lunes, 18 de marzo de 2013

Darwin, la evolución, y su relación con el racismo


De todos esos falsos conceptos en que se apoya el racismo, quizá el más dañino es el retorcido esquema planteado por Carlos Darwin y presentado al mundo con un disfraz científico. Lo cierto es que bajo el rótulo del darwinismo se proponen disparates que han servido de base al racismo y discriminación que azota el mundo.
Víctor Munguía

por Eric Lyons, M.Min y Kyle Butt, M.A.


En el debate del 12 de febrero de 2009 entre Dan Barker y Kyle Butt, al minuto y 30 segundos de su discurso de refutación, Kyle indicó que Adolfo Hitler estaba intentando producir una raza aria superior. Sugirió que este plan armonizaba perfectamente con el enfoque darviniano de la selección natural, especialmente a la luz del subtitulo del libro principal de Darwin, El Origen de las Especies Mediante la Selección Natural o la Preservación de las Razas Favorecidas en la Lucha por la Vida. En pocas palabras, Kyle sugirió que Darwin pensó que algunas razas humanas eran evolutivamente superiores que otras, y esta idea ocasionó que Hitler intentara eliminar a los que consideraba inferiores (Butt y Barker, 2009).

En los cinco minutos de su discurso de conclusión, Barker abordó esta idea, y declaró: “Cuando Darwin habló de las razas favorecidas, la palabra raza no significaba raza humana en ese tiempo, como Hitler lo debe haber usado. En su tiempo la palabra raza era solamente un sinónimo para especies de animales. Él no estuvo hablando en cuanto a razas favorecidas como blancos y negros o algo así”. Según Barker, Darwin no hizo una distinción entre varias razas humanas, sino simplemente entre la raza humana y las razas animales. Barker no sustentó su enunciado con ninguna definición documentada de Darwin o sus contemporáneos, y en realidad, su enunciado es claramente falso.

Darwin sí hizo distinción entre varias razas humanas o “especies de hombres”, y creyó que algunas razas eran superiores a otras (1871, p. 395). Aunque evitó algo de estas ideas en El Origen de las Especies, su segundo libro principal sobre la teoría evolucionista, El Origen del Hombre y la Selección en Relación al Sexo, publicado en 1871, abordó este tema.

Darwin comenzó el primer capítulo de El Origen del Hombre con estas palabras: “Aquel que desea decidir si el hombre es el descendiente modificado de alguna forma pre-existente, probablemente preguntará primero si el hombre varía, aunque ligeramente, en estructura corporal y en facultades mentales; de ser así, si las variaciones se transmiten a su descendencia según las leyes que prevalecen en los animales inferiores” (1871, p. 395). Luego, en su capítulo titulado “Sobre las Afinidades y Genealogía del Hombre”, Darwin escribió:
En algún punto en el futuro, no un futuro muy distante que se mida en siglos, las razas civilizadas humanas sin duda casi exterminarán, y reemplazarán, las razas primitivas a través del mundo. Como el Profesor Schaaffhausen ha remarcado, al mismo tiempo los simios antropomorfos sin duda serán exterminados. Entonces la brecha entre el hombre y sus aliados más cercanos será más ancha, ya que se impondrá, como se puede esperar, entre el hombre en un estado más civilizado, el caucásico, y algunos simios tan inferiores como el mandril, a diferencia de ahora entre el negro o australiano y el gorila (p. 521, énfasis añadido).
Claramente, Darwin estaba convencido que las “razas civilizadas” (e.g., la raza caucásica) un día exterminarían las “razas primitivas”, las cuales él consideró menos evolucionadas (y por ende más parecidas a los simios). Darwin creía que “el negro” o “australiano” eran algo como subespecies, algo entre los caucásicos y los simios. [NOTA: Además de los comentarios racistas de Darwin en El Origen del Hombre, él también incluyó enunciados sexistas. Su enfoque evolucionista le guió a creer que “[l]a distinción principal en las capacidades intelectuales de los dos sexos se muestra en el logro del hombre de una eminencia superior en lo que quiera que emprenda, que la mujer—sea en lo que respecta al pensamiento, la razón o imaginación profunda, o simplemente el uso de los sentidos y las manos... [L]a capacidad mental promedia en el hombre debe ser mayor al de la mujer... [E]l hombre ha llegado a ser finalmente superior a la mujer” (pp. 873-874)].

