miércoles, 3 de diciembre de 2008

El Primer Verdadero Papa

GREGORIO I, 590-604 d.C., es generalmente considerado como el primer Papa. Apareció en un tiempo de anarquía política y de grandes calamidades públicas en toda Europa. Italia, después de la caída de Roma en el 476 d.C., había llegado a ser un reino godo, y luego una provincia bizantina bajo control del emperador del Oriente. Ahora era saqueada por los lombardos. La influencia de Gregorio sobre los diferentes reyes tuvo un efecto estabilizador.

Estableció un control completo sobre las iglesias (de Italia, España, Galia e Inglaterra (cuya
conversión al cristianismo fue el gran evento de los días de Gregorio). Procuró incansablemente la purificación de la iglesia; depuso a obispos negligentes o indignos, y se opuso con gran celo a la práctica de la simonía (la venta de puestos). Ejerció gran influencia en
Oriente, aun cuando no reclamaba jurisdicción sobre la Iglesia oriental. El entonces Patriarca de Constantinopla se hizo llamar "Obispo Universal." Esto irritó grandemente a Gregorio, quien rechazó el título como "palabra viciosa y orgullosa," y rehusó que se le aplicara a si mismo.

Sin
embargo, prácticamente ejercía toda la autoridad que aquel título representaba. En su vida personal era un buen hombre, uno de los más puros y mejores de los Papas; incansable en sus esfuerzos a favor de la justicia para los oprimidos, y sin límite en sus caridades para con los pobres.

Sí todos los Papas hubieran sido tales, cuán diferente concepto tendría el mundo del
Papado.

Fuente: Compendio biblico I edición de Henry Haley

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