PRECURSORES DE LA REFORMA
Elaudio de Turín (832) se opuso al culto de imágenes la adoración de la cruz, las oraciones
por los muertos y otras prácticas de Roma. Era discípulo de Félix obispo de Urgel, quien
presidió en el 792 un Concilio español que prohibió el uso de imágenes en las iglesias.
Los petrobrusianos, seguidores de Pedro de Bruys, discípulo de Abelardo (1110) en Francia,
rechazaban la misa, afirmaban que la Comunión era un rito memorial, y que los ministros
debían casarse.
Arnoldo de Brescia, (1155), discípulo de Abelardo, predicaba que la Iglesia no debía tener
propiedades, que el gobierno civil corresponde a los laicos, y que debía librarse de Roma del
control papal. Fue ahorcado a petición del Papa Adriano IV.
Los albigenses o cátaros, en el sur de Francia, norte de España y norte de Italia. Predicaban
contra las inmoralidades del clero, las peregrinaciones y la adoración de santos y de imágenes;
rechazaban del todo al clero y sus pretensiones, y a las de la Iglesia de Roma; hacían mucho
uso de las Escrituras; vivían una vida abnegada y tenían gran celo por la pureza moral. Ya en
1167 eran quizás la mayoría de los habitantes del sur de Francia; en 1200 eran numerosos en
el norte de Italia y de España. En 1208 el Papa Inocencio III proclamó una cruzada contra ellos.
Ciudad tras ciudad fue puesta a espada y los habitantes asesinados sin distinción de edad ni
sexo.
En 1229 se estableció la Inquisición, y en menos de cien años los albigenses franceses
fueron exterminados. Aparecen en España hasta el siglo 15, y en Polonia hasta el 17.
Los valdenses, en el sur de Francia, España y norte de Italia. Valdo, rico comerciante de
Lyon, en 1170 dio sus bienes a los pobres y anduvo predicando. Combatió la usurpación y la
prodigalidad clericales; negó el derecho exclusivo del clero de enseñar el Evangelio; rechazó
las misas, las oraciones por los muertos y el purgatorio; enseñó que la Biblia es la única regla
de fe y de vida. Su mensaje creó gran interés en leer la Biblia. Fueron gradualmente sofocados
por la Inquisición, salvo en los valles alpinos al suroeste de Turín en donde aún permanecen.
Algunos creen ver en ellos una fusión de movimientos anteriores a Valdo, de sobrevivientes de
las mismas. Citan el hecho de que en aquellos valles se refugió Vigilancio (siglo 4), y quizás los
seguidores de Elaudio de la cercana ciudad de Turín, y otros grupos perseguidos. Hay una
mención católica romana de "valdenses" (gente de los valles) en 1144.
Petrarca, 1304-74, gran caudillo del Renacimiento, llamó la residencia papal de Aviñon una
sentina del infierno."
Juan Wyelif, 1324-1384, profesor en Oxford, Inglaterra, predicaba contra la tiranía espiritual
del clero y la autoridad del Papa. Se oponía a la existencia de papas, cardenales, patriarcas y
monjes; atacaba la transubstanciación y la confesión auricular. Defendía el derecho del pueblo
de leer la Biblia, y la tradujo al inglés. A sus seguidores se les llamaba lolardos.
Juan Hus, 1369-1415, rector de la universidad de Praga. Bohemia. Fue discípulo de Wyclif,
cuyos escritos habían llegado hasta Bohemia. Era predicador intrépido; atacaba los vicios del
clero y el estado corrompido de la Iglesia; condenaba la venta de indulgencias; rechazaba el
purgatorio, la adoración de santos y el culto en lengua extranjera; elevaba a las Escrituras por
encima de los dogmas y ordenanzas de la iglesia. Fue quemado vivo, y sus seguidores, una
gran parte del pueblo bohemio, casi exterminados en una cruzada ordenada por el Papa.
Savonarola, 1452-1498, de Florencia, Italia. Denunciaba como un profeta hebreo el
sensualismo y los pecados de la ciudad, y los vicios papales. La ciudad se reformó. El Papa
Alejandro VI, quiso callarle y aun intentó sobornarle con un cardenalato. Fue ahorcado y
quemado en la plaza mayor de Florencia, 19 años antes de que Lutero publicara sus 95 tesis.
Los anabaptistas aparecieron durante la Edad Medía en diferentes países europeos y bajo
diferentes nombres en grupos independientes. Representaban una variedad de doctrinas.
