vida tomaba así un giro definitivo, el niño pobre que cantaba de casa en casa, el estudiante alegre y talentoso, iniciaba el camino que lo conduciría a la reforma de la Iglesia.

Un Fraile EjemplarCon su ingreso al convento, Martín Lutero daba los primeros pasos, en la ruta que lo conduciría unos años mas tarde a conmover los cimientos de Europa Medieval y abrir las puertas a una nueva época, a una nueva manera de ser Cristiano y de ser Iglesia.En el convento, la admiración inicial que produce su ingreso se transforma velozmente en rechazo y obligan al "Doctor" a realizar las faenas mas agotadoras: limpiar la iglesia, barrer las celdas de los frailes, hacer mandados, etc. Y cuando terminaba todas las tareas le ordenaban salir a la ciudad, con el saco en el hombro, a pedir limosna de puerta en puerta.Pero estas pruebas no lo amilanaban, sino que las cumplía con gusto ya que eran el camino que él había decidido para alcanzar la salvación.

Algo que sí le afecto, pero que tuvo que tolerar, fue la cruel decisión de sus superiores de prohibirle la lectura. Este fue un golpe bajo que también tuvo que asimilar con paciencia y resignación.Posteriormente, y gracias a la intervención de la Universidad de Erfurt, Martín es relevado de sus ocupaciones de hacer limpieza y se le permite dedicarse a sus libros. El se lanza de lleno a la lectura de la Biblia.Como dato curioso es de señalar que la Biblia que Martín encuentra en el convento se halla sujeta a la pared, con una pesada cadena, ya que en esa época las Biblia costaban una fortuna y había que guardarlas con mucha seguridad.Martín fue un fraile muy apegado a letra y al espíritu del convento.

En su esfuerzo por alcanzar su santidad, no escatimó tiempo y energía en la mortificación de su cuerpo con vigilias, ayunos, y castigos corporales en la creencia de que por estos medios se glorificaba el nombre del Señor.No obstante estos tormentos y a pesar de haber sido ordenado como sacerdote y haber celebrado su primera misa el 2 de mayo de 1507, Martín no lograba alcanzar la tranquilidad de su espíritu, y su alma se encontraba atribulada, ya que los golpes que se propinaba no le ofrecían respuesta a las múltiples dudas que acompañaban sus largos días y frías noches en penitencia.En esas difíciles circunstancias, un rayo de luz iluminó su angustiada existencia, cuando en una visita que realizó al convento de Erfurt, el vicario general de los agustinos, Dr. Staupitz, Martín pudo confiarle sus dudas y encontró en él un amigo que comprendía y compartía sus angustias.Ambos establecieron un fructífero dialogo y relación. Uno de los principales concejos del Dr. Staupitz para el joven Martín fue el de leer diariamente la Biblia, en especial las cartas del apóstol Pablo, así como los escrito de San Agustín.A los 26 años, en 1509 por influencias directas del Dr. Staupitz, Martín es nombrado Catedrático de Filosofía en la recién fundada Universidad de Wittenberg. Ese mismo año se graduó de Bachiller en Teología e impartió Cátedra de Teología Bíblica. Luego añadiría a su oficio de catedrático el de predicador ya que el ayuntamiento de la ciudad le nombro predicador de la Iglesia Principal de Wittenberg, como reconocimiento a su conocimiento del evangelio. Esta posición le obligaba a ser confesor de su congregación y por lo tanto le dio mucha experiencia pastoral y conocimiento de la Iglesia, lo cual junto con la firmeza que había adquirido como Fraile lo iban preparando para la misión que Dios le tenia destinada: la reforma de la Iglesia.Navidad y Vida familiar:A Martín Lutero se le conoce como brillante polemista, profundo conocedor del Evangelio, paciente traductor de las Sagradas Escrituras; pero se soslaya habitualmente una de sus facetas mas interesantes: Su vida familiar y el papel que en esta desempeñaban festividades como las de Navidad.El matrimonio de Martín con Catalina de Bora se realizó el 13 de Junio de 1525.

Catalina fue monja durante diez años en el Convento de Nimptschen, pero en 1523, junto con otras ocho hermanas asumieron el movimiento de Reforma, y renunciaron a sus votos. Su matrimonio con Catalina fue un acto de amor y al mismo tiempo una declaración publica de ruptura con la institución del celibato.Como frutos de este matrimonio nacieron seis hijos e hijas: Juan, Isabel, Magdalena, Martín, Pablo y Margarita.

