miércoles, 7 de abril de 2010

COMO PEDIR LO QUE NECESITAMOS

Introducción

Desde pequeños aprendimos a pedir a otros lo que creíamos necesitar. Infortunadamente, muchos cristianos comentan sus necesidades o problemas con todos los que están a su alrededor, pero no se acercan a Dios en oración para pedirle que supla sus necesidades.

Algunos cristianos piensan que el orar por sus necesidades personales es una forma de incredulidad y no confianza en Dios. Aunque esta actitud aparentemente espiritual contradice la enseñanza de Jesús.

El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén.

Mateo 6.11-13 De cierto, de cierto os digo, que todo cuanto pidiereis al Padre en mi nombre, os lo dará. Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre; pedid, y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido. Juan 16.23-24

Dios no solo nos anima a pedir lo que necesitamos, también nos ordena a hacerlo. Puesto que el es nuestro proveedor.

Mucha gente aprende a usar formas sutiles y aun amables de lograr sus deseos. Usan artimañas, engaños o manipulaciones; sin embargo a veces no se consigue lo que se requiere. La solución para que un hijo de Dios logre la respuesta a sus plegarias no se encuentra en usar ningún método mundano como los que se han mencionado, sino que algo tan sencillo como pedir, y no recibir, es porque pedimos mal; y mal porque como lo escribió Santiago, pretendemos recibir algo de Dios para gastarlo en deleites que muchas veces nos pueden llevar no a no deleitarnos en Dios, sino todo lo contrario, es decir que esos deleites se pueden orientar mundanamente. Santiago 4.3

Oraré con el espíritu, pero oraré también con el entendimiento I Cor. 14.15 Pablo nos habla que si se ora en lengua desconocida, es necesario interpretación pues de lo contrario nuestro entendimiento queda sin fruto; de allí lo importante de saber que se esta diciendo; obviamente nosotros en nuestras oraciones no las hacemos en lenguas desconocidas, sin embargo la idea de hacerlo con entendimiento surge aunque no se hagan oraciones en lengua extraña, pues no podemos hacer oraciones de petición incoherentes, y carentes de sentido.

I) Pedir por motivos correctos: Necesitamos pedir las cosas correctas de la manera correcta. Santiago 4.3 Versión de las ameritas dice: Pedís y no recibís, porque pedís con malos propósitos, para gastarlo en vuestros placeres.

Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame Marcos 8.34

Debemos dejar nuestros deseos y preferencias y seguir los suyos en todo lo que hacemos; puesto que nuestros deseos pueden fácilmente estar orientados no a buscar la honrra de Dios; si no a los deleites carnales; por esta razón debemos ser cuidadosos en lo que pedimos. Negarnos a nosotros mismos no significa limitarnos y no pedir, sino significa negarnos los deseos o que no estén conforme a la voluntad de Dios para nuestra vida. Gal. 2.20 Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí. Debemos vivir entregados a la voluntad de cristo en nuestra vida.

Orar no es solo pedir lo que creemos que otros o nosotros necesitamos; aunque nuestros motivos sean sinceros y nuestros deseos nobles. Debemos pedir que se haga la voluntad de Dios y que todo aquello fortalezca nuestra fe en cristo.

El motivo principal en nuestras oraciones debe ser siempre que Dios reciba la gloria no nosotros. Nuestra meta no debe ser vivir para nuestros deleites, ni siquiera vivir en la zona más cómoda; necesitamos darnos cuenta que nuestra vida ya no nos pertenece, pues ha sido comprada a un alto precio, la sangre de Cristo.

II) Sometiéndonos a Dios: Además de presentarle a Dios y pedirle con una motivación correcta nuestras peticiones; debemos además considerar otro elemento esencial para que nuestras oraciones sean eficaces. Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros. Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones. Santiago 4.7-8

Para tener la oportunidad de acercarnos a Dios y tener comunión con Él, es necesario dar tres pasos.

1. Resistir al diablo: Implica ser sobrios, (Moderados en palabras, y comportamiento.) pues el maligno usa cualquier estrategia para impedir que oremos, o que hagamos la voluntad de Dios en nuestra vida; sin embargo debemos oponernos con nuestra voluntad a la presión que ejerza el enemigo contra de lo que va a darle la gloria a Dios.

2. Llevar vidas limpias: El señor requiere que nos acerquemos a Él con corazones puros después de confesar nuestros pecados, con vidas limpias por el arrepentimiento y con relaciones purificadas por el perdón que otorgamos a los demás. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones. Este pasaje nos recuerda que la vida cristiana no significa divertirse y pasarla bien.

3. Debemos humillarnos: Humillaos delante del Señor, y él os exaltará. Santiago 4.10 Abatirnos el orgullo y la altivez frente al señor, y reconocer que solo mediante Él podemos ser levantados. Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes. Santiago 4.6 Solamente por su gracia hemos sido salvos, y podemos alcanzar los favores de Dios después de ser salvos; pero obviamente debemos ser humildes para alcanzar esa gracia.

Conclusión

Dios es nuestro proveedor, y el desea prosperar nuestras vidas en todo; sin embargo debemos evaluar la motivaciones que se encuentran detrás de nuestras peticiones y filtrarlas por los criterios bíblicos que nos permiten alcanzar el deseo de nuestros corazones.

Deléitate asimismo en Jehová, Y él te concederá las peticiones de tu corazón. Salmo 37.4

Edgar Ramírez

Maestro de Educación Cristiana

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