miércoles, 15 de junio de 2011

La ciencia y el cristianismo: ¿conflicto o coherencia?


Los científicos y sus dioses

Henry "Fritz" Schaefer III
Se sigue afirmando que la ciencia y la fe no son compatibles. Más aun, se dice que no es posible ser científico y creyente. Este artículo, escrito por el Dr. Henry F. Schaefer, III, nominado al Premio Nobel, nos demuestra lo contrario.
De la historia el autor extrae el testimonio de famosos científicos que compatibilizaron muy bien su fe con su ciencia. De los científicos modernos nos comparte el testimonio de reconocidos investigadores en diferentes ramas de la ciencia que, clara y directamente, se identifican como cristianos.
Este artículo es una lectura fácil y amena que le ayudará a conocer la verdad sobre una conexión que nunca se ha perdido.


La ciencia y el cristianismo: ¿conflicto o coherencia?

El origen de esta conferencia
Empecé a enseñar Química a estudiantes de primer año en Berkeley (Universidad de California, Berkeley, California, EE.UU.) en la primavera de 1983. Normalmente dábamos las clases en auditorios grandes de una capacidad de unas 550 plazas. El primer día de clase, la cantidad que hubo aquella mañana en particular era de unos 680. El auditorio estaba lleno. Los que hayan estudiado química de primer año en una universidad grande tendrán sentimientos ambivalentes respecto a aquella asignatura.

Nunca había dado una conferencia a un grupo de 680 personas, y me sentía un poco preocupado. Pero había preparado una demostración fantástica para ellos. En Berkeley, el auditorio para las conferencias de ciencias físicas tiene un escenario de tres partes, y giraba en círculos, así que uno podía ir a su parte del escenario y trabajar varias horas antes de la conferencia, preparando todo. Mi ayudante, Lonny Martin que realizaba todas las demostraciones, estaba montando diez moles de una gran cantidad de sustancias- 10 moles de benzina, de hierro, de mercurio, de alcohol etílico, de agua, etc. En el momento idóneo, como el clímax de mi conferencia, iba a darle a un botón y Lonny aparecería y les enseñaría los diez moles de los varios elementos. Los estudiantes recibirían un gran conocimiento al darse cuenta de que lo único que tenían en común estos elementos era que aparecían en números iguales de moléculas.

Iba a ser maravilloso. Llegamos a ese momento de la conferencia, y dije, “Lonny, vente para aquí y enséñanos los moles”. Presioné el botón para que girara el escenario y no pasó nada. No me di cuenta de que Lonny estaba bloqueando mi botón porque no estaba listo con los moles. Me dio una vergüenza terrible. Estaba delante de 680 estudiantes y no tenía la más remota idea de lo que iba a decir, así que hice algunos comentarios espontáneos. Dije, “Mientras esperamos a los moles, les voy a contar lo que me pasó ayer en la iglesia”.

Estaba desesperado. Había un gran silencio entre aquellos 680 estudiantes. Habían llegado con toda clase de ideas sobre lo que era la clase de química de primer año, pero entre esas ideas no figuraban cuentos sobre la iglesia.

Seguía: “Permítanme contarles lo que dijo ayer mi maestro de la escuela dominical”. El nivel de interés subió más todavía. “Yo quería que el grupo de la iglesia me diera algo de apoyo moral, espiritual, o lo que sea, para llevar bien esta clase de química tan grande, pero no me lo dieron. De hecho, el maestro les preguntó a todos, en mi honor:

¿Cuál es la diferencia entre un perro muerto en medio de la calle, y un profesor de química muerto en medio de la calle?”

Mi clase disfrutaba mucho, y todavía no había llegado a la parte graciosa del chiste. Se rieron a carcajadas. Sólo la idea de un profesor de química muerto y en medio de la calle les resultó graciosísima. Estoy seguro de que algunos empezaban a pensar: “Si este individuo muere justo antes del examen final, probablemente no tendríamos que tomarlo. Todos aprobaríamos, y sería maravilloso”.

Les conté que mi maestro nos había dicho que la diferencia entre el perro muerto en medio de la calle, y el profe de química muerto en medio de la calle es que delante del perro hay marcas del frenazo.

La clase pensó que el chiste fue maravilloso. Se tranquilizaron, le di al botón, y apareció Lonny con los moles. Fue un comienzo maravilloso para mi carrera como conferenciante de química de primer año.

Después de la clase, se acercaron unos 50 estudiantes. La mitad tenían preguntas normales como “¿qué casilla tengo que marcar en esta matriculación?” Siempre hay preguntas así. Pero la otra mitad tenía otra pregunta. Básicamente querían saber por qué estaba yo en la iglesia. Uno en particular dijo, “La persona que más admiraba en la vida fue mi profesor de química del instituto del año pasado. Él me había dicho con mucha convicción que es imposible ser químico practicante y tener algún punto de vista religioso. ¿Qué piensa usted de eso?”

No pude contestarle a fondo en aquella ocasión, pero los estudiantes me pidieron que hablara más sobre el tema. Aquello fue el origen de esta conferencia.

Presenté esta conferencia en Berkeley y en San Francisco muchas veces. Cuando me trasladé a la Universidad de Georgia hace varios años, el interés por la conferencia aumentó. Y algunos miembros del profesorado se quejaron a la administración. Fue una época interesante en mi vida. El periódico de Atlanta, y el más grande del sureste de EE.UU., The Atlanta Journal and Constitution, publicó una editorial que apoyaba mi derecho de dar esta conferencia, declarando que “los fanáticos están demandando un control riguroso sobre la diseminación de ideas”.

Una perspectiva sobre la relación entre la ciencia y el cristianismo
Vamos hablar de esta cuestión sobre la relación entre la ciencia y el cristianismo con los términos más amplios y razonables posibles. La relación entre la ciencia y las otras disciplinas intelectuales no ha sido siempre buena. Por eso, muchos creen que ha habido siempre un estado de guerra entre la ciencia y el cristianismo. Pero yo creo que esto no representa la historia completa.