Uno de los mejores amigos y defensores de Darwin, el prominente biólogo del siglo XIX, Thomas Huxley, fue incluso más directo en sus comentarios racistas basados en la evolución. En su composición de 1865, “Emancipación—Negra y Blanca”, Huxley declaró:

Puede ser muy cierto que algunos hombres negros son mejores que algunos blancos; pero ningún hombre racional, que conozca los hechos, cree que el hombre negro promedio sea igual al hombre blanco, y mucho menos superior a él. Y si esto es cierto, simplemente no se puede creer que, cuando se le quite todas sus desventajas, y nuestro familiar prognato esté en un campo justo sin favoritismo, como también sin opresor, él pueda competir exitosamente, con su rival de cerebro más grande y mandíbula más pequeña, en una competencia que se realice con el pensamiento, no con mordiscos. Ciertamente los lugares superiores en la jerarquía de la civilización no estarán dentro del alcance de nuestros primos oscuros, aunque no es necesario que se les relegue a lo más bajo (énfasis añadido).

Según el “buldog de Darwin”, como se le llamaba a Huxley, el “hombre negro” no es igual al “hombre blanco”. El supuesto “negro” de cerebro más pequeño y mandíbula grande no puede competir en la misma cancha con el hombre blanco. Huxley expuso la noción falsa que “[c]iertamente los lugares superiores en la jerarquía de la civilización no estarán dentro del alcance de nuestros primos oscuros” (1865, énfasis añadido). Huxley ni se imaginaba que menos de 150 años después, un norteamericano de origen africano ocuparía el cargo más alto de la nación más rica y poderosa en la Tierra.

Lo cierto es que la evolución darviniana implica que algunos humanos están más relacionados en sus facultades mentales a nuestros supuestos antepasados parecidos a los simios. Por ende, algunos grupos humanos supuestamente son superiores a otros. La Biblia enseña exactamente lo opuesto. No hay especies o razas diferentes de hombres; solamente existe una raza humana—personas inteligentes (vea Lyons, 2005)—que Dios creó “a Su imagen” (Génesis 1-2; vea Lyons y Thompson, 2002), tanto “varón y hembra” (Génesis 1:27, énfasis añadido). Toda la humanidad desciende de Adán y Eva, la primera pareja (1 Corintios 15:45; Génesis 3:20), y luego de Noé, a través de quien se repobló la Tierra después del Diluvio (Génesis 6-10). Sea que tengamos piel roja, amarilla, negra o blanca, tenemos el mismo valor como seres humanos, llevamos la imagen de Dios (Génesis 1:26-28; cf. Romanos 10:12). Además, todos los hombres son iguales ante Dios según su condición pecadora (Romanos 3:10,23), y necesitan un Salvador (Juan 8:24; Marcos 16:15-16).
CONCLUSIÓN

El intento de Barker por vindicar las ideas racistas de Darwin se basa en declaraciones infundadas que se pueden desaprobar fácilmente. Darwin usó el término “raza” para distinguir entre caucásicos, negroides y aborígenes, así como Kyle sugirió en cuanto a las implicaciones de la evolución darviniana. Animamos al que escucha o lee el debate de Butt y Barker a hacerse una pregunta simple: ¿Proveyó Barker un argumento válido o documentación para las aseveraciones que hizo? La mayoría de veces, la respuesta es un rotundo “¡No!”.
REFERENCIAS
Butt, Kyle y Dan Barker (2009), El Debate Butt/Barker: ¿Existe el Dios de la Biblia? [The Butt/Barker Debate: Does the God of the Bible Exist?] (Montgomery, AL: Apologetics Press).
Darwin, Charles (reimpresión de 1859), El Origen de las Especies Mediante la Selección Natural o la Preservación de Razas Favorecidas en la Lucha por la Vida [The Origin of Species by Means of Natural Selection or The Preservation of Favoured Races in the Struggle for Life] (Nueva York: The Modern Library).
Darwin, Charles (reimpresión de 1871), El Origen del Hombre y la Selección en Relación al Sexo [The Descent of Man and Selection in Relation to Sex] (Nueva York: The Modern Library).
Huxley, Thomas (1865), “Emancipación—Negra y Blanca” [“Emancipation—Black and White”], [En-línea], URL: http://aleph0.clarku.edu/huxley/CE3/B&W.html.
Lyons, Eric (2005), “¿Tontos Antiguos o Antepasados Inteligentes?”, [En-línea], URL:http://www.apologeticspress.org/espanol/articulos/398.
Lyons, Eric y Bert Thompson (2002), “A la Imagen y Semejanza de Dios”, Parte I y II[“In the ‘Image and Likeness of God”, Part I and II, Reason & Revelation, 22:17-23,25-31, marzo/abril.