lunes, 6 de junio de 2011

La evolución — ¿dónde están las pruebas?


El Dr. Henry M. Morris, padre del moderno movimiento del creacionismo científico, dedicó su vida a mantener la exactitud y la autoridad de la Palabra de Dios. Combinando su conocimiento científico con un profundo conocimiento de las Escrituras, emprendió combatir de manera clara y concisa los errores del evolucionismo. En el artículo que sigue,* el Dr. Morris arroja luz sobre las falsas pretensiones del evolucionismo, empleando las palabras de los mismos evolucionistas. Sus palabras son tan ciertas hoy como cuando fueron escritas en el pasado.

La creencia en la evolución es un fenómeno notable y mayormente inexplicable. Es una creencia sustentada por la mayoría de los intelectuales por todo el mundo, a pesar del hecho de que no tiene una verdadera evidencia científica que la apoye. Los evolucionistas alegan que la evolución es un hecho científico demostrado, basado en una multitud de pruebas científicas, ¡pero son incapaces de documentar siquiera una de estas supuestas pruebas! Esta curiosa situación es ilustrada más abajo en citas procedentes de varios científicos evolucionistas líderes.

LA EVIDENCIA TOTALMENTE INEXISTENTE
No hay evolución actualmente
La ausencia de una evidencia en favor de la evolución se reconoce claramente por el hecho de que nadie la ha visto en acción.
La evolución, al menos en el sentido en que Darwin habla de ella, no puede ser detectada dentro de la vida de ningún observador individual.1
Las variaciones horizontales» (por ejemplo, las diferentes variedades de perros) no son evolución real, naturalmente, como tampoco lo son las «mutaciones», que siempre son o neutrales o dañinas, por lo que se refiere a todas las mutaciones conocidas. Un proceso que jamás ha sido observado en acción en toda la historia humana no debería ser llamado científico.

No hay nuevas especies
Se supone popularmente que Charles Darwin solucionó el problema del «origen de las especies» en su famoso libro de 1859 con este título. Sin embargo, como observa el eminente biólogo de Harvard, Ernst Mayr, uno de los principales evolucionistas de los EE.UU.:
Darwin nunca trató realmente del origen de las especies en su obra El Origen de las Especies.2
No sólo Darwin no pudo citar un solo ejemplo de un origen de una nueva especie, sino que nadie más ha podido hacerlo durante todo el siglo posterior de estudios evolucionistas.
Nadie ha producido jamás una especie mediante mecanismos de selección natural. Nadie ni siquiera se ha acercado ...3

Ningún mecanismo conocido de evolución
También es cosa curiosa el hecho de que nadie sabe cómo funciona la evolución. Los evolucionistas mantienen generalmente que saben que la evolución es verdad, pero parece que no pueden determinar su mecanismo.
La evolución está ... acosada desde el interior por las turbadoras complejidades de los mecanismos genéticos y de desarrollo y por nuevas cuestiones acerca del misterio central —el de la misma especiación.4
Uno pensaría que en los 125 años desde Darwin, con miles de biólogos instruidos estudiando el problema y empleando aparatos de laboratorio por valor de millones de dólares, habrían ya resuelto este problema, pero el mecanismo que daría origen a las nuevas especies sigue siendo «el misterio central».

No hay evidencia fósil
Se solía afirmar que la mejor evidencia en favor de la evolución era el registro fósil, pero el hecho es que los miles de millones de fósiles conocidos no han proporcionado aún ni una sola forma de transición inequívoca con estructuras de transición en proceso de evolución.
El registro fósil conocido no documenta un solo ejemplo de evolución filética consiguiendo una transición morfológica principal ...5
Esta ausencia universal de formas intermedias es cierta no sólo para «transiciones morfológicas principales», sino incluso para la mayor parte de especies.
Como es bien sabido ahora, la mayor parte de especies fósiles aparecen instantáneamente en el registro fósil, persisten por algunos millones de años virtualmente sin cambios, sólo para desaparecer de manera abrupta ...6
El resultado de esto es que muchos evolucionistas actuales concuerdan con la siguiente valoración:
En todo caso, ningún verdadero evolucionista ... emplea el registro fósil como evidencia en favor de la teoría de la evolución en oposición a la creación específica. ...7