Por ejemplo, el texto literario de Susan Gallagher y Roger Lundeen que salió hace poco dice:

Durante los últimos años de la historia actual, la literatura a menudo ha parecido estar en oposición a la ciencia. Pero para entender bien la literatura, hay que entender que la ciencia ocupa un lugar primordial en nuestra sociedad. Durante los últimos dos o tres siglos, los científicos han establecido las normas para la verdad en la cultura occidental. Y su innegable utilidad al organizar, analizar y manipular los hechos, les ha dado a los científicos una importancia sin precedentes en la sociedad moderna.

Esto no ha sido agradable para todos. Por ejemplo, a John Keats, el gran poeta romántico, no le gustaba la postura de Isaac Newton respecto a la realidad. Decía que amenazaba con destruir todo lo bello del universo. Temía que un mundo en donde los mitos y las visiones poéticas habían desaparecido, sería un lugar estéril y poco atractivo. En su poema Lamia, habla de este poder destructivo. En este poema, Keats utiliza la palabra filosofía en vez de ciencia, así que intentaré sustituir la palabra “filosofía” con la palabra “ciencia”, porque eso es lo que quiere decir.

Do not all charms fly
At the mere touch of cold science?
There was an awful rainbow once in heaven
We knew her woof and texture.
She is given in the dull catalog of common things.
Science will clip an angels wings,
Conquer all mysteries by rule and line,
Empty the haunted air and gnome's mind,
Unweave a rainbow.

Traducción:

¿No vuelan todos los encantos
con el simple toque de la gélida ciencia?
Hubo una vez un horrible arcoiris en el cielo
conocimos su tejido y textura.
Ella es presentada en el opaco catálogo de las cosas comunes.
La ciencia trasquilará las alas del ángel,
conquistará todos los misterios con sus reglas y lineas,
vaciará el aire embrujado y la mente del nomo,
desenredará un arco iris.

Lo que quiero decir es que ha habido conflictos entre la ciencia y virtualmente todas las demás disciplinas intelectuales. Así que no es de sorprender si existe algo de conflicto entre la ciencia y el cristianismo.

¿Ha desacreditado la ciencia a Dios?
Clive Staples Lewis
Sin embargo, muchas veces se oye que “la ciencia ha desacreditado a Dios”. C. S. Lewis, en su autobiografía Surprised by Joy (Sorprendido por el gozo), dice que antes creía así. Habla sobre su ateísmo cuando era joven, y le echa la culpa a la ciencia. Dice,

Entenderá usted que mi ateísmo se basaba inevitablemente en lo que yo consideraba los descubrimientos de los científicos, y aquellos descubrimientos, como yo no era científico, los aceptaba por fe; en realidad, por la autoridad de los científicos.

Lo que dice Lewis, es que alguien le había explicado que la ciencia había desacreditado a Dios, y él se lo creyó, aunque no sabía nada de la ciencia.

Un punto de vista un poco más equilibrado es el de uno de mis héroes de la ciencia, Erwin Schrödinger. Fue fundador de la mecánica ondulatoria y estableció la ecuación más importante de la ciencia, la ecuación Schrödinger. Dice,

Erwin Schrödinger
Nobel Física 1933
Me quedo asombrado al ver que el retrato científico del mundo es tan deficiente. Nos da mucha información sobre los hechos, ordena toda nuestra experiencia de una forma maravillosamente consistente, pero es terriblemente silenciosa en cuanto a todas las cosas que tocan nuestros corazones, y que nos importan de verdad. No nos puede decir nada sobre el rojo y el azul, lo amargo y lo dulce, el dolor o el placer físicos; no sabe nada de lo bello ni de lo feo, del bien ni del mal, de Dios o de la eternidad. La ciencia a veces finge contestar a este tipo de preguntas, pero las respuestas a menudo son tan tontas que no las tomamos en serio.

La gente sí que cuenta buenas historias. Los científicos a menudo cuentan historias interesantes sobre la religión. La historia que cito a continuación viene de Chemistry (Química) de gran Bretaña, una revista importante en el mundo de la química. Al hablar sobre la publicación de un nuevo libro, exploran una idea interesante:

Si Dios solicitara al gobierno una beca para hacer investigaciones, se lo negarían por las siguientes razones:

* Su proyecto es demasiado ambicioso.
* No tiene ningún historial válido.
* Su única publicación ha sido un libro, en vez de un artículo en un boletín científico controlado.
* Se niega a colaborar con la competencia.
* Su propuesta para la tierra y los cielos no se sustenta.

Las alternativas a la creencia en el Dios soberano del universo.

Lev Davidovich Landau
Nobel Física 1962
Lev Landau
Quiero poner a dos ateos como ejemplo. El primero es Lev Landau, el físico soviético más brillante de este siglo. Fue autor de muchos libros famosos, colaborando en ellos su colega, Lifchets. De hecho, yo utilizaba algunos de sus libros cuando era estudiante en M.I.T. (Instituto de Tecnología de Massachusetts) Este relato viene de su biografía, escrita por su buen amigo, Kolotnikov. Fue publicada en Physics Today (Física Hoy). Cuenta algo que ocurrió al final de su vida. Dice Kolotnikov:

La última vez que vi a Landau fue en 1.968, después de una operación que tuvo. Su salud se había deteriorado apreciablemente. Nos llamaron a mí y a Lifchets al hospital. Allí nos informaron de que no había prácticamente ninguna posibilidad de salvarle. Cuando entré en su habitación, Landau se encontraba acostado, mirando hacía la pared. Oyó mis pasos, giró la cabeza, y dijo, “Kollat, sálvame, por favor”. Fueron las últimas palabras que me pronunció. Aquella noche murió.

Dr. Subrahmanyan Chandrasekhar
Nobel Física 1983
Subrahmanyan Chandrasekhar
Chandrasekhar fue un astrofísico famoso. Recibió el Premio Nobel de física en 1983. Fue miembro del profesorado de la Universidad de Chicago durante muchos años. Al final de su biografía, aparece una entrevista. Chandrasekhar dice,

En realidad, me considero ateo. Pero tengo una sensación de desilusión porque la esperanza de contentamiento y de una visión de paz en mi vida que esperaba sentir como resultado de haber tenido una meta ha quedado en general insatisfecho.

