lunes, 10 de mayo de 2010

Tus ojos revelan un complejo e intrincado DISEÑO

07 mayo 2010 — Los darwinistas han estado afirmando durante años que el ojo humano es un ejemplo de mal diseño, porque está cableado al revés —los fotorreceptores están situados detrás de una red de vasos sanguíneos y otros materiales. Pero llegó 2007, y científicos alemanes descubrieron que unas células de forma cónica conocidas como células de Müller actúan como conductores de las ondas lumínicas y transmiten la luz a través de estas redes directamente a los fotorreceptores (véase Más diseño óptico en la retina de lo que nunca se había visto — fibras ópticas vivas). Algunos darwinistas, sin dejarse arredrar (¡para qué estropear una cosmovisión materialista por tales detalles!), respondieron que sólo se trataba de una corrección improvisada por una manipulación de la selección natural. Decían que esto no cambiaba el argumento de que el ojo estaba mal diseñado.

Las prodigiosas células de Müller en la retina captan, direccionan y concentran la luz sobre las células receptoras de la luz en la parte posterior de la retina. Son expresión de unas instrucciones codificadas que especifican los materiales a producir, las estructuras a ensamblar, las ubicaciones donde los materiales deben ser transportados, el momento oportuno de su ensamblaje durante el desarrollo embrionario, los ritmos de desarrollo, y los modos de operación, y las fuentes de alimentación. Todo esto, ¿producto de mutaciones aleatorias y de una selección ciega? La retórica materialista carece de toda lógica y está sobrante de voluntarismo ateo. Imagen: PNAS

Ahora acaban de salir a luz más hechos acerca de estas células de Müller. Aunque evidentemente esto dejará impertérritos a los materialistas, que seguirán firme el ademán con su himno al azar y a la selección natural. Investigadores en el Technion —el Instituto de Tecnología de Israel en Haifa— han descubierto que hacen mucho más que meramente conducir la luz a los fotorreceptores. Kate McAlpine comunicaba en New Scientist que las células de Müller ofrecen varias ventajas. Actúan como filtros para el ruido, como sintonizadores y como sistemas de enfoque de color:

Entran al menos dos tipos de luz en el interior del ojo: luz portadora de información de imágen, que entra directamente a través de la pupila, y «ruido» que ha sido ya reflejado múltiples veces dentro del ojo. Las simulaciones demostraron que las células de Müller transmiten una mayor proporción de la primera a los bastones y conos debajo, mientras que lo segundo tiende a perderse. Esto sugiere que las células actúan como filtros de la luz, y mantienen la nitidez de las imágenes.

Los investigadores descubrieron también que no era probable que la luz que había escapado de una célula de Müller fuese captada por una colindante, porque las células nerviosas alrededor ayudan a dispersarla. Lo que es más, las propiedades ópticas intrínsecas de las células de Müller parecían estar sintonizadas con la luz visible, dejando escapar en mayor medida las longitudes de ondas fuera del espectro visible y en los límites del mismo.

Las células también parecen ayudar a mantener los colores bien enfocados. Así como la luz se separa en un prisma, las lentes en nuestros ojos separan diferentes colores, lo que hace que algunas frecuencias queden desenfocadas en la retina. Las simulaciones demostraron que las amplias bases de las células de Müller les permiten «captar» cualquier color separado y volver a enfocarlo sobre el mismo cono, asegurando que todos los colores procedentes de una imagen estén enfocados ...

Estos descubrimientos fueron realizados por Amichai Labin y Erez Ribak en Technion. Uno de los autores del estudio de 2007, Kristian Franze, de la Universidad de Cambridge, manifestaba su agrado al ver que este trabajo complementaba el de su equipo. «Sugiere que el acoplamiento lumínico por parte de las células de Müller es un suceso crucial que contribuye a la visión tal como la conocemos», dice.

¿Qué harán los darwinistas con esta nueva revelación? Después de todo, en su crónica, la periodista McAlpine mencionaba que la retina con su cableado invertido había sido incluida en una lista en New Scientist en 2007 como uno de «los mayores errores de la evolución». Comenzaba confesando que «parece estar mal», pero luego tenía que admitir que «la extraña estructura “al revés” de la retina de los vertebrados realmente mejora la visión», según este nuevo estudio.

Pero no podía dejar a Darwin sin su incienso, de modo que introducía a Ken Miller, el profesor de la Universidad Brown, católico pero darwinista irreductible y un incansable adversario de la tesis del diseño inteligente. Nunca parco de retórica para defender a Darwin, tuvo una oportunidad para decirles a los lectores lo que este descubrimiento significa y lo que no significa, desde una perspectiva evolucionista:

No obstante, Kenneth Miller, biólogo de la Universidad Brown en Providence, Rhode Island, advierte que esto no significa que la retina invertida misma nos ayude a ver. Más bien, él recalca hasta qué punto la evolución ha solucionado esta defectuosa estructura. «La forma, orientación y estructura de las células de Müller ayudan a la retina a superar uno de los principales defectos de su cableado al revés», nos dice Miller.

Pero, si es así, ¿por qué Ribak y su colega creen que los humanos deberíamos imitar una estructura defectuosa? Porque McAlpine concluía con estas palabras: «La nueva comprensión de la función de las células de Müller pudiera encontrar aplicaciones en transplantes de ojo con mayor éxito y mejores diseños de cámaras», según dice Ribak».