No hay orden en los fósiles
No sólo no hay formas de transición en los fósiles, sino que tampoco hay siquiera ninguna evidencia general de progresión evolutiva en las secuencias verdaderas de los fósiles.
El registro fósil de la evolución admite una amplia variedad de modelos, que van desde los totalmente deterministas hasta los totalmente estocásticos.8
Considero que la incapacidad de encontrar un claro «vector de progreso» en la historia de la vida es el hecho más perturbador del registro fósil... Hemos tratado de imponer una pauta que esperábamos hallar en un mundo que realmente no la exhibía.9
La apariencia superficial de una pauta evolucionista en el registro fósil ha sido realmente impuesta sobre el mismo por el hecho de que las rocas que contienen los fósiles han sido a su vez «datadas» por los fósiles contenidos en ellas.
Y esto nos plantea un cierto problema: Si datamos las rocas por sus fósiles, ¿cómo podemos luego ir al revés, y hablar de pautas de cambio evolutivo a través del tiempo en el registro fósil?10
Surge un argumento circular: Interprétese el registro fósil en términos de una teoría determinada de evolución, examínese la interpretación, y obsérvese que confirma la teoría. Claro, esto no podía dar otro resultado, ¿verdad?11

Ninguna evidencia de que la evolución es posible
La razón básica de que no haya ninguna evidencia científica de evolución ni en el presente ni en el pasado es que la ley del aumento de la entropía, o segunda ley de la termodinámica, contradice la misma premisa de la evolución. El evolucionista presupone que todo el universo ha ido evolucionando hacia arriba desde una sola partícula primigenia hasta los seres humanos, pero la segunda ley (una de las más confirmadas por la ciencia) dice que todo el universo está degenerando hacia un desorden total.
¿Cómo pueden las fuerzas del desarrollo biológico y las fuerzas de la degeneración física estar operando enfrentadas la una a la otra? Naturalmente, se precisaría de una mente mucho más grande que la mía para penetrar en este enigma. Yo sólo puedo proponer la pregunta.12
Los evolucionistas intentan generalmente esquivar esta cuestión diciendo que la segunda ley se aplica sólo a sistemas aislados. ¡Pero esto es un error!
... la cantidad de entropía generada localmente no puede ser negativa con independencia de si el sistema está aislado o no.13
Ordinariamente, la segunda ley es enunciada para sistemas aislados, pero la segunda ley se aplica igual de bien a sistemas abiertos.14
Se puede forzar la disminución de la entropía en un sistema abierto, si se aplica una suficiente energía organizadora e información desde fuera del sistema. Esta complejidad introducida desde fuera debería ser adecuada para vencer el incremento normal de entropía cuando se añade energía bruta desde fuera. Sin embargo, no existe una fuente así de información organizada y energizada para impulsar el supuesto proceso de evolución. ¡La energía solar bruta no es información organizada!

Las semejanzas no son prueba
La existencia de semejanzas entre organismos —sea en morfología externa o en bioquímica interna— tienen una fácil explicación en el diseño por parte del Creador de sistemas similares para funciones similares, pero estas semejanzas no son explicables por un origen evolutivo común.
Está bien claro ahora que el orgullo con el que se presuponía que la herencia de estructuras homólogas provenientes de un antecesor común explicaba la homología estaba fuera de sitio.15
El hallazgo realmente significativo que sale a la luz en base de la comparación de las secuencias aminoácidas de las proteínas es que es imposible disponerlas en ninguna clase de serie evolutiva.16

