¿El 'dios de las brechas' o la mejor explicación?

Ken Samples

Una objeción frecuente de los escépticos a la apologética cristiana es que los teístas asumen una forma de razonar denominada del “dios de las brechas”. Esta acusación significa que, cuando se trata de los diversos argumentos teístas, el creyente generalmente atribuye las brechas (especialmente) en el conocimiento científico a Dios. Por ejemplo, cuando la ciencia no puede explicar cómo el universo llegó a la existencia o cómo la vida se originó en la Tierra, el apologista cristiano señala rápidamente a Dios como una supuesta causa o explicación. Por lo tanto, la acusación del escéptico es que los cristianos lo único que hacen es dar a su ignorancia un nombre: “Dios”.

El naturalista (una persona que cree que el cosmos físico es la realidad última) supone que, dado el tiempo suficiente, la exploración científica descubrirá una explicación puramente naturalista para lo que hoy es científicamente inexplicable. El científico de Oxford Richard Dawkins respondió de esta forma al argumento de Michael Behe basado en la complejidad irreducible (la idea de que la complejidad de algunas formas de vida no puede ser explicada mediante pasos evolucionistas graduales). Dawkins y otros naturalistas piensan que atribuir los misterios científicos a Dios es ilegítimo y frena los descubrimientos científicos.

Sin embargo, es importante notar cuán arraigados están los naturalistas en su esquema mental y su cosmovisión. Cuando se trata de la ciencia, sólo se permiten explicaciones físicas y materiales (llamado naturalismo metodológico); lo sobrenatural es descartado a priori (sin verificación). Además, algunos naturalistas expresan una confianza excesiva en que el futuro explicará la realidad. Pero no viven en el futuro y es ilegítimo apelar a las explicaciones esperadas del futuro para explicar la realidad presente (lo que se necesita es evidencia en el presente). Esta forma deficiente de razonar constituye la falacia de argumentum ad futuris(“acepte esto porque la evidencia futura lo sustentará”). Irónicamente, hasta se lo podría llamar un razonamiento de “naturalismo de las brechas”.

Pero, mientras que la ciencia moderna ha tenido bastante éxito en explicar muchos aspectos específicos del universo físico, algunos observadores de la empresa científica piensan que puede haber alcanzado sus límites cuando se trata de explicar las verdaderamente grandes preguntas de la existencia. (1) Esos límites podrían no permitir respuestas a preguntas tan profundas como el origen del universo, el origen de la vida y el origen de la conciencia. Si esta perspectiva, si bien fuertemente cuestionada, se aproxima siquiera a la verdad, entonces las grandes explicaciones naturales de la ciencia pueden haberse agotado. De ser así, el naturalismo como cosmovisión no ha podido explicar adecuadamente la realidad (especialmente sus grandes rasgos). Dado este escenario pesimista (desde la perspectiva de un naturalista), parece ser que apelar a lo sobrenatural para explicar la realidad puede tener alguna legitimidad después de todo.

Independientemente del curso tomado por los naturalistas, sin embargo, debe notarse que los teístas cristianos más sofisticados no usan el razonamiento del dios de las brechas. Más bien, los estudiosos cristianos apelan a Dios como una inferencia a la mejor explicación. En lógica, este enfoque se denomina razonamiento abductivo. Como los argumentos inductivos, la forma abductiva de razonar produce sólo verdad probable. A diferencia de la inducción, sin embargo, los argumentos abductivos no intentan predecir posibilidades futuras. Este cuidadoso proceso de pensamiento toma los datos, los hechos, la evidencia y los fenómenos del mundo para extraer la explicación más consistente y plausible para estas realidades. Esta forma de razonamiento lógico abductiva es muy similar a la forma de razonar de los detectives, abogados, historiadores y científicos. Por ejemplo, los científicos a veces postulan ideas que no son observables para explicar los datos que se observan (piense en la materia oscura). Este enfoque postula al Dios bíblico como la mejor explicación para todas las realidades que se encuentran en el mundo y en la vida.

Una de las mayores fuerzas del teísmo cristiano como cosmovisión es el alcance de su poder explicativo. El punto de vista histórico cristiano da cuenta del conjunto de realidades en la naturaleza y en la experiencia humana, incluyendo: (2) 

1. El universo–su fuente y su comienzo singular, orden, regularidad y ajuste fino
2. Entidades abstractas–la existencia y la validez de las matemáticas, las leyes de la lógica y los modelos científicos (que incluyen su correspondencia con el universo de tiempo-espacio-materia, según lo concebido en la mente de los seres humanos)
3. La ética–la existencia de valores morales universales, objetivos y prescriptivos
4. Los seres humanos–su existencia, conciencia, racionalidad, libre agencia, naturaleza enigmática, impulso moral y estético, y su necesidad de significado y propósito en la vida
5. Los fenómenos religiosos–la naturaleza espiritual y la experiencia religiosa de la humanidad, los sucesos milagrosos del cristianismo y el carácter, las afirmaciones y las credenciales únicas de Jesucristo

Estas realidades se corresponden con lo que la Biblia enseña acerca de Dios al crear el universo y, específicamente, a los seres humanos a su propia imagen (imago Dei). Sin embargo, la cosmovisión cristiana en general no supone ingenuamente la actividad o la intervención divina como una explicación para todo lo que los humanos aún no pueden explicar, sino más bien ofrece una teoría explicativa genuina y válida para la naturaleza de las realidades de la vida. Para muchos pensadores cristianos, la inferencia a la mejor explicación es un enfoque poderoso y convincente para intentar explicar la realidad.

Las filosofías escépticas de la vida como el naturalismo tienen grandes dificultades para explicar las realidades universales. Según esta base, el alcance explicativo del teísmo cristiano parece muy superior al del naturalismo.

Referencias:
1 Ver John Horgan, The End of Science: Facing the Limits of Knowledge in the Twilight of the Scientific Age (New York: Broadway, 1996).
2 Esta lista ha sido extractada de Kenneth Richard Samples, A World of Difference: Putting Christian Truth-Claims to the Worldview Test (Grand Rapids: Baker, 2007), 270-71.

Traducción: Alejandro Field
Artículo original: God-of-the-Gaps or Best Explanation? 

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