Su biógrafo queda atónito, y responde:

¿Qué? Pero si no entiendo. ¿Ud. quiere decir que la su dedicación exclusiva a la ciencia, a entender las partes de la naturaleza y su comprensión con tanto éxito de la naturaleza aun le deja con un sentimiento de desasosiego?

Chandrasekhar continúa de forma seria, diciendo:

Realmente no disfruto de un sentido de satisfacción. Todo lo que he hecho parece ser poco.

El biógrafo intenta hacer que la conversación sea un poco más liviana, diciendo que todo el mundo se siente así. Pero Chandrasekhar no le deja, diciendo:

Bueno, puede ser, pero el hecho de que otras personas sientan lo mismo que yo, no cambia el hecho de que uno lo este experimentando. No se vuelve menos personal por esa consideración.

Y la afirmación de Chandrasekhar al final:

Lo que es cierto en mi caso personal, es que no siento la armonía que había anhelado de joven. He perseverado en la ciencia durante más de cincuenta años. El tiempo que he dedicado a otras cosas ha sido minúsculo.

¿Es posible ser cristiano y científico a la vez?
Así que el tema que quiero desarrollar tiene que ver con la pregunta que aquel joven me hizo después de la clase de química de primer año en Berkeley, “¿es posible ser científico y a la vez cristiano?” El estudiante y su profesor de química del instituto obviamente pensaban que no era posible.

Dr. Charles Percy Snow
C. P. Snow
Voy a empezar desde terreno neutral al citar a dos personas que no tienen ninguna posición teísta. El primero es C. P. Snow. C. P. Snow tiene la fama de haber escrito un libro que se titula The Two Cultures (Las dos culturas). Fue físico-químico en la Universidad de Oxford. A la mitad de su carrera profesional, descubrió que era un buen escritor, y empezó a escribir novelas. El tema principal de sus novelas, es la vida universitaria en Inglaterra. Una se llama Masters (Profesores), y yo la recomiendo. Snow se hizo bastante rico ejerciendo este don, y así pudo ocupar una posición entre el mundo de las ciencias y el mundo de la literatura.

Escribió este libro, que en su época gozó de bastante fama, sobre las dos culturas: las ciencias y las humanidades. Dijo que según las estadísticas, la cantidad de científicos incrédulos es un poco más alta que la cantidad de incrédulos del resto del mundo intelectual, aunque hay muchos científicos que son religiosos, sobre todo entre científicos jóvenes, segmento en crecimiento. Así que, ¿es posible ser científico y cristiano? C. P. Snow, que definitivamente no era cristiano, dijo que sí.

Richard P. Feynman
Nobel Física 1965
Richard Feynman
Richard Feynman, ganador del Premio Nóbel de física en 1965, fue una persona muy singular. Unos 9 años antes de recibir el premio Nóbel, dijo: “muchos científicos creen en la ciencia al igual que creen en el Dios del Apocalipsis, y de una forma perfectamente consistente”. Así que, ¿es posible ser científico y cristiano? Según Richard Feynman, sí.

Un buen resumen respecto a esto lo escribió Alan Lightman, autor de un libro bien recibido que se llama Origins (Orígenes). Lightman es catedrático de M.I.T, y publicó este libro con la editorial Harvard University Press. Él dice,

Las referencias a Dios, son comunes en la literatura científica hasta mediados / finales del siglo XIX. Es probable que la falta de referencias religiosas después de esto se deba más bien a un cambio en las formas sociales y científicas aceptadas entre los científicos que no a cualquier cambio en el pensamiento fundamental de ellos. En realidad, y al contrario de los mitos populares, los científicos suelen tener la misma variedad de actitudes que tiene la población en general.

Ahora bien, lo anterior se podría entender como una aseveración estrictamente anecdótica. A los americanos nos encantan las estadísticas. He aquí a los resultados de una encuesta de la sociedad profesional, Sigma Zi. Tres mil trescientas personas respondieron, por lo que las cifras no sufren de ninguna incertidumbre estadística. El título del artículo en cuestión declara que los científicos se encuentran bien anclados en la corriente de la sociedad. Además, dice que la mitad de ellos participan regularmente en actividades religiosas. Según la encuesta, 43% de los científicos doctorados se encuentran en la iglesia los domingos. De la población en general, 44% asisten a la iglesia los domingos. Así que queda claro que sea lo que fuere la cosa que precipita los sentimientos religiosos en las personas, no tiene nada que ver con tener un título universitario en las ciencias.

Dr. Michael Polanyi
Michael Polanyi
Vamos a profundizar un poco más al considerar una afirmación de Michael Polanyi, catedrático de química y posteriormente de filosofía en la Universidad de Manchester. Su hijo, John Polanyi, ganó el premio Nóbel en 1986. Yo creo que cuando se haya olvidado por completo la obra científica de John Polanyi, aunque ha sido magnífica, la obra de su padre seguirá siendo importante.

Michael Polanyi fue un gran físico-químico en la Universidad de Manchester. Cuando llegó a la mitad de su vida profesional, cambió a la filosofía. Allí también se distinguió. Sus libros no son fáciles de leer. Su libro de mayor influencia es el que se titula Personal Knowledge (Conocimiento personal). Polanyi era de descendencia judía, nacido en Hungría. Por las mismas fechas en que cambió a filosofía, también se hizo miembro de la Iglesia Católica Romana. Dijo,

Voy a reexaminar las suposiciones que subyacen a nuestra fe en la ciencia, y me propongo demostrar que estas suposiciones son mucho más extensas de lo que normalmente se piensa. Parecerán entretejerse con todos los fundamentos espirituales del hombre, y llegar hasta las mismas raíces de su existencia social. Por lo tanto, propondré que nuestra fe en la ciencia se debe de considerar como parte de unas convicciones mucho más amplias.

Si usted lee el resto del libro, llegará a la misma conclusión que yo. Me parece que la hipótesis de Polanyi es que el observador siempre está allí en el laboratorio. Siempre llega a conclusiones. Nunca es neutral. Cada científico trae suposiciones a su trabajo. Un científico, por ejemplo, nunca cuestiona la solidez del método científico. Históricamente, esta fe fue surgió de la creencia cristiana que Dios Padre creó un universo perfectamente ordenado.

