sábado, 21 de junio de 2008

Fe muerta

Todos sabemos que para ser salvos únicamente necesitamos poner nuestra fe en Cristo; la fe es creer con seguridad en alguien, es anticipar con nuestra mente la existencia de algo que todavía no se ve; “eso es fe” y cuando ponemos esa confianza en Cristo somos salvos; pero lógicamente la fe tiene efectos en las personas y esos efectos son a los que la Biblia les llama obras; tampoco podemos decir que por las obras somos salvos, pues las obras pueden existir sin fe; es decir “sin creer en la existencia Jesucristo como hijo de Dios y redentor” por esa razón Pablo nos enseña que la salvación no es por obras si no por la gracia que se alcanza cuando creemos en Jesús y estamos seguros que existe y lo obedecemos aunque no lo podamos ver.

Algunas personas pueden distinguirse por sus obras de bien; sin embargo todos sabemos que la Biblia es la voluntad de Dios, entonces una de las obras de la fe va a ser que nosotros obedezcamos su voluntad, porque lógicamente creemos certeramente en Dios padre, Jesús nuestro salvador, y por supuesto el espíritu santo, y su palabra (la Biblia) es la voluntad del que creemos que es nuestro salvador.

La Biblia encierra todo el conocimiento que Dios quiere que aprendamos para conducir nuestra vidas, y para no complicarnos todos los conocimientos que encontramos en la Biblia Jesús los resume en “amar a Dios con todo el corazón, y al prójimo con el mismo amor con el que me quiero”
en otras palabras la Biblia nos enseña a tener una perfecta relación con Dios y además a tener buenas relaciones interpersonales tomando en cuenta los parámetros (valores y principios) de la Biblia en todas las relaciones que tengamos, desde la relación con los padres, hasta con las personas que no conozcamos;
¡porque ellos son el prójimo!.


Cuando obedecemos la palabra de Dios, estamos demostrando que nuestra fe es genuina, porque obedecer su voluntad es la mayor obra que podemos hacer. Cuando amamos a Dios obedeciendo como el quiere que conduzcamos nuestra vida en el ambiente secular “estamos amando a Dios con el corazón y al mi prójimo como a nosotros”

Todos sabemos que para amar a Dios es necesario obedecer su voluntad; y su voluntad más que reglas religiosas son una norma de convivencia en nuestro entorno. Amar al prójimo como a mi mismo es preocuparme por el, tanto como lo hago por mí;
si nosotros nos esforzamos todos los días por tratar de mejorar nuestra vida material, que es algo normal; ahora bien califiquemos como nos amamos y si lo estamos haciendo así por los demás.

Después de este pequeño análisis, pensemos en impactar a los demás a través de los valores que aprendemos de Cristo, los cuales no solo nos identifican en todo lado si no también influyen en los demás.

Una fe viva, es aquella que obedece la manera de cómo Dios quiere que conviva en el mundo secular, la Biblia nos enseña desde ser íntegros en toda nuestra vida, hasta darle comida al necesitado; una fe muerta no tiene ningún tipo de señal de obediencia a la palabra, si no amamos a nuestro prójimo que lo vemos, como vamos a amar a Dios que no lo vemos.

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