Generalmente eran fuertemente anticlericales; rechazaban el bautismo de párvulos; eran
fervientes adictos de las Escrituras y abogaban por la separación total de la Iglesia y del
Estado. Eran muy numerosos en Alemania, Holanda y Suiza en la época de la Reforma.
Perpetuaban ideas recibidas de generaciones anteriores. Por lo general eran un pueblo
apacible y de verdadera piedad, pero acérrimamente perseguido, especialmente en los Países
Bajos.
El Renacimiento, o avivamiento del saber, fue resultado en parte de las Cruzadas, de la presión
de los turcos y de la caída de Constantinopla. Contribuyó al movimiento reformista. Despertó
gran interés en las antiguas obras clásicas. Vastas sumas de dinero se gastaron en recolectar
manuscritos y fundar bibliotecas. Por aquel mismo tiempo se inventó la imprenta. Esto trajo la
abundancia de diccionarios, libros de gramática, y versiones y comentarios de las Escrituras.
Vino el estudio de las Escrituras en las lenguas originales. "El renovado conocimiento de las
fuentes de la doctrina cristiana reveló la vasta diferencia entre la sencillez natural del Evangelio
y la fabricación eclesiástica que profesaba fundarse en él." "La Reforma debió su ser al
contacto directo de la mente humana con las Escrituras," y trajo la emancipación de esa mente,
de la autoridad clerical y papal.
Erasmo, 1466-1536, el más grande erudito y más popular escritor de los días de la Reforma.
Su mayor ambición era librar a los hombres de falsos conceptos acerca de la religión decía que
la mejor manera de hacerlo era volver a las Escrituras. Su Nuevo Testamento griego (1512) dio
a los traductores un texto exacto sobre qué trabajar. Crítico implacable de la iglesia Romana se
deleitaba especialmente en ridiculizar a ''hombres no santos en ordenes santas." Ayudó
grandemente a la Reforma, pero nunca se unió a ella.
Las Condiciones. Había gran descontento por la corrupción de la Iglesia y del clero. El
pueblo estaba inquieto a causa de las crueldades de la Inquisición; los gobernantes civiles se
cansaban de la interferencia papal en los asuntos del Estado. ''Al toque de la trompeta de
Lutero, Alemania, Inglaterra y Escocia sobresaltaron como gigantes despertados del sueño"
Compendio Biblico I Edicion Henry Haley
por los muertos y otras prácticas de Roma. Era discípulo de Félix obispo de Urgel, quien
presidió en el 792 un Concilio español que prohibió el uso de imágenes en las iglesias.
Los petrobrusianos, seguidores de Pedro de Bruys, discípulo de Abelardo (1110) en Francia,
rechazaban la misa, afirmaban que la Comunión era un rito memorial, y que los ministros
debían casarse.
Arnoldo de Brescia, (1155), discípulo de Abelardo, predicaba que la Iglesia no debía tener
propiedades, que el gobierno civil corresponde a los laicos, y que debía librarse de Roma del
control papal. Fue ahorcado a petición del Papa Adriano IV.
Los albigenses o cátaros, en el sur de Francia, norte de España y norte de Italia. Predicaban
contra las inmoralidades del clero, las peregrinaciones y la adoración de santos y de imágenes;
rechazaban del todo al clero y sus pretensiones, y a las de la Iglesia de Roma; hacían mucho
uso de las Escrituras; vivían una vida abnegada y tenían gran celo por la pureza moral. Ya en
1167 eran quizás la mayoría de los habitantes del sur de Francia; en 1200 eran numerosos en
el norte de Italia y de España. En 1208 el Papa Inocencio III proclamó una cruzada contra ellos.
Ciudad tras ciudad fue puesta a espada y los habitantes asesinados sin distinción de edad ni
sexo.
En 1229 se estableció la Inquisición, y en menos de cien años los albigenses franceses
fueron exterminados. Aparecen en España hasta el siglo 15, y en Polonia hasta el 17.
Los valdenses, en el sur de Francia, España y norte de Italia. Valdo, rico comerciante de
Lyon, en 1170 dio sus bienes a los pobres y anduvo predicando. Combatió la usurpación y la
prodigalidad clericales; negó el derecho exclusivo del clero de enseñar el Evangelio; rechazó
las misas, las oraciones por los muertos y el purgatorio; enseñó que la Biblia es la única regla
de fe y de vida. Su mensaje creó gran interés en leer la Biblia. Fueron gradualmente sofocados
por la Inquisición, salvo en los valles alpinos al suroeste de Turín en donde aún permanecen.