Ahora quiero mostrarles la evidencia de esto.

La ciencia se desarrolló dentro de un ambiente cristiano
Quisiera empezar con una declaración escandalosa que siempre causa una reacción. Es algo que dijo Robert Clark, un científico británico. Les hará pensar. Él dice,

A pesar de cómo interpretemos el hecho, la verdad es que el desarrollo científico sólo ha ocurrido dentro de una cultura cristiana. Los antiguos tenían cerebros tan buenos como los nuestros. En todas las civilizaciones, Babilonia, Egipto, Grecia, la India, Roma, la China, etc., la ciencia avanzó hasta cierto punto y entonces se detuvo. Es fácil especular, diciendo que la ciencia a lo mejor habría podido avanzar igual sin el cristianismo. Pero en realidad, no fue así. Y no es extraño que no fuera así, porque el mundo pagano creía que había algo moralmente malo en la ciencia. En Grecia, esta convicción se basaba en la leyenda de Prometeo, el portador del fuego, y prototipo científico, que robó el fuego de los cielos atrayendo así la ira de los dioses”.

Yo habría preferido que Clark dijera “desarrollo científico sostenido”. Creo que se ha pasado un poco de la línea aquí, pero nos da algo en que pensar.

Sir Francis Bacon
Francis Bacon
Vamos a explorar la idea que forma la base de las declaraciones de Clark y de Polanyi, o sea, que la ciencia creció en un ambiente cristiano. A mí me enseñaron que Francis Bacon había descubierto el método científico. Los críticos ahora mantienen que lo robó de otro, y que sólo lo hizo popular. Pero esa polémica la dejamos a los historiadores de la ciencia.

Una de las declaraciones de Francis Bacon se llama la declaración “dos libros”. Es muy famosa. Bacon dijo:

Que nadie piense o sostenga que una persona pueda investigar demasiado o ser demasiado erudita ni en el libro de la palabra de Dios, ni en el libro de las obras de Dios.

Está hablando de la Biblia como el libro que contiene las palabras de Dios, y de la naturaleza como el libro de las obras de Dios. Él está animando a aprender lo máximo posible sobre los dos. De modo que justo en el comienzo del método científico, nos encontramos con esta declaración.

J. Kepler
Johannes Kepler
Johannes Kepler propuso la idea de las órbitas elípticas para los planetas. Á él se le considera el descubridor de las leyes del movimiento planetario. Era cristiano luterano devoto. Cuando le preguntaron, “¿por qué estudias la ciencia?”, respondió que en sus investigaciones científicas, deseaba conseguir una prueba ejemplar del deleite del Creador en su obra, y así participar en ese gozo. Esto se ha dicho desde entonces de muchas maneras: para tener los mismos pensamientos que Dios detrás de Él, para conocer la mente del hombre. Se podría considerar a Kepler como deísta, sólo según la primera declaración. Pero más tarde dijo,

Creo solamente en el servicio a Jesucristo. En Él habita todo refugio y consuelo.

Blaise Pascal
Blaise Pascal
Blaise Pascal fue un científico magnífico. Es el padre de la teoría matemática de la probabilidad y del análisis de combinaciones. Proveyó el enlace esencial entre la mecánica de los fluidos y la mecánica de los cuerpos rígidos. Es el único científico físico que hizo contribuciones profundas al pensamiento cristiano. Muchos de estos pensamientos se encuentran en el pequeño tomo titulado Pensées sur la religión (1669), el cual yo tuve que leer en mi segundo año en M.I.T. (Estaban intentando civilizar a los “geeks” de M.I.T., pero unos años más tarde se dieron cuenta de que no funcionaba, y ya no teníamos que estudiar cursos de humanidades.)

La teología de Pascal se centra en el personaje de Jesucristo como Salvador y está basada en la experiencia personal. Pascal declaró:

Dios hace al hombre consciente de su vileza interior, la cual la Biblia llama “pecado” y de Su misericordia infinita. Se une a lo más profundo del alma del hombre, y la llena de humildad y de gozo, de confianza y de amor, haciéndole incapaz de cualquier fin que no sea Él mismo. Jesucristo es el fin de todo y el centro hacia el cual todo tiende.

Pascal también dijo:

En el centro de cada ser humano hay un vacío en forma de Dios, que sólo Jesucristo puede llenar.

Robert Boyle
Robert Boyle
Robert Boyle fue quizás el primer químico. Desarrolló la idea de los átomos. Muchos de mis estudiantes de química de primer año conocen la ley de Boyle. De vez en cuando veo a uno de mis ex alumnos de química. Les pregunto si se acuerdan de algo de la clase. A menudo dicen: pv = nrt. Entonces sé que he tenido éxito. Esta fórmula es la ley ideal de gases, de la que la ley de Boyle forma una parte.

Boyle fue un hombre muy ocupado. Escribió muchos libros. Uno de ellos fue The Wisdom of God Manifested in the Works of Creation (La sabiduría de Dios manifestada en las obras de la creación). Proveyó personalmente un fondo para conferencias dedicadas a la defensa del cristianismo en contra de la indiferencia y el ateísmo. Fue buen amigo deRichard Baxter, uno de los grandes teólogos del puritanismo. Fue gobernador de la Sociedad para la extensión del evangelio de Jesucristo en Nueva Inglaterra.

Sir Isaac Newton
Isaac Newton
Aunque no estoy de acuerdo con ella, una encuesta de hace poco, sobre quién es la persona más importante de la historia, le dio ese honor a Sir Isaac Newton. Newton fue matemático, físico, descubridor junto con Leibnitz del cálculo, y el fundador de la física clásica. Fue el primero de los tres grandes físicos teoréticos. Pero también escribió mucho sobre otras cosas. Intentó hacer química también, pero en su época todavía no había llegado el momento. Escribió más sobre teología que sobre ciencia. Escribió un libro sobre la segunda venida de Cristo que se titulaba Observations on the prophecy of Daniel and the Revelation of Saint John(Observaciones sobre las profecías de Daniel y del Apocalipsis de San Juan). Dijo:

Este sistema tan bello del sol, de los planetas y cometas sólo podría proceder del consejo y del dominio de un Ser Poderoso e Inteligente.

