lunes, 26 de mayo de 2008

El legado de un cristiano

El legado es lo que tu ofreces como herencia a tus seres queridos y también a la sociedad; cuando hablamos de herencia la primera connotación que se nos viene a la mente es la de heredar los bienes materiales que les podamos dejar a nuestros hijos, pero el legado es mucho mas que eso, el legado es el ejemplo de nuestra vida, iniciando por nuestros principios y valores que les podemos inculcar, seguido claramente por el amor y respeto a la fuente de donde hemos aprendido a ser personas de bien es decir a nuestro señor Jesucristo; quiero hablarte un poco de esto no porque este pensando en la muerte y no tenga nada porque ser recordado, muchos piensan en su legado cuando están culminando su vida; mientras que el legado se forma por toda una vida y esa es la razón por la cual ahora como encargado de la educación cristiana de muchos jóvenes y de todo aquel que participe leyendo estos artículos, quiero que reflexionemos.

Nuestro legado se empieza a formar desde que tenemos razón propia, en otras palabras desde que somos jóvenes, antes que nos casemos y tengamos una familia; en la biblia aprendemos una serie de valores y principios que debemos practicar cada día, y estos rasgos son los que nos forman como personas de bien y que pueden aportar mucho a la sociedad; pero para empezar debemos ser personas responsables que cuando pensamos en casarnos, pensamos en ofrecerle mas que besos y caricias a nuestra(o) esposa(o); la responsabilidad de un cristiano tiene una visión mas amplia, y esto lo digo porque lamentablemente en la sociedad subdesarrollada que tenemos ni siquiera sabe que es ser “responsable” y lo mas curioso de todo es que muchas veces jóvenes cristianos terminan arruinando sus vidas, porque simplemente no utilizaron ni siquiera sentido común para enfrentar la situación; Dios no nos llama para que seamos irresponsables, el nos llama a ser como Cristo que siempre actuó responsablemente.

Desde el momento que tu conoces la vida debes conducirte por ella con mucha inteligencia es decir alguien que piensa siempre antes de actuar, debes tratar de ser una persona que los demás quieran imitar; de allí en adelante tienes la responsabilidad de conducirte de una manera correcta, y cuando te casas tu responsabilidad es mas amplia porque tienes que pensar en que le vas a ofrecer a tu hogar, (esposa(a) e hijos); muchas personas lo que ofrecen es una vida desordenada sin principios ni valores, una baja cultura, deudas, y por supuesto a no respetar a Dios, todas estas cosas son comunes en nuestro entorno; ahora bien una persona con estas características ¡que formación le puede ofrecer a sus hijos! Si ni siquiera piensa en esto antes de enfrentar un compromiso de esta naturaleza; mi consejo para tu vida es el siguiente: si tu piensas en casarte, piensa si ya tienes una formación cimentada en los principios y valores del manual de convivencia, me refiero a la biblia, porque esta es la verdadera madurez, si ya la tienes entonces tienes una base fundamental que ofrecerle a un hogar cristiano, y ahora puedes pensar en una responsabilidad mayor, porque ya podrás formar a tus hijos como personas de bien y sobre todo hijos temerosos de Dios.

Dios desea que tus hijos sean formados según el ejemplo de Cristo, pero primero debes ser formado tu, y así podrás formar a alguien mas.

Antes de tomar cualquier decisión piensa en lo que vas a hacer, y cuando te cases piensa en lo que vas a ofrecer, empezando por tus convicciones hasta llegar a lo material por ejemplo, el lugar donde van a vivir, recuerda que irte a vivir con tus padres es una actitud irresponsable, incluso va en contra de la norma divina “dejara a su padre y madre”; son muchos los factores que entenderás cuando seas lo suficiente maduro como para comprender que ser padre es mucho mas que engendrar hijos, o darlos a luz, o tal vez alimentarlos, un verdadero padre es aquel que forma hijos que contribuyen al desarrollo de su familia y de su país, yo pienso que de eso honraría mucho a nuestro señor Jesucristo.

Recuerda que los hijos son herencia de Dios; ¡tratemos de cuidar a esa herencia de Dios!

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