La Biblia y el cerebro explican las similitudes entre humanos y chimpancés

Fazale Rana

“¿Acaso las similitud genética del 99% entre humanos y chimpancés no es evidencia a favor de la evolución?”

Cuando hablo sobre temas de fe y ciencia, casi siempre me hacen esta pregunta. La inquietud raramente me sorprende, pero mi respuesta a menudo toma a las personas algo desprevenidas. “Los relatos de creación bíblicos admiten fácilmente las similitudes genéticas entre humanos y chimpancés. De hechos, las predicen”.

Este acuerdo inesperado viene de un examen de los pasajes bíblicos pertinentes y de estudios recientes que muestran la base genética para las diferencias entre el cerebro de los humanos y el de los chimpancés. Primero, los datos bíblicos.

Génesis 2:7 describe la creación de Adán y dice que Dios “formó al hombre del polvo de la tierra”. El verbo “formó” se traduce del verbo hebreo original yasar, que significa “formar”, “modelar” o “producir”.1Génesis 2:19 usa yasar para describir la obra de Dios al formar “de la tierra toda bestia del campo y toda ave de los cielos”. Juntos, estos dos versículos indican que tanto el hombre como los animales fueron modelados por el Creador a partir de la misma sustancia. Por lo tanto, se deduce que deben existir similitudes anatómicas, fisiológicas, bioquímicas y genéticas entre los humanos y los demás animales, incluyendo la “similitud genética del 99%” entre los humanos y los chimpancés.

Y, sin embargo, según Génesis 2:7 sólo Adán fue animado con el soplo divino, dando a entender que los humanos tienen algo distinto. Génesis 1:26, 27 (y 5:12) enseña que sólo los seres humanos fueron hechos a la imagen de Dios. Como resultado, los humanos exhiben características no físicas únicas que reflejan esa imagen.

Evidentemente, eso significa que existirán también diferencias físicas significativas entre los humanos y otros animales, variaciones que brindan el apoyo biológico para la similitud de la humanidad con Dios. Muchas de estas cualidades surgen de la estructura y las actividades del cerebro. A pesar de sustanciales similitudes genéticas, la Biblia anticipa diferencias significativas entre el cerebro de los humanos y el de los grandes simios.

La creciente evidencia científica revela que la similitud genética no tiene ninguna incidencia en la disparidad biológica y de conducta entre los humanos y los chimpancés. En cambio, lo que importa es la forma en que los genes se usan (expresión génica).

Un estudio demostró que los patrones de coexpresión de genes para los humanos y los chimpancés difieren considerablemente en la corteza cerebral pero son mayormente similares en las regiones subcorticales.2Otro estudio indica que el genoma de los humanos y el de los chimpancés varía en el contenido de los microARN (las moléculas que regulan la expresión génica).3 La forma en que los genes se regulan y expresan se corresponde con las profundas disimilitudes en las estructuras cerebrales y las capacidades cognitivas (comportamiento) de los humanos y los chimpancés, lo cual explica las diferencias cruciales entre los humanos y los grandes simios.

Estos descubrimientos biológicos indican que, en consonancia con Génesis 1 y 2, el Creador usó los mismos materiales (genes) para construir a los humanos y a los chimpancés, pero empleó estos recursos de forma tal que generó tipos de criaturas radicalmente distintas, uno de los cuales lleva en forma única la imagen de Dios.


Referencias:
1. R. Laird Harris, Gleason L. Archer Jr., and Bruce K. Waltke, eds.Theological Wordbook of the Old Testament, vol. 1 (Chicago: Moody Press, 1980), 396.
2. Michael C. Oldham, Steve Horvath, and Daniel H. Geschwind, “Conservation and Evolution of Gene Coexpression Networks in Human and Chimpanzee Brains,” Proceedings of the National Academy of Sciences, USA 103 (2006): 17973-78.
3. Eugene Berezikov et al., “Diversity of MicroRNAs in Human and Chimpanzee Brain,” Nature Genetics 38 (2006): 1375-77.


Traducción: Alejandro Field
Artículo original: Bible and Brains Explain Human-Chimp Similarities, Connections, Second Quarter / 2007

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