Ninguna recapitulación ni órganos vestigiales
Los viejos argumentos en favor de la evolución basados en la teoría de la recapitulación (la idea de que el desarrollo embrionario en el vientre de la madre recapitula la evolución de las especies) y de los órganos vestigiales (órganos «inútiles» que se creía que habían sido útiles en una anterior etapa evolutiva) han sido desacreditados hace tiempo.
... la teoría de la recapitulación ... debería estar difunta en la actualidad.17
Un análisis de las dificultades en la identificación no ambigua de estructuras carentes de función ... lleva a la conclusión de que los «órganos vestigiales» no proporcionan ninguna evidencia en favor de la teoría de la evolución.18

LA EVIDENCIA RESIDUAL EN FAVOR DE LA EVOLUCIÓN
A pesar de estas admisiones, todos los científicos anteriormente citados siguen creyendo en la evolución. La limitación de espacio impide dar el pleno contexto de cada cita, pero cada punto señalado está plenamente justificado en el contexto, y podría también ser adicionalmente documentado en base de otras autoridades.19
Entonces, ¿qué queda de la evidencia en favor de la evolución? Stephen Gould se apoya en lo que él cree son las «imperfecciones» en la naturaleza.
Si no hubiera imperfecciones, no habría evidencia para favorecer la evolución por selección natural frente a la creación.20

Pero esto viene a ser lo mismo que el antiguo y desacreditado argumento de los órganos vestigiales, y meramente presupone que nuestra actual ignorancia es conocimiento. Aunque hay ciertamenteimperfecciones en la naturaleza (así como mutaciones dañinas, órganos vestigiales, extinciones, etc.) tales tendencias están en oposición a cualquier progreso evolutivo, por lo que difícilmente pueden demostrar evolución.
Hay empero un argumento final; el compañero de ateísmo y marxismo de Gould, el genetista Richard Lewontin, dice:
Nadie ha descubierto nunca un organismo que no tenga padres, o un progenitor. Ésta es la más poderosa evidencia en pro de la evolución.21
Esto es: ¡si uno niega la creación, la existencia de la vida demuestra la evolución!
Pero aparte de su necesidad como apoyo para el ateísmo o el panteísmo, es evidente que no hay ninguna evidencia científica en favor de la evolución.
La ausencia de la evidencia en favor de la evolución no demuestra por sí misma la creación, naturalmente; sin embargo, la creación específica es claramente la única alternativa a la evolución.
Creación y evolución: entre estas dos posturas se agotan las posibles explicaciones para el origen de los seres vivos. Los organismos o bien aparecieron en la tierra totalmente desarrollados, o no lo hicieron así. Si no fue así, tuvieron que desarrollarse de especies preexistentes mediante algún proceso de modificación. Si aparecieron en un estado totalmente desarrollado, deben haber sido creados por alguna inteligencia omnipotente.22
Aunque desde luego no podemos demostrar la creación, es importante observar que todos los hechos anteriormente presentados como evidencia en contra de la evolución (discontinuidades entre los grupos de vida, carencia de mecanismos evolutivos, aumento de la entropía, etc.) ¡son realmentepredicciones del «modelo» creacionista!
Los creacionistas preferimos la fe razonable del creacionismo, que armoniza con toda la verdadera evidencia científica, a la fe crédula del evolucionismo, que no está sustentada por ninguna verdadera evidencia científica. Permanece sin respuesta la pregunta (al menos desde un punto de vista científico) de por qué los evolucionistas prefieren creer en la evolución.

