lunes, 6 de mayo de 2013

Mutaciones y sus consecuencias


Mutaciones y sus consecuencias



Las mutaciones son, (primordialmente y de acuerdo a los científicos), cambios permanentes en el ADN. El ADN es la unidad de almacenamiento de información para todos los organismos, incluido el ser humano. El ADN se compone de dos largas cadenas que forman un doble hélice, compuesto de nucleótidos con bases nitrogenadas. Estas se representan por las letras G, C, A, y T. Cada una de estas bases o “letras” son parte de un código que almacena información sobre el color del pelo, la altura, la forma del ojo, etc. etc. Las bases se aparejan de dos en dos.

Las cadenas del ADN también contienen las instrucciones para formar proteínas, las cuales son esenciales para formar la vida de un organismo. Cada código de tres “letras” codifican para formar los aminoácidos que componen las proteínas.

Cuando se produce una mutación (la cual se debe a la entropía o degradación que existe en el mundo a causa del pecado según la revelación de Dios), hay un error en la secuencia de la información genética. Los evolucionistas no tienen ni idea porque existen las mutaciones, pero creen que la selección natural sin dirección inteligente las evita.

Hay diferentes tipos de mutaciones, pero todas se producen por pérdida de información genética debido a que el ADN se ha dañado. Los códigos no se forman adecuadamente, por lo que el organismo tiene que aceptar cambios que no son beneficiosos, aunque a primera vista les pueda parecer que lo son, como es el caso de la banana. (A partir de ahora tengo la intención de evitarlas y comer más bananas sin mutaciones aunque las tenga que hervir = plantains en Inglés).

No todas las mutaciones son iguales de perjudiciales. Algunas, como el cáncer, pueden llevar a la muerte, pero otras solo producen cambios que no son mortales.

Parece que la mayoría de mutaciones impiden la reproducción, y a eso se agarran los evolucionistas para declarar que ha nacido una nueva especie con lo que se quedan tan satisfechos pensando que esto prueba la evolución. No podrían estar más equivocados.

La palabra especie puede ser confusa, y la definición que le dan los evolucionistas no es la que el hombre de la calle entiende, por lo que ésto puede dar lugar a confusión. Por desgracia la gente, en general, no estudia estos temas pues está más interesada en los deportes, el cine, y las diversiones que en ninguna otra cosa, se deja adoctrinar por los que tienen una agenda: promover el ateísmo.

Por eso, nosotros que tenemos el deber de defender la integridad de la Palabra de Dios y el único relato de fiar sobre la creación, que se encuentra en el libro de fundamentos del Génesis, tenemos que explicar claramente qué es una especie y que es un género.

Una especie es un organismo que pertenece al mismo género. Esto quiere decir, por ejemplo, que hay varias especies de perros, pero todos pertenecen al mismo género de animales: el género de los caninos. Los perros nunca van a pertenecer al género o especie de los gatos, o el de los felinos. Los pájaros siempre serán pájaros; los reptiles siempre serán reptiles; las bacterias siempre serán bacterias.

El problema es que muchos usan la palabra especie y género de forma intercambiable, y eso es lo que trae confusión. Hay que explicar estas cosas a los que están confundidos, porque esto hace pensar que la Biblia está errada lo cual es imposible que suceda porque es la Palabra revelada de Dios, salida directamente de Su boca a los profetas que la escribieron. No hay NINGUNA posibilidad que tenga errores.

“Antes sea Dios veraz y todo hombre mentiroso” (Romanos 3:4)

“Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que DETIENEN CON INJUSTICIA LA VERDAD; porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó.

Pues las cosas INVISIBLES DE ÉL, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles POR MEDIO DESDE LA CREACIÓN DEL MUNDO, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa” (Romanos 1:18-20).

“Si fueren destruidos los fundamentos ¿qué ha de hacer el justo?” (Salmo 11:3).

Santa Biblia, Versión Reina Valera.

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