Se podría inferir de esta declaración, que Newton fuera deísta (del deísmo, un sistema de religión natural que afirma la existencia de Dios pero que niega la relación del mismo). Sin embargo, la cita a continuación demuestra que no lo era:

Hay más marcas de autenticidad en la Biblia de las que hay en cualquier otro libro de historia profano.

La conclusión es que Newton fue literalista bíblico. No fue suficiente para él deducir un artículo de fe de las Escrituras. Dijo:

Tiene que ser expresado de la misma forma, con palabras firmes, como lo expresaron los Apóstoles. Porque los hombres son dados a formar divisiones por culpa de las deducciones. La fe verdadera se encontraba en los textos bíblicos.

George Trevellian, un historiador secular, hizo este resumen de las contribuciones de estos individuos:

Boyle, Newton y los miembros fundadores de la Sociedad Real fueron hombres religiosos que refutaban las doctrinas escépticas de Thomas Hobbs. Pero familiarizaron a sus compatriotas con la idea de la ley en el universo y con los métodos científicos de búsqueda para descubrir la verdad. Se creía que estos métodos nunca les llevarían a conclusiones inconsistentes con la historia bíblica y con la religión de los milagros. Newton vivió y murió en esa fe.

M. Faraday
Michael Faraday
Mi favorito –y seguramente el mayor científico experimental de todos– fue Michael Faraday. El aniversario del 200 aniversario del nacimiento de Michael Faraday se celebró hace poco en la Royal Institution (un laboratorio multidisciplinario de investigaciones en Londres). Mi amigo Sir John Thomas publicó un artículo muy interesante, que decía que si Michael Faraday hubiera vivido en la época del Premio Nóbel, se habría ganado por lo menos ocho de ellos. Faraday descubrió la bencina (éter del petróleo) y la radiación electromagnética, inventó el generador eléctrico, y fue el principal arquitecto de la teoría clásica de campos.

Vamos a hacer un contraste con el final de su vida y el final de la vida de Lev Landau. Faraday estaba cerca de la muerte. Un amigo que vino a verle le dijo, “Don Miguel, ¿qué clase de especulaciones tiene UD. ahora?” Este amigo quería introducir un poco de humor en la situación. Faraday siempre hacía especulaciones sobre la ciencia, y en seguida se iría corriendo al laboratorio para probarlas. Fue un comentario razonable.

Pero Faraday lo tomó muy en serio. Respondió:

Especulaciones, amigo, no tengo ninguna. Sólo tengo certezas. Le doy gracias a Dios de que no tengo que descansar mi cabeza agonizante sobre las especulaciones, porque “yo sé a quién he creído y estoy seguro que es poderoso para guardar mi depósito para aquél día”.

Dr. J. C. Maxwell
James Clerk Maxwell
El segundo de los tres grandes físicos teoréticos de todos los tiempos fue James Clerk Maxwell. Alguien ha descrito la carrera de Maxwell así:

Maxwell poseía todos los dones necesarios para los avances revolucionarios en la física teorética: un entendimiento profundo de la realidad física, una gran capacidad matemática, una ausencia total de ideas preconcebidas, y una imaginación altamente activa. También tenía la capacidad de reconocer un trabajo digno de su genio: la interpretación matemática del concepto de Faraday del campo electromagnético. Uno de los logros más grandes de la inteligencia humana ha sido este trabajo, cuyos frutos son las ecuaciones matemáticas de los campos electromagnéticos que llevan el nombre de Maxwell.

De lo anterior, hay una cosa con la que no estoy de acuerdo. Si Maxwell hubiera sufrido una ausencia total de ideas preconcebidas, habría logrado una total ausencia de ciencia. Así que esto no fue escrito, desde luego, por un científico; un “cabeza blanda”. Sin embargo, esta declaración es básicamente buena.

Maxwell dijo:

Considere lo que Dios ha pensado hacer con todos los que se someten a su justicia y que están dispuestos a recibir su don [de vida eterna en Cristo Jesús]. Serán conformados a la imagen de su Hijo, y cuando se haya cumplido eso, y Dios vea que están conformados a la imagen de Cristo, ya no puede haber más condenación.

Maxwell y Charles Darwin fueron contemporáneos. Muchos se preguntan ¿qué habrá pensado Maxwell de las ideas de Darwin? De hecho, una vez Maxwell fue invitado a asistir una conferencia en la Riviera italiana en el mes de febrero para hablar sobre la Biblia y los nuevos desarrollos científicos de la época. Si Ud. ha pasado tiempo en Cambridge, Inglaterra, sabe que el tiempo es muy deprimente en invierno. Si yo hubiera sido catedrático allí, yo sí que habría aprovechado la oportunidad de ir a la Riviera en invierno.

Maxwell no aceptó la invitación, diciendo:

La velocidad de cambio en las hipótesis científicas es naturalmente más rápida que la de la interpretación bíblica. Así que, si una interpretación se basa en alguna nueva hipótesis, puede ayudar a que la hipótesis siga a flote mucho tiempo después de que tendría que ser hundida y olvidada.

Y esto es verdad. Un ejemplo de esto es la teoría “steady-state” (estado permanente), hecha popular por Fred Hoyle y muchos otros. Es una de dos teorías en conflicto sobre el origen del universo. La hipótesis “steady-state” dice básicamente que lo que se ve ha estado siempre allí. Se hizo menos defendible en 1965 cuando Arnold Pansias y Robert Wilson observaron la radiación de fondo de microondas. Ya no hay muchos que creen en la hipótesis “steady-state”. Es interesante volver atrás a eso de 1960 y encontrar estudios sobre el libro de Génesis para ver cómo reconcilian esta hipótesis con el primer capítulo de Génesis. Cualquier persona razonable puede ver que el Génesis habla de un principio que sale de la nada (ex nihilo), así que requiere explicaciones muy interesantes para reconciliar un principio con la hipótesis “steady–state”.