El oído que oye, y el ojo que ve; ambos los ha hecho el SEÑOR (Proverbios 20:12)


Es con mucho gusto que ofrecemos a Ken Miller el Premio al Voluntarismo Darwinista. Con su rápida reacción retórica, este ideólogo del darwinismo ha demostrado ante el público que las realidades y la lógica no tienen para él tanta importancia como defender el dogma naturalista. Se llama católico. Debería leer la Biblia: El oído que oye, y el ojo que ve; ambos los ha hecho el SEÑOR (Proverbios 20:12). Parece que prefiere mantener que las obras de Dios tienen una estructura incorrecta y defectos fundamentales, que están mal hechas, antes que ofender a aquel a quien considera como el verdadero maestro de maestros, Charles Darwin.

Conviene clarificar los términos. Defectuoso es lo que funciona mal. El ojo vertebrado es una maravilla de ingeniería. Su rendimiento es tan bueno que no podemos ni acercarnos a imitarlo en todas sus especificaciones, que tienen que cumplirse simultáneamente (imagen estereoscópica, además en movimiento, miniaturización, alta definición, autorreparación en muchos casos, autolimpiante, una alta relación señal/ruido, gran profundidad de campo, gran margen dinámico, baja aberración cromática, enfoque rápido, procesamiento de imagen, larga duración, y mucho más). De hecho, es posible que su óptica sea insuperable (véase entrada en 05/09/2002). ¿En qué quiere Ken Miller que Dios mejore el diseño? ¿O tiene Dios una obligación a prestar atención a la ignorante opinión de un humano falible acerca de cómo diseñar un ojo? ¡Qué audacia! Hay razones para que el ojo esté cableado de la forma en que está. Los fotorreceptores eliminan piezas y necesitan mucha energía, por lo que tienen que estar cerca de los vasos sanguíneos en la parte posterior del globo ocular, no haciendo frente al interior (para refutaciones de la tesis de un diseño deficiente del ojo por el cableado inverso, véase artículos creacionistas en CSI por Peter Gurney y Carl Wieland, y respuestas desde el movimiento del Diseño Inteligente en ARN por George Ayoub y Michael Denton. Véanse también entradas en CEH de 05/27/2003 y 05/22/2003. Empíricamente, consideremos la agudeza visual del ojo del águila, o los ojos de un cormorante zambullidor, 24/05/2004.

Y ahora descubrimos que mantener los fotorreceptores en la parte posterior cerca de los vasos sanguíneos no es meramente un mal menor. En realidad proporciona ventajas ópticas. Las células de Müller actúan como guías de ondas, sistemas de enfoque de colores y reductores de ruido. Si los fotorreceptores estuviesen mirando hacia el interior, es bien posible que nuestra visión fuese inferior —el enfoque de los colores sería menos nítido, y los reflejos parásitos desde el interior del globo ocular producirían destellos molestos y que reducirían la nitidez. Los pulpos y los calamares, que tienen los fotorreceptores enfrente, viven en un medio completamente diferente. Tienen que operar en la luz tenue de un medio acuoso. Cada animal tiene los ojos que necesita para sus hábitos y hábitat. Podemos estar bien seguros que el Creador sabe unas cuantas cosas acerca de óptica y de cableado que Ken Miller desconoce.

Una de las más supremas muestras de voluntarismo darwinista está inmortalizada en nuestro detector de falacias. Jared Diamond escribió esta queja para la revista Discover hace 25 años (6/1985, p. 91) después de exhibir el viejo y desgastado argumento del mal diseño del ojo humano (como podemos ver, lo han estado paseando durante mucho tiempo). Es dudoso que se haya retractado de sus palabras, porque sigue siendo un evolucionista irreductible. Decía él: «Los ojos del humilde calamar, con los nervios ingeniosamente ocultos detrás de los fotorreceptores, son un ejemplo de perfección en diseño. Si el Creador realmente prodigó su mejor diseño sobre el ser que hizo a su propia imagen, los creacionistas tendrían que concluir que Dios es un calamar».

Es penoso contemplar el espectáculo de personas que se han estado paseando por este mundo durante los últimos 25 años gozando de sus ojos, contemplando las maravillas de la creación en toda su maravilla policroma, y a la vez insistiendo en su propaganda que la evolución es una realidad porque ningún Dios hubiera llevado a cabo un trabajo de diseño tan inepto. Observemos las cuatro palabras más abajo (subrayadas) en el clásico pasaje de la Biblia acerca de cómo contempla Dios esta incredulidad voluntarista, según aparece en la epístola de Pablo a los Romanos: «Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad; porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó. Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad [la totalidad de sus atributos divinos, incluyendo sabiduría, omnisciencia, bondad y capacidad de diseñar cosas], se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidaslas cosas hechas, de modo que no tienen excusa. Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido. Profesando ser sabios, se hicieron necios, ...» (Romanos 1:18-22). Y es que la evidencia es patente. Es pública, está delante de todos. Si no estamos agradecidos con toda la evidencia que tenemos delante, no hay esperanza. por medio de


Fuente: Creation·Evolution HeadlinesCan Darwin Be Rescued from a New Eye Discovery? 7/05/2010
Redacción: David Coppedge © 2010 Creation Safaris - www.creationsafaris.comTraducción y adaptación: Santiago Escuain — © SEDIN 2010 - www.sedin.org usado con permiso del traductor para: http://www.culturacristiana.org/







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