jueves, 30 de septiembre de 2010

Quién responde a esto: ¿De dondé procede la memoria de la célula? ¡Pues raya en lo milagroso!

David Coppedge

Precisamente cuando pensábamos que el código del ADN era ya pasmoso, ahora nos encontramos con el código de histonas. Otro sistema de codificación ayuda de alguna manera a la célula a recordarse a sí misma: si es una célula sanguínea, o nerviosa o muscular. En tanto que todas estas células de tu cuerpo poseen el mismo código genético, alguna clase de código epigenético (supragenético) está ordenando qué genes deben activarse. La edición de 1 de noviembre de la revista Cell publica una reseña de Bryan M. Turner de la Universidad de Birmingham (Reino Unido) titulada «Cellular memory and the histone code [Memoria celular y el código de histonas]» que expresa entusiasmo acerca de este misterio en la frontera de la ciencia (énfasis añadido):

Es una verdad obvia pero fácilmente olvidada que las células han de tener un mecanismo para recordar lo que son. La identidad de una célula está definida por su patrón característico de expresión y supresión génica, de modo que recodar lo que es comporta mantener este patrón de expresión génica a través de los traumas de la replicación del ADN, del ensamblaje de la cromatina, y del radical reempaquetado del ADN que acompaña a la mitosis [la división celular]. Los mecanismos por los que alrededor de 2 metros de ADN se empaquetan en el núcleo celular a la vez que sigue siendo funcional rayan en lo milagroso y siguen siendo poco comprendidos. Sin embargo, sabemos más acerca de la primera etapa de este proceso de empaquetamiento, la partícula nuclear del nucleosoma. Esta estructura comprende un octámero de histonas nucleares (dos de cada de H2A, H2B, H3, y H4), alrededor de las que se envuelven 146 pares de bases de ADN en 1 3/4 de vueltas apretadamente helicoidales (Luger et al., 1997 ). La reducción de la longitud del ADN producida por este apretado arrollado inducido por las histonas es modesta, pero es un primer paso esencial en la formación de estructuras de cromatina de orden superior. En años recientes ha quedado claro que el nucleosoma tiene una función adicional, quizá igualmente importante y conservada, esto es, la regulación de la expresión génica. Particularmente fascinante es la creciente probabilidad de que el nucleosoma pueda transmitir información epigenética desde una generación de células a la siguiente y que tenga el potencial de actuar, realmente, como el banco de memoria de la célula.

Turner describe cómo las histonas poseen unas colas expuestas en el exterior del nucleosoma. Es sobre estas colas donde una diversidad de enzimas puede reordenar algunos de los aminoácidos, proporcionando una «rica fuente de información epigenética». Entonces, ¿cómo se mantiene y se traduce el código?

Se ha sugerido que modificaciones específicas de las colas, o combinaciones de las mismas, constituyen un código que define estados de transcripción reales o potenciales (Jenuwein y Allis, 2001; Richards y Elgin, 2002; Spotswood y Turner, 2002). El código lo establece la histona al modificar enzimas de una especificidad definida y lo leen proteínas no histonas que se enlazan de una forma sensible a la modificación. A fin de materializar su pleno potencial de soporte de una información plena, el código tiene que usar combinaciones de modificaciones. Esto exige no solo proteínas que puedan leer estas combinaciones modificadas, sino también mecanismos por los que se puedan situar y mantener en su emplazamiento. Artículos recientes han proporcionado nuevas indicaciones acerca de cómo se podrían generar combinaciones específicas de modificaciones de las colas y han desvelado mecanismos por los que la modificación de un residuo puede determinar la de otro.

Turner pasa a considerar con cierto detalle los tipos de reacciones que ya se conocen y los rompecabezas que quedan por resolver. El código de histonas parece muy diferente de la secuencia de letras del ADN; se trata más de una secuencia de eventos: «Considerado desde este ángulo, el código de histonas puede contemplarse como parte de una secuencia de eventos, que posiblemente involucran proteínas estructurales y catalíticas y ARNs, cuyo resultado final es un estado funcionalmente estado de cromatina». En ocasiones a lo largo del artículo, la complejidad de todo esto parece afectarle. «Para añadir todavía más complejidad», comienza una oración. Cerca del final, Turner observa irónicamente: «Pertenece a la naturaleza del progreso científico que las ideas sencillas, de forma parecida a la gente, se van complicando con el paso del tiempo».

Este es un material maravilloso y asombroso. La tendencia a encontrar más y más complejidad al ir ahondando en la unidad básica de la vida no muestra señales de remitir. Cuando se considera simplemente como el ADN en el núcleo se tiene que empaquetar de forma segura para evitar daños durante el «trauma» y el «reempaquetado radical» que tiene lugar durante la división celular, esto ya por sí mismo es causa de estupefacción. Haga clic en el siguiente enlace para visualizar una ilustración de la Eastern Michigan University que enseña como los dos metros de ADN, tan endeble y frágil que sería invisible sin un microscopio electrónico, es primero arrollado alrededor del nucleosoma, y luego superarrollado hasta la cromatina, y luego empaquetado en cromosomas, sin romper ningún enlace (la mayor parte del tiempo) en 60.000 genes. Esto es una hazaña. Un lector envió este enlace de la Universidad Técnica de Dinamarca —podemos dar aquí una mirada a las excelentes ilustraciones del empaquetado del ADN, y pararnos a pensar que todo esto se tiene que repetir una y otra vez, cada vez que la célula se divide. [También se puede acudir ahora a este enlace de én se puede acudir ahora a este enlace de Youtube para una excelente animación de este proceso —N. del T.] Pero ahora el nuevo conocimiento de que los componentes están en realidad manteniendo códigos y bibliotecas, y que poseen los mecanismos para leer los códigos y actuar en base a ellos, todo esto con independencia del ADN, es casi demasiado para la mente.