Esta hipótesis será olvidada en cuestión de 20 años o así. Pero los estudios sobre el Génesis seguirán disponibles en las bibliotecas sin que nadie pueda entenderlos.

La ciencia es por naturaleza una actividad tentativa
[Shaefer enseña al público un cómic muy conocido.]

Después de consultar con varios matemáticos, llegué a la conclusión de que la ecuación de este cómic carece de sentido, pero el chiste es muy apropiado. [Un personaje] dice, "Lo más deprimente es la realización de que todo lo que creemos ahora será refutado en pocos años”. Espero que no sea cierto en cuanto a mi trabajo en la química cuántica. No creo que sea así, pero sí que hay algo de verdad en esto porque la ciencia en sí es una actividad tentativa. Siempre llegamos a conclusiones que necesitan por lo menos, algo de perfeccionamiento.

Alguien que desde luego no es admirador del cristianismo que confesaban Faraday y Maxwell ha dicho:

Las decisiones religiosas de Faraday y de Maxwell eran evasiones efectivas, aunque no elegantes, de los problemas sociales que distrajeron y destruyeron la calidad del trabajo de muchos de sus contemporáneos más capaces,

Lo que está diciendo es que por ser cristianos Maxwell y Faraday no se convirtieron ni en alcohólicos ni en mujeriegos como aparentemente hicieron sus capaces colegas.

Los químicos orgánicos

W. H. Perkin
William Henry Perkin
Necesito meter aquí un poco de química orgánica para que mis colegas del lado orgánico sepan que también a ellos les he hecho algo de caso. William Henry Perkin fue quizás el primer gran científico de la química orgánica sintética. Descubrió el primer colorante sintético y se ha puesto su nombre a las transacciones Perkins de la Sociedad Real de Londres. Vendió una empresa próspera y se jubiló para realizar investigaciones privadas y para desarrollar iniciativas misioneras a la edad de 35 años en el año 1873.

Sir George Stokes
George Stokes
Podemos leer de George Stokes en cualquier número de la revista Journal of Chemical Physics (Boletín de la química física), la mejor revista en mi campo. En números recientes, la “Coherent Anti–Stokes Romin Spectroscopy” (CARS) [Espectroscopia Romin Anti-Stokes Coherente] ha sido el tema de mucha polémica. Stokes es uno de los grandes pioneros de la espectroscopia, el estudio de fluidos y de la florescencia. Ocupó una de las posiciones más distinguidas en el mundo académico durante más de cincuenta años, la Cátedra Lucasiana de la Matemática en Cambridge- la misma posición ocupada por Sir Isaac Newton y ahora por Stephen Hawking. También era presidente de la Sociedad Real de Londres.

Stokes no sólo escribió de la química orgánica; sino también escribió sobre la teología natural. Sobre los milagros, Stokes dijo,

Si admites la existencia de un Dios personal, en seguida entra la posibilidad de los milagros. Si las leyes de la naturaleza funcionan según su voluntad, él que las hizo existir, puede suspenderlas...

W. Thomson (Lord Kelvin)
William Thomson
William Thomson fue conocido más tarde como Lord Kelvin. Thomson fue un científico fantástico. Ha sido reconocido como el mejor científico físico y el mejor profesor de ciencias de su época. Sus primeros trabajos sobre el electromagnetismo y el calor son una prueba duradera de su genio científico. Era un cristiano de una fe muy fuerte en Dios y en la Biblia. Dijo:

No tengáis miedo de ser libres pensadores. Si piensas con suficiente fuerza, la ciencia te obligará a creer en Dios.

Joseph John "J.J." Thomson
J. J. Thomson
En 1897, J. J. Thomson descubrió el electrón. Fue el catedrático Cavendish de física en la Universidad de Cambridge.

El antiguo laboratorio Cavendish está ubicado en medio del campus universitario de Cambridge. Tantas cosas se descubrieron allí que lo convirtieron en museo. Quince premios Nóbel fueron el resultado de los trabajos que se realizaron allí. Sobre la puerta se encuentra esta frase en latín: “El temor de Jehová es el principio de la sabiduría”. Un nuevo laboratorio Cavendish fue construido en el campo. Sin embargo, también lleva sobre su puerta esta misma frase de Proverbios, pero en inglés en vez de en latín.
J. J. Thomson dijo lo siguiente en Nature:

A lo lejos se distinguen cimas [científicas] aún más altas que concederán a los que las conquistan todavía más posibilidades, y que profundizará en ellos la sensación cuya verdad es enfatizada por cada avance de la ciencia, que las obras del Señor son grandes.

Los químicos teóricos

Charles Coulson
Charles Coulson
Charles Coulson es uno de los tres arquitectos principales de la teoría de la órbita molecular. Habría recibido el Premio Nóbel, pero no aprobó la primera prueba. La primera prueba para recibir el Premio Nóbel es llegar a los 65 años. La segunda es la de haber hecho algo importante a eso de los treinta y pico. Coulson realizó trabajos muy significativos a los treinta y algo, pero como murió a los 64, se descalificó de recibir el Premio Nóbel.

Coulson, que fue catedrático de matemáticas en la Universidad de Oxford, durante muchos años fue también pastor laico de la iglesia metodista. Fue un vocero para los cristianos que trabajaban en las ciencias académicas y fue quien acuñó el término de la teología del “Dios de las brechas”.

En las memorias biográficas de la Sociedad Real posteriores a la muerte de Charles Coulson, leemos una descripción de su conversión a la fe en Jesucristo en 1930 como estudiante con 20 años de edad en la Universidad de Cambridge. Coulson dio el siguiente testimonio:

Éramos unos diez estudiantes que juntos buscábamos a Dios, y juntos lo encontramos. Aprendí por primera vez en mi vida que Dios era mi amigo. Dios se hizo real para mí, absolutamente real. Lo conocía, y podía hablar con Él como nunca me lo había imaginado antes, y mis tiempos de oración fueron el momento más glorioso del día. La vida tenía un propósito, y ese propósito afectaba todo.