Referencias
  1. Kits, David. 1974. Paleontology and Evolutionary Theory. Evolution. 28: 466.
  2. En el libro de Mayr Systematics and the Origin of Species (1942), citado por el destacado evolucionista contemporáneo Niles Eldredge en su libro Time Frames: The Rethinking of Darwinian Evolution and the Theory of Punctuated Equilibria (Nueva York: Simon and Schuster, 1985), 33.
  3. Colin Patterson, «Cladistics». Entrevistas en la BBC, 4 de marzo de 1982. El Dr. Patterson era el director de paleontología en el Museo Británico de Historia Natural. En este contexto, el término «especie» puede referirse a algo como el término «tipo» o «naturaleza» en Génesis 1: formas de vida que, aunque susceptibles de pequeños cambios, pueden cruzarse entre sí y poseen morfologías características esenciales.
  4. Thompson, Keith S. 1982. The Meanings of Evolution. American Scientist. 70: 529.
  5. Stanley, Steven M. 1979. Macroevolution: Pattern and Process. San Francisco: W.M. Freeman and Co., 39.
  6. Kemp, Tom. 1985. A Fresh Look at the Fossil Record. New Scientist. 108: 67. El Dr. Kemp es profesor y conservador del Museo de Historia Natural en la Universidad de Oxford.
  7. Ridley, Mark. 1981. Who Doubts Evolution? New Scientist. 90: 831. El Dr. Ridley es miembro del Departamento de Zoología en la Universidad de Oxford.
  8. Raup, David M. 1977. Probabilistic Models in Evolutionary Biology. American Scientist. 166: 57.
  9. Gould, Stephen Jay. 1984. The Ediacaran Experiment. Natural History. 93: 23. El Dr. Gould, Profesor de Geología en Harvard, era probablemente el más destacado evolucionista de los Estados Unidos en su época.
  10. Eldredge, Time Frames, 52.
  11. Kemp, A Fresh Look at the Fossil Record, 66.
  12. Sydney Harris, «Second Law of Thermodynamics». Esta columna sindicada en toda la nación apareció en diarioSan Francisco Examiner del 27 de enero de 1984.
  13. Sommerfeld, Arnold. 1956. Thermodynamics and Statistical Mechanics. Nueva York: Academic Press, 155.
  14. Ross, John. Carta al Director. Chemical and Engineering News. 7 de julio de 1980, 40.
  15. de Beer, Gavin. 1971. Homology, an Unsolved Problem. Londres: Oxford University Press, 15. Sir Gavin era un destacado evolucionista británico.
  16. Denton, Michael. 1985. Evolution: A Theory in Crisis. Londres: Burnett Books, 289. Denton es investigador en microbiología.
  17. Gould, Stephen Jay. Dr. Down's Syndrome. Natural History. Abril 1980, 144. La teoría de la recapitulación no está solamente desacreditada, sino que es fraudulenta. Véase Pennisi, E. 1997. Haeckel's Embryos: Fraud Rediscovered. Science. 277 (5331):1435.
  18. Scadding, S. R. 1981. Do «Vestigial Organs» Provide Evidence for Evolution? Evolutionary Theory. 5: 173.
  19. Muchos libros publicados por ICR proporcionan análisis a fondo sobre este tema. En castellano hay multitud de artículos y libros en línea en http://www.sedin.org/ y en enlaces relacionados. Visite icr.org/store para materiales disponibles en inglés.
  20. Citado por Jeremy Cherfas en «The Difficulties of Darwinism», New Scientist (17 mayo 1984), 102: 29.
  21. Como aparece en una entrevista por Tom Bethell, «Agnostic Evolutionists», Harper's (Febrero 1985), 61.
  22. Futuyma, D. J. 1983. Science on Trial. Nueva York: Pantheon Books, 197.
Adaptado del artículo del Dr. Morris «The Vanishing Case for Evolution» en la edición de junio de 1986 de Acts & Facts.





* El Dr. Morris (1918-2006) fue fundador del Institute for Creation Research.

Citar este artículo: Morris, H. M. 2009. The Vanishing Case for Evolution. Acts & Facts. 38 (2): 17.

Este artículo reapareció en febrero de 2009. Publicado originalmente en 1986. «The Vanishing Case for Evolution», Institute for Creation Research, http://www.icr.org/article/4342/ (accedido el 3 de marzo de 2009). Publicado originalmente en castellano en la revista Génesis de otoño de 1993,http://www.sedin.org/PDFS/Genesis1.pdf




Traducción del inglés: Santiago Escuain
© Santiago Escuain 1993, por la traducción
© Copyright SEDIN 2011 para el formato electrónico - www.sedin.org. Este texto se puede reproducir libremente para fines no comerciales y citando la procedencia y dirección de SEDIN, así como esta nota en su integridad. Usado con permiso del traductor para: www.culturacristiana.org

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