Cada uno de ellos disfrutó del amor familiar, la seguridad, alegría y amor a Jesucristo que reinaba en este hogar cristiano.Una de las bases fundamentales de este hogar cristiano eran las relaciones entre Martín y Catalina, que se sustentaban en el respeto mutuo, el cariño compartido y la visión conjunta de ser siervos de nuestro Señor Jesucristo.Es en la relación con sus hijos e hijas que Martín y Catalina más se esmeraban.

Luego de las faenas diarias, ambos organizaban reuniones familiares en las que intercambiaban impresiones, contaban anécdotas, recitaban poemas y por supuesto, cantaban himnos.Efectivamente, fueron de estas reuniones familiares que surgieron los primeros himnos evangélicos, a los cuales el mismo Martín se encargaba de componer la música y posteriormente de pedir la opinión a los múltiples amigos que frecuentaban su hogar.Pero también, Martín conoció el dolor y la tristeza.

Sufrió de varias enfermedades graves y también la pérdida de un ser querido. En 1542 a la edad de 14 años falleció en sus brazos su querida hija Magdalena. Ante este trágico hecho, el expresó: "la amo de corazón, más, Dios mío, si es tu voluntad, si tu quieres tomarla, también me será grato verla unida contigo en el cielo" Por otra parte escribió para el deleite de su primer hijo Juan, de cuatro años, una carta-cuento que dice en parte "querido señor, tengo un niño llamado Juanito: ¿no podré también venir a este jardín para comer estas exquisitas frutas, montar en estos preciosos caballitos y jugar con estos niños?" Martín también se refirió a la necesidad de disfrutar de la alegría, dijo: "alegrarse con hombres honrados y piadosos en el temor de Dios, complace a Dios, porque, el mismo ha mandado que nos alegremos delante de el, y no le gustan ofrendas tristes"La época navideña era para Martín una oportunidad para reunirse con su familia y amigos para alabar al Señor.

Es más, uno de los símbolos más significativos, el árbol con sus adornos, surgió de la imaginación de este pastor evangélico y padre de familia.El ejemplo de vida hogareña de la familia Lutero nos exhorta a cultivar en nuestras familias y en especial, en esta época navideña, los valores de la amistad, la alegría y el amor a nuestro Señor Jesucristo, como pilares sólidos de nuestra vida cristiana.Las noventa y cinco tesis que conmovieron al mundoLa tarde del 31 de octubre de 1517, ante la mirada sorprendida de muchos peregrinos, Martín Lutero clavó en la puerta de su parroquia de Wittenberg, las noventa y cinco tesis. Con este acto inició un proceso de profunda renovación de la iglesia, que conmovió los cimientos de la sociedad europea de aquella época.Las noventa y cinco tesis iban dirigidas contra la predica de indulgencias que practicaba la Iglesia Católica Romana.

Las indulgencias consistían en el perdón de los pecados a cambio de una cantidad de dinero, que se pagaba a la Iglesia. Este sistema de indulgencias, se inicia en el siglo VII como un mecanismo de penitencias que podían pagarse en dinero o con la peregrinación a una Iglesia. Posteriormente es ampliamente utilizado por los papas para poder financiar expediciones bélicas a Palestina. En la época de Lutero, el papa León X usó el trafico de indulgencias -las cuales compraban las gentes sencillas del pueblo- para terminar la construcción de la Basílica de San Pedro en Roma. Para lograr este propósito, el papa León X entró en compromisos con personalidades financieras y jerarcas eclesiásticos, los cuales a cambio del financiamiento exigieron las "Letras Papales" necesarias para lograr su pago.

Una de estas personalidades, el Príncipe Alberto, elector de Maguncia designó para la venta de indulgencias en su territorio a un fraile dominico, Juan Tetzel quien afirmaba en sus predicas que las indulgencias protegían "incluso al hombre que hubiera violado a la Madre de Dios". Esta fue la gota de cinismo que rebasó la paciencia de Martín Lutero. Había que actuar y rápidamente. Luego de orar y meditar para que el Espíritu Santo lo guiase, Martín tomó una decisión.Haciendo uso de un estilo muy académico, pero escribiendo de manera popular, Martín redactó 95 tesis refutando las bondades de las indulgencias y escogió el día de la Fiesta de Todos los Santos, en el que se sacaban a reducir las reliquias guardadas en la capilla de Wittenberg, que incluían por cierto "trozos de Pañales de Jesús" y en el que crecía la afluencia al templo, ya que solo la asistencia era valida para ganar algún tipo de indulgencias.Las 95 tesis se extendieron como un reguero de pólvora por toda Europa.