La experiencia de Coulson fue muy semejante a la que yo tuve en Berkeley. Me gustaría poder decir que oí truenos desde los cielos y que Dios me habló en una voz audible, y por eso me convertí al cristianismo. Pero no fue así, pero sí tuve esta misma percepción de la que habla Coulson: un sentido de propósito y una percepción más aguda de los colores de la vida.

El sucesor de Coulson como químico teorético de Oxford, fue Norman March, un buen amigo mío. También es pastor laico metodista.

Robert B. Griffiths
Robert Griffiths
Robert Griffiths, miembro de la Academia Estadounidense de las Ciencias, y catedrático de física Otto Stern en la Universidad Carnegie Mellon, recibió uno de los premios más buscados de la Sociedad Americana de Física en 1984 por su trabajo en la física mecánica y en la termodinámica. La revista Physics Today (La física hoy) reveló que es cristiano evangélico y teólogo de afición y que ayuda a enseñar una clase sobre el cristianismo y la ciencia. Él dijo hace poco:

Si nos hiciera falta un ateo para celebrar un debate, yo acudiría a la facultad de filosofía; la de física no nos podría ayudar en eso.

En la Universidad de Berkeley, entre 55 profesores de química, sólo uno se quería identificar como ateo, mi buen amigo Bob, con quien sigo teniendo muchas conversaciones sobre las cosas espirituales.

Dr. Richard H. Bube
Richard Bube
Durante muchos años, Bube fue director del departamento de la ciencia material en la Universidad de Stanford y realizó trabajos fundamentales sobre la física de los estados sólidos referente a los semiconductores. Dijo lo siguiente:

Proporcionalmente hay tantos camioneros ateos como científicos ateos.

Dr. John Suppe
John Suppe
Fue miembro de la Academia Estadounidense de las Ciencias y profesor notable de geología en Princeton; fue experto en el campo de la tectónica, y como catedrático emprendió una larga búsqueda de Dios. Empezó a asistir a los servicios religiosos en la capilla de Princeton, y a leer la Biblia y otros libros sobre el cristianismo. Se entregó a Cristo y experimentó por primera vez el compañerismo cristiano en Taiwan, donde sirve de catedrático visitante. Dice:

Algunos cristianos no científicos, cuando conocen a un científico, quieren en seguida iniciar un debate sobre la evolución. Esto es una equivocación muy grave. Si Ud. se diera cuenta de los problemas que los científicos experimentan en sus vidas: el orgullo, la ambición egoísta, los celos, diría que son exactamente las cosas que Jesús quería solucionar por medio de su muerte en la cruz. El campo de la ciencia está lleno de personas con personalidades muy fuertes que a menudo se meten en conflicto las unas con las otras. El evangelio es lo mismo para los científicos que para los demás. El tema de la evolución es simplemente una distracción. Si un científico está buscando el significado de la vida, no lo va a encontrar en la teoría de la evolución. Nunca he conocido a una persona no cristiana que quisiera entrar en debate conmigo sobre la evolución.

Dr. Charles H. Townes
Nobel Física 1964
Charles H. Townes
Para mí, el científico del siglo es Charlie Townes. (Por supuesto es amigo mío y a lo mejor tengo prejuicios.) Pero hizo algo bastante importante cuando descubrió el láser. Casi ganó su segundo Premio Nóbel por la primera observación de una molécula interestelar. Ha escrito su autobiografía, que se titula Making Waves [Levantando olas] (un juego de palabras que se refiere al fenómeno de la forma ondulada de los láseres, y que en inglés también quiere decir “causando problemas”).

Aquí incluyo un extracto de la historia de su vida:

Usted preguntará, “¿y qué tiene que ver Dios con esto?”, y para mí es casi una pregunta sin sentido. Si usted cree en Dios, no hay un “donde” – siempre está allí, en todos los sitios... Para mí, Dios es personal y a la vez omnipresente. Es una gran fuente de fuerza, y ha hecho una gran diferencia en mi vida.

A los ochenta años, Charlie Townes sigue con un programa muy activo de investigaciones en Berkeley.

Dr. Arthur Schawlow
Nobel Física 1981
Arthur Schawlow
Schawlow ganó el Premio Nóbel de Física en 1981, es catedrático de física en la Universidad de Stanford, y admite abiertamente su cristianismo. Formula esta declaración, que para mí sólo la puede decir un científico:

Somos muy afortunados porque tenemos la Biblia, y sobre todo el Nuevo Testamento, que nos dice tanto sobre Dios en términos asequibles y humanos.

Allan Sandage
El cosmólogo observacional más grande del mundo, es astrónomo en el Instituto Carnegie. El periódico The New York Times le llamaba El Gran Viejo de la cosmología cuando ganó un premio de un millón de dólares de la Academia Real Sueca de las Ciencias. Dijo:

Dr. Allan Sandage
La naturaleza de Dios no se puede encontrar en ninguno de los descubrimientos de la ciencia. Para eso, hay que acudir a las Escrituras.

En un libro, le hicieron a Sandage la clásica pregunta, ¿es posible ser científico y cristiano? y él respondió, sí, yo lo soy. Sandage era de etnia judía, y se convirtió al cristianismo a los cincuenta años, y si esto nos confirma que nunca es tarde, ¡entonces no sé cuando podría hacerlo!

Este hombre es el responsable de las mejores estimaciones sobre la edad del universo: unos 14 mil millones de años. Pero cuando le piden a este cosmólogo brillante que explique cómo es posible ser científico y cristiano a la vez, en vez de acudir a la astronomía, acude a la biología:

El mundo es demasiado complejo en todas sus partes e interconexiones como para ser el resultado de un accidente fortuito... Estoy convencido de que la existencia de la vida con todo su orden y con cada uno de sus organismos está simplemente demasiado bien armada.

Dr. William Phillips
Nobel Física 1997
William Phillips
Ahora en el campo de la física, es posible ser mucho más joven y recibir el Premio Nóbel. Phillips no tiene ni 50 años, y ya lo tiene. Fue reconocido su desarrollo de métodos para enfriar y atrapar átomos con luz de láser. En una rueda de prensa después del anuncio de que había ganado el Premio Nóbel, Phillips dijo:

Dios nos ha dado un mundo increíblemente fascinante en que vivir y para explorar.