Algunos creen ver en ellos una fusión de movimientos anteriores a Valdo, de sobrevivientes de
las mismas. Citan el hecho de que en aquellos valles se refugió Vigilancio (siglo 4), y quizás los
seguidores de Elaudio de la cercana ciudad de Turín, y otros grupos perseguidos. Hay una
mención católica romana de "valdenses" (gente de los valles) en 1144.
Petrarca, 1304-74, gran caudillo del Renacimiento, llamó la residencia papal de Aviñon una
sentina del infierno."
Juan Wyelif, 1324-1384, profesor en Oxford, Inglaterra, predicaba contra la tiranía espiritual
del clero y la autoridad del Papa. Se oponía a la existencia de papas, cardenales, patriarcas y
monjes; atacaba la transubstanciación y la confesión auricular. Defendía el derecho del pueblo
de leer la Biblia, y la tradujo al inglés. A sus seguidores se les llamaba lolardos.
Juan Hus, 1369-1415, rector de la universidad de Praga. Bohemia. Fue discípulo de Wyclif,
cuyos escritos habían llegado hasta Bohemia. Era predicador intrépido; atacaba los vicios del
clero y el estado corrompido de la Iglesia; condenaba la venta de indulgencias; rechazaba el
purgatorio, la adoración de santos y el culto en lengua extranjera; elevaba a las Escrituras por
encima de los dogmas y ordenanzas de la iglesia. Fue quemado vivo, y sus seguidores, una
gran parte del pueblo bohemio, casi exterminados en una cruzada ordenada por el Papa.
Savonarola, 1452-1498, de Florencia, Italia. Denunciaba como un profeta hebreo el
sensualismo y los pecados de la ciudad, y los vicios papales. La ciudad se reformó. El Papa
Alejandro VI, quiso callarle y aun intentó sobornarle con un cardenalato. Fue ahorcado y
quemado en la plaza mayor de Florencia, 19 años antes de que Lutero publicara sus 95 tesis.
Los anabaptistas aparecieron durante la Edad Medía en diferentes países europeos y bajo
diferentes nombres en grupos independientes. Representaban una variedad de doctrinas.
Generalmente eran fuertemente anticlericales; rechazaban el bautismo de párvulos; eran
fervientes adictos de las Escrituras y abogaban por la separación total de la Iglesia y del
Estado. Eran muy numerosos en Alemania, Holanda y Suiza en la época de la Reforma.
Perpetuaban ideas recibidas de generaciones anteriores. Por lo general eran un pueblo
apacible y de verdadera piedad, pero acérrimamente perseguido, especialmente en los Países
Bajos.
El Renacimiento, o avivamiento del saber, fue resultado en parte de las Cruzadas, de la presión
de los turcos y de la caída de Constantinopla. Contribuyó al movimiento reformista. Despertó
gran interés en las antiguas obras clásicas. Vastas sumas de dinero se gastaron en recolectar
manuscritos y fundar bibliotecas. Por aquel mismo tiempo se inventó la imprenta. Esto trajo la
abundancia de diccionarios, libros de gramática, y versiones y comentarios de las Escrituras.
Vino el estudio de las Escrituras en las lenguas originales. "El renovado conocimiento de las
fuentes de la doctrina cristiana reveló la vasta diferencia entre la sencillez natural del Evangelio
y la fabricación eclesiástica que profesaba fundarse en él." "La Reforma debió su ser al
contacto directo de la mente humana con las Escrituras," y trajo la emancipación de esa mente,
de la autoridad clerical y papal.
Erasmo, 1466-1536, el más grande erudito y más popular escritor de los días de la Reforma.
Su mayor ambición era librar a los hombres de falsos conceptos acerca de la religión decía que
la mejor manera de hacerlo era volver a las Escrituras. Su Nuevo Testamento griego (1512) dio
a los traductores un texto exacto sobre qué trabajar. Crítico implacable de la iglesia Romana se
deleitaba especialmente en ridiculizar a ''hombres no santos en ordenes santas." Ayudó
grandemente a la Reforma, pero nunca se unió a ella.
Las Condiciones. Había gran descontento por la corrupción de la Iglesia y del clero. El
pueblo estaba inquieto a causa de las crueldades de la Inquisición; los gobernantes civiles se
cansaban de la interferencia papal en los asuntos del Estado. ''Al toque de la trompeta de
Lutero, Alemania, Inglaterra y Escocia sobresaltaron como gigantes despertados del sueño"
Compendio Biblico I Edicion Henry Haley
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