Miles de cristianos ofendidos por la manipulación que hacia el Papa de las indulgencias vieron reflejados en este criterio sus propias preocupaciones y anhelos y le dieron por tanto un caluroso apoyo. La Reforma había iniciado y contaba con un líder.En estas 95 tesis se encuentran ya en germen los temas que posteriormente Martín elaboraba, y que sirvieron de base para la reforma de la Iglesia. La primer tesis anuncia ya una nueva visión de ser Iglesia:"1- El Señor y maestro nuestro Jesucristo, al decir: Haced penitencia, quiso que toda la vida de los fieles fuese una penitencia.En la sexta tesis, la mirada de Lutero se dirige al papa y lo increpa así:"6- El papa no puede condonar culpa alguna, como no sea declarando y aprobando que ha sido condonado por Dios, o en los casos a él reservados, fuera de los cuales la culpa subsistirá".Las indulgencias reciben el trato que se merecen:"27- Predican vana tradición de los hombres cuantos dicen que tan pronto como el dinero se eche en la caja, el alma sale del purgatorio"."29- Irán al infierno, juntos con sus maestros, todos cuantos afirman que por las bulas de las indulgencias tienen asegurada su salvación".En las 95 tesis, Martín no sólo critica, también establece doctrina:"62- El único tesoro verdadero de la iglesia es el Evangelio santísimo de la gloria y gracia de Dios".No obstante, que estas 95 tesis aspiran principalmente a suprimir los abusos del trafico de indulgencias, sus efectos trascendentes adquirieron carácter histórico.

Iniciaron una nueva época en la historia del cristianismo, caracterizado por el predominio de las Sagradas Escrituras sobre los decretos del papa, de la gracia por encima de las obras, y de la fe en la gloria de nuestro señor Jesucristo.La Polémica con el Cardenal CayetanoUno de los rasgos más, destacados de la poderosa personalidad del Dr. Martín Lutero fue el ser un brillante polemista. Esta habilidad le permitió la defensa de sus ideas ante los más autorizados defensores del sistema de indulgencias practicado por el Papa, León X.Luego de la publicación de las 95 tesis, Lutero le escribió al Papa León X una carta explicando, sus ideas. La respuesta no se hizo esperar. En julio de 1518, el Papa le requería comparecer a Roma en el término de sesenta días, para explicar allí el contenido de sus "múltiples herejías".El viaje a Roma significaba su condena a muerte ya que se iba a ver enfrentado a todo el aparato represivo del Papa sin contar con ningún apoyo. Frente a esto, su amigo, el elector Federico le solicitó al Papa que el juicio tuviera lugar en una ciudad alemana.El Papa León X, en una, decisión muy favorable para el desarrollo de la Reforma accedió a ésta petición con el agregado, de nombrar como, su representante en este juicio al temido Cardenal Cayetano.El Cardenal Cayetano, General de la Orden de los Dominicos, era uno de los más fieles defensores en Roma de los dogmas papales y reconocido por sus dotes intelectuales y amplio conocimiento filosófico y teológico, particularmente de las doctrinas de Tomas de Aquino. Frente a Lutero, el Cardenal Cayetano tenía básicamente dos opciones: obligar a que se retractara de todo lo que había publicado o condenarlo a prisión y amenazar con la excomunión a todo aquel que lo socorriese.

Por su parte, Lutero estaba claro sobre los riesgos que corría y mucho más claro sobre la razón que le asistía por lo que se presentó al debate con la confianza de los asistentes. Lutero abrió el debate con un gesto de audacia, le solicitó al Cardenal Cayetano las credenciales que .le autorizaban para interrogarle.Ya éste primer hecho le mostró al Cardenal que no se enfrentaba a cualquier fraile, estaba frente al Padre de la Reforma. Posteriormente Lutero ante la renovada sorpresa de los asistentes al encuentro, le solicitó hacerle conocer "en qué he errado"9.El Cardenal accedió a responder.

Este fue su error, Lutero de manera sencilla explicó el contenido de su oposición a las indulgencias, basándose en los Evangelios. Cayetano perdió el control, lo amenazó con la excomunión, Lutero abandonó la reunión diciendo: "No tengo más voluntad que la del Señor. El hará de mí lo que sea su voluntad; pero aun cuando, y tuviese mil cabezas, preferiría perderlas todas antes que retractar el testimonio que he dado a la santa fe de los cristianos", Lutero triunfó. Cayetano fue derrotado. Con este triunfo, la Reforma se fortaleció.

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