Según The New York Times, Phillips “canta en un coro gospel que él mismo formó en la iglesia Fairhaven United Methodist Church, una congregación multirracial de unos 300 miembros en Gaithersburg, Maryland (EE.UU.). También enseña una clase de la escuela dominical y lleva estudios bíblicos”. Si Ud. sigue leyendo el artículo, verá que cada sábado por la tarde, va en coche con su mujer al centro de Washington, D.C. para recoger a una anciana ciega afro americana, de 87 años, para ayudarla a hacer la compra y luego llevarla a comer.

Dr. David Cole (izq.)
Dr. Francis Collins (der.)
David Cole & Francis Collins
Ya que mi área de conocimientos queda justo entre la química y la física, no puedo hablar con tanta seguridad del campo de las ciencias biológicas. Sin embargo, mi compañero de muchos años, David Cole, bioquímico de Berkeley, y Francis Collins, pionero de la fibrosis cística, y Director del Proyecto del Genoma Humano, el proyecto científico más grande de la historia, son cristianos activos y bien conocidos.



¿Por qué hay tan pocos ateos entre los físicos?
Muchos científicos están considerando seriamente los hechos que ven a su alrededor. Dicen lo siguiente:

El arreglo actual de la materia indica una selección muy especial de condiciones iniciales.
—Paul Davies

En realidad, si consideramos todas las posibles constantes y leyes que podrían haber emergido, las probabilidades en contra de un universo que produjera la vida como el nuestro son inmensas.
—Stephen Hawking

Una interpretación de los hechos, usando sólo el sentido común, sugiere que un “súper-intelecto” ha jugado con la física, al igual que con la química y la biología, y que en la naturaleza no hay ninguna fuerza ciega que cuente para algo.
—Fred Hoyle

Como escribió el Apóstol Pablo en su Epístola a los romanos:

Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas...

¿Por qué hay la percepción de una batalla continua?
La última pregunta que quiero hacer es ésta: ¿Por qué hay tanta gente que sigue creyendo que hay una batalla entre la ciencia y el cristianismo? No niego que haya un debate. Pero creo que, según los hechos, lo que Ud. piensa de Dios no depende de si tiene un doctorado en las ciencias.

Y ¿por qué a algunos les gusta pensar que esta supuesta batalla sigue con tanta furia? Yo creo que, en parte, es una falsa representación de la realidad. Permítanme darles un ejemplo. Andrew Dickson White fue el primer presidente de la Universidad de Cornell (estado de Nueva York, EE.UU.), la primera universidad estadounidense fundada sobre principios estrictamente seculares. (Todas las demás habían sido fundadas en el cristianismo.) En 1896 él escribió un libro famoso, The History of the Warfare of Science With Theology, (Historia de la guerra entre la ciencia y el cristianismo). Aquí les ofrezco un extracto:

Juan Calvino lo empezó en su comentario sobre Génesis al condenar a todos los que no aceptaban a la Tierra como el centro del universo. Remató el asunto al referirse, como de costumbre, al primer versículo de salmo 93 preguntando: “¿quién se atreverá a poner la autoridad de Copérnico por encima de la del Espíritu Santo?”

¡Esto no le favorece mucho a Juan Calvino! Pero, ¿cuál es la verdadera historia detrás de todo esto? Alistair McGrath, el Conferenciante Brampton de la Universidad de Oxford, y quizás el más grande experto académico sobre Calvino, ha escrito hace poco una biografía erudita de Calvino, e investiga lo anterior con mucho detalle. Dice:

Esta declaración de Calvino la repite hasta la saciedad cada escritor que alude al tema de la ciencia y la religión, como por ejemplo Bertrand Russell en su History of Western Philosophy (Historia de la filosofía occidental). Pero se puede decir con autoridad que Calvino nunca escribió esas palabras en su comentario sobre Génesis, y tampoco expresó ningún sentimiento semejante en ninguna de sus obras conocidas. La declaración de que sí lo escribió se encuentra sin evidencia en las obras de otros autores del siglo XIX...

Sería justo preguntar qué es lo que creyó Calvino sobre la teoría copernicana heliocéntrica del sistema solar. Pues, la respuesta es que no lo sabemos. Lo más seguro es que Calvino ni sabía de Copérnico. Su nombre no fue exactamente el tema de las conversaciones domésticas en Francia o en Suiza en el año 1520. Pero en el prefacio de su traducción del Nuevo Testamento al francés, Calvino escribió:

El propósito principal de las Escrituras es el de llevarnos al conocimiento de Jesucristo, y después de conocerlo con todo lo que ello implica, deberíamos parar y no aspirar a aprender más.

Conclusión


Espero que les haya dado una idea de la historia de la ciencia. Los que han tomado clases de química y de física en el primer año de la universidad reconocerán a muchas de las personas que he mencionado. En realidad, la razón por la que he preparado esta conferencia, es que estas personas representan perfectamente a los que he enseñado en tales clases.

Hay una tradición riquísima de científicos distinguidos que fueron y que son cristianos. Espero que mis investigaciones sean lo suficiente importantes como para incluirme a mí entre ellos. También espero que les haya dado la suficiente evidencia para que nunca más crean que es imposible ser científico y cristiano a la vez.

Dr. Henry F. Schaefer, III
El Doctor "Fritz" Schaefer ocupa la posición de Graham Perdue Professor of Chemistry (catedrático de Química de Graham Purdue) y es director del Center for Computational Quantum Chemistry (el departamento de Química Cuántica computacional) en la Universidad de Georgia (EE.UU.). Ha sido nominado para el Premio Nóbel y hace poco fue nombrado el tercer químico más citado del mundo. “El significado y el gozo de mis investigaciones vienen a través de los momentos ocasionales cuando descubro algo nuevo y me digo: ¡así es como lo hizo Dios! Mi meta es entender un pequeño rincón del plan de Dios.” --U.S. News & World Report, 23 de diciembre, 1991.


No hay comentarios:

Publicar un comentario