Lo que estamos contemplando es una revolución. El «Dogma Central» de la genética ha sido que el ADN es el controlador maestro de la célula y la base de la herencia. Ahora se está haciendo crecientemente evidente que el ADN es más una biblioteca pasiva, y que otros controles maestros (factores epigenéticos) que se pueden heredar de manera independiente del ADN usan el código como parte de un sistema más complejo constituido por proteínas, enzimas, ARN y ADN, todo él interdependiente. Turner hace solo una indistinta referencia indirecta a la evolución usando una sola palabra en todo su artículo, pero no para consuelo de ningún darwinista: dice que estos sistemas de empaquetado y control de ADN está todo conservado, es decir, no evolucionado a partir de las bacterias más primitivas. Esto significa que no solo el ADN, sino las histonas, el código de histonas y las enzimas que las leen y las traducen, todo ello tuvo que estar presente y funcionando desde el mismo principio. La vida no comenzó simple: ¡comenzó compleja!

Pondera sus palabras, que estos procesos «rayan en lo milagroso». Naturalmente, Turner no quiere decir que son milagrosos en su operación, ni tampoco nosotros lo decimos. Solo significa que componen un sistema tan maravilloso y asombroso que es como ver unas acrobacias circenses de enorme habilidad o un juego de prestidigitación que te dejan ahogado de asombro, aplaudiendo y poniéndote en pie para aclamar a gritos. Es como un software increíblemente rico y robusto que controla una serie coordinada de eventos automatizados que nos deja pasmado por su complejidad y la naturaleza de sus funciones. Recordemos que Darwin y sus propagandistas no sabían nada de todo esto. Si la bioquímica hubiera precedido a la filogenia, uno se pregunta si la historia no hubiera dado un giro radical alrededor de 1859.


Fuente: Creation·Evolution Headlines - Cell Memory “Borders on the Miraculous” 4/11/2002
Redacción: David Coppedge © 2002 Creation Safaris - www.creationsafaris.com
Traducción y adaptación: Santiago Escuain — © SEDIN 2008 - www.sedin.org Usado con permiso del traductor para: www.culturacristiana.org

Mas evidencia de Diseño Inteligente: ¿Mera bioquímica? La división celular involucra la interacción organizada de miles de piezas complejas

25 septiembre 2010 — En bioquímica, el sufijo –mero significa «parte» (como en centrómero, telómero), y –soma significa «cuerpo» (como en cromosoma, ribosoma). Los bioquímicos están constatando que estos orgánulos celulares no son -meros componentes, sino cuerpos complejos adaptados a sus funciones.

  1. Telómeros y cromosomas: PhysOrg comunicaba que los «tapones» químicos en el extremo de los cromosomas, llamados telómeros, tienen un código especial para mantenerlos intactos. Científicos portugueses y de la Universidad de Indiana han descubierto que una etiqueta de histona cerca de los telómeros previene que el equipo de reparaciones del ADN conecte cromosomas separados —una respuesta que significaría la muerte de la célula. «Es asombroso», observaba un científico portugués, «pero parece que es este cambio en solitario lo que subyace a la capacidad de la célula para distinguir entre el final del cromosoma (esto es, un telómero) y una interrupción en medio». Descritos como «parecidos a las puntas de plástico de los cordones para calzado», los telómeros no sólo ayudan a mantener intactos los cromosomas, sino que están también implicados en el proceso de envejecimiento al irse acortando, o en cáncer cuando se malogran.


Diagrama de un cromosoma, con un telómero ampliado a la derecha. Los telómeros cierran y protegen sus extremos. Imagen: Samulili

  1. Control de calidad en los ribosomas: Las células tienen que buscar y destruir las proteínas nacientes que carecen de un «código de paro» cuando se traducen en el ribosoma. PhysOrg comunicaba que un mecanismo de control en las bacterias que corrige o borra polipéptidos fallidos en los ribosomas opera de forma parecida al sistema en las eucariotas, aunque sin estar relacionado con el mismo. Científicos en el Instituto de Investigación Scripps emplearon un «método de homología» para identificar una proteína en levadura que realiza el mismo papel de inspección en proteínas nacientes que el que realiza una proteína diferente en las bacterias. «Los mecanismos [bacterianos y eucariontes] son muy diferentes, pero los conceptos son extraordinariamente similares», decía un investigador. «—ahí está lo hermoso». Todos sabemos lo que esto significa. Los motores de búsqueda son un concepto, pero sus plasmaciones (Google, Bing) pueden ser muy diferentes.

  1. El código de los centrómeros: Es innecesario insistir en que la herencia depende de la copia exacta del ADN en cada división celular. PhysOrg informaba acerca de un descubrimiento en la Facultad de Medicina de Pennsylvania que demostraba cómo el «código de histonas» identifica epigenéticamente (esto es, aparte de la herencia del ADN) el centro de cada cromosoma —el centrómero— de modo que el huso mitótico se conecta de forma precisa con el mismo (véase también Un hito científico: Descubrimiento del segundo código genético y Traducción del ADN). Science Daily describía cómo «un identificador de centrómeros atrae otras proteínas, y durante la división celular construye una masiva estructura, el cinetocoro, para tirar de los cromosomas duplicados y separarlos durante la división celular». El artículo citaba a un investigador que decía satisfecho: «Nuestro trabajo proporciona la primera vista en alta resolución de las moléculas que controlan la herencia genética en la división celular. Este es un gran paso adelante en el