miércoles, 13 de marzo de 2013

Icarus se analiza la Señal Wow! del Diseño Inteligente

La búsqueda de señales inteligentes — el mensaje no lo tenemos lejos, sino muy cerca ...  en los mismos códigos de la vida que dan testimonio de que somos fruto de una intencionalidad y de un designio plasmado en un diseño súperinteligente y trascendente más allá de nuestra capacidad de investigar, pero no más allá de nuestra capacidad de recibir. Imagen - la penumbra de la Tierra : NASA.


Acaba de aparecer un nuevo artículo que puede añadirse al creciente montón de artículos sobre diseño inteligente aparecidos en revistas con revisión por pares. Aunque los autores no usan la frase «diseño inteligente», su razonamiento se centra en la detección de una señal inteligente incorporada en el código genético —un mensaje matemático y semántico que no puede ser explicado mediante una causa natural, «ni darwinista ni lamarckiano», ni por afinidades químicas o energéticas, ni por ninguna otra.

El Dr. Vladimir I. shCherbak, matemático en la Universidad Nacional Kazaja al-Farabi de Kazajstán, y Maxim A. Makukov, astrobiólogo en el Instituto Astrofísico Fesenkov de Kasakhstan, dieron a su artículo un titular con gancho: «La señal “Wow!” del código genético terrestre». Su artículo ha sido aceptado para su publicación en la prestigiosa revista de ciencia planetaria Icarus, donde ya está disponible en línea.

Su título procede de una curiosa señal SETI captada en 1977 que parecía tan artificial que, al principio, un investigador escribió «Wow!» junto a la misma. Sin ejemplos que siguieran, aquella señal se ha mantenido como interesante, pero no concluyente. Los doctores shCherbak y Makukov han procedido a investigar el «SETI biológico» —el «canal biológico» de comunicaciones (p. ej., el ADN) y han concluido con un «Wow!» — el código genético presenta características que se resisten a una explicación natural. El resumen dice así:

Se ha propuesto en repetidas ocasiones expandir el ámbito de SETI, y una de las alternativas sugeridas a la radio es el medio biológico. El ADN genómico ya se usa en la Tierra para almacenar información no biológica. Aunque de capacidad menor, pero más resistente en cuanto a inmunidad al ruido, tenemos el código genético. El codo es una correspondencia flexible entre codones y aminoácidos, y esta flexibilidad permite la modificación artificial del código. Pero, una vez fijado, el código podría mantenerse inmutable a través de escalas cosmológicas de tiempo; de hecho, es el artificio más duradero que se conoce. Por ello, representa un almacenamiento excepcionalmente fiable para una signatura inteligente, si la misma se conforma a requisitos biológicos y termodinámicos. Como el escenario actual para el origen de la vida terrestre dista de estar resuelto, no se puede excluir la propuesta de que pudiera haber sido sembrado de manera intencionada. Así, una «señal» estadísticamente intensa que indique inteligencia en el código genético es una consecuencia susceptible de prueba de dicho escenario. (Énfasis añadido.)

Como la teoría del diseño inteligente no considera la cuestión de la identidad del diseñador, el diseño por alienígenas espaciales es una posible causa inteligente; sin embargo, la frase que aquí se usa, «sembrado de manera intencionada», parecería referirse a una clase más amplia de inteligencia(s).

Aquí demostramos que el código terrestre exhibe una ordenación con una ordenación de una precisión exhaustiva que se ajusta con el criterio para ser considerado como una señal de información. Las simples disposiciones del código revelan un conjunto de patrones aritméticos e ideográficos del mismo lenguaje simbólico. Precisos y sistemáticos, esos patrones subyacentes se presentan como producto de una lógica precisa y de una computación no trivial en lugar de productos de procesos estocásticos (la hipótesis cero de que se deban a azar acompañado de unas presumibles rutas evolutivas queda rechazada con un valor de P < 10­­­-13). Los patrones exhiben unas marcas fácilmente reconocibles de artificialidad, entre las que aparecen el símbolo de cero, la privilegiada sintaxis decimal y simetrías semánticas. Además, la extracción de la señal involucra operaciones lógicamente directas pero abstractas, lo que hace que los patrones sean esencialmenteirreducibles a un origen natural. Se analizan formas verosímiles para incorporar la señal en el código y para la posible interpretación de su contenido. En conjunto, mientras que el código está casi optimizado biológicamente, su limitada capacidad se usa de una manera extremadamente eficiente para transmitir información no biológica.

Partiendo de aquí, los autores exploran una diversidad de fascinantes patrones que encuentran en el código genético mismo (no necesariamente en genomas animales) —esto es, la relación entre los pares de bases del ADN y los 20 aminoácidos. Son llevados a la conclusión de un designio no sólo por aquello que observan, sino también «por el hecho de que la manera en que el código llegó a ser aparentemente no azaroso y casi optimizado sigue siendo tema de disputa y sumamente especulativo». Ese razonamiento es parecido al de Stephen Meyer enSignature in the Cell [La Firma en la Célula], en la que se consideraron todas las posibles causas naturales para un fenómeno antes de inferir el designio.

La señal del origen inteligente, razonan ellos, era intensa debido a que tanto las señales aritméticas como ideográficas se hacen evidentes, donde ambas usan el mismo lenguaje simbólico. Los autores predicen que una señal, si existe, debería ser resistente a las modificaciones. Ejercieron el máximo esfuerzo por evitar la arbitrariedad, considerando qué causas naturales podrían estar disponibles para explicar sus resultados. Identificaron dos íntegros adimensionales —la redundancia de codones y la cantidad de nucleones en el conjunto de aminoácidos— como «números ostensivos» que forman la base de la señal, exponiendo de manera detallada cómo los patrones en esos números satisfacen las condiciones como señales inteligentes.

Por razones de espacio no se puede realizar un análisis completo de sus argumentos, pero daremos un ejemplo a modo de muestra. De los 20 aminoácidos, sólo la prolina sostiene su cadena lateral con dos enlaces, y tiene un hidrógeno menos en su bloque. El efecto de esto es «estandarizar» el código a un número de nucleones de 73 + 1 bloque. Pero la distinción entre bloque y cadena es, según ellos razonan, «puramente formal», porque no hay ninguna etapa en la síntesis de los aminoácidos donde el bloque y la cadena lateral estén separados. Aquí está su comentario:

Por tanto, no hay ninguna razón natural para la transferencia del nucleón en la prolina; puede entonces sólo ser estimulado en la mente de un receptor para conseguir la gama de aminoácidos con una estructura uniforme. Así, esta transferencia de nucleón parece artificial. Sin embargo, y de manera exacta, este parece ser su objetivo: protege a los patrones de ninguna explicación natural. La minimización de lasposibilidades para apelar a un origen natural es un interés específico de esta clase de mensajería, y este problema parece estar perfectamente resuelto para la señal en el código genético. Aplicadasistemáticamente sin excepciones, la transferencia artificial en la prolina posibilita el orden holístico ypreciso en el código. Así, actúa como una «clave de activación». En tanto que la naturaleza trata con la prolina real que no produce la señal en el código, un receptor inteligente encuentra fácilmente la clave y lee mensajes en lenguaje aritmético. ...

Además, encuentran un sistema decimal que incluye el cero (mediante codones de parada), y muchas otras fascinantes señales de origen inteligente. Examinan también posibles críticas, como la pretensión de que los patrones pudieran deberse a causas naturales desconocidas:

Pero este criterio equivale a preguntar si es posible en absoluto incorporar patrones informacionalesen el código de modo que puedan ser interpretados inequívocamente como una firma inteligente. Larespuesta parece ser que sí, y una manera de hacerlo es hacer los patrones virtuales, no efectivos.Exactamente lo que se observa en el código genético. Los equilibros estrictos y la sintaxis decimal aparecen sólo con la aplicación de la «clave de activación».

En efecto, la transferencia del nucleón de la prolina es como un anillo de decodificación que hace clara la señal y todos los bloques quedan equilibrados. Algunas otras señales de artificialidad son que las sumas de nucleones son múltiples de 037; los codones de paro actúan como el cero en un sistema decimal, y que todos los tres decimales de tres dígitos (111, 222, 333, 444, 555, 666, 777, 888 y 999) aparecen en el código al menos una vez, «lo que tambiénparece una característica intencionada».

¿Podrían acaso esos patrones deberse a la selección o a cualquier otro proceso natural? ¿Podrían ser un mero «epifenómeno» de presiones químicas hacia igualdades de masas, o de alguna otra cosa?

Pero difícilmente podrá imaginarse cómo un proceso natural puede conducir una distribución de masa en representaciones abstractas del código donde unos codones se descomponen a bases o se contraen mediante redundancia. ... ningún proceso natural puede dirigir la distribución de masas para producir el equilibrio ... los aminoácidos y las señales sintácticas que constituyen ese equilibrio soncompletamente abstractos por cuanto son producidos por la traducción de una hebra que se lee a través de codones.

Cosa aún más convincente, no hay ninguna causa natural que pueda producir semántica —especialmente de la clase que involucra «semántica interpretativa o lingüística específica de la inteligencia», escriben ellos. «Es exactamente esta última clase de semántica la que se revela en la señal del código genético.» Aquí tenemos un resumen de los patrones que, concluyen ellos, exhiben designio:

En resumen, no sólo la señal misma revela características de la inteligencia —unas igualdades nucleónicas estrictas, su notación decimal distintiva, transformaciones lógicas que acompañan a las igualdades, el símbolo cero y simetrías semánticas, sino que el mismo método de su extracción involucra operaciones abstractas —la consideración de moléculas idealizadas (libres y no modificadas), la distinción entre sus bloques y cadenas, la clave de activación, la contracción y la descomposición de codones. Concluimos que tomados en conjunto, todos esos aspectos señalan la naturaleza artificial de los patrones.

Para impedir que nadie perciba que proponen un mensaje creacionista, escriben: «Sea cual fuere la razón realdetrás del sistema decimal en el código, parece que fue inventado fuera del sistema solar ya hace varios miles de millones de años [sic]». En otras palabras, la posición que esos autores favorecen es la panspermia. (Se debe recordar, sin embargo, que hay múltiples versiones de panspermia.)

La tesis que presentan de un «SETI biológico» suena algo parecida a ideas dejadas ir por Paul Davies, y los autores dan su reconocimiento a Davies en su apartado de Agradecimientos, como también a Manfred Eigen en Alemania.

¿Cómo van los evolucionistas a responder a este artículo? Es difícil que lo puedan ignorar. Quizá quieran escarnecerlo como un ejemplo de la vieja numerología árabe, o como religiosamente inspirado (ya que Kazajstán, que financió el estudio, tiene un 70% de musulmanes). Ésas serían unas críticas injustas. Los autores tienen nombres rusos, doctorados certificados y han escrito en colaboración con lumbreras vanguardistas en Occidente. O quizá los críticos podrán rebatir que los autores proceden de un país extranjero con un nombre con demasiadas consonantes juntas para tomárselos en serio ...

No, parece que la única salida para los darwinistas sería la «Evasión de Dawkins». Se debe recordar la escena en el documental Expelled, donde Dawkins admite la posibilidad de panspermia para la Tierra siempre y cuando los diseñadores mismos hubiesen evolucionado mediante un proceso darwinista.

Lo que es más digno de nota acerca de este artículo es la semejanza en el razonamiento al designio entre los autores y los proponentes más conocidos de la teoría del diseño inteligente. No se hace ninguna apelación a la religión ni a textos religiosos; no se identifica al diseñador; sólo un razonamiento lógico que va del efecto a una causa suficiente. Los autores incluso aplican el «filtro del designio» al considerar el azar y la ley natural, incluida la selección natural, antes de inferir el designio.

Si los darwinistas quieren seguir identificando la tesis del diseño inteligente con el creacionismo bíblico formal, tendrán que enfrentarse con la muy secular revista Icarus.


Lectura recomendada
sobre las tesis, contenidos y distinciones entre Diseño Inteligente y creacionismo:
Image Credit: Earth at Twilight, NASA.

Fuente: Evolution News – In the Planetary Science Journal Icarus, the "Wow!" Signal of Intelligent Design 12/03/2013
Redacción: Evolution News & Views © 2013 - www.evolutionnews.org
Traducción y adaptación: Santiago Escuain, publicado en sedin-notas.blogspot.com.es
© SEDIN 2013 - www.sedin.org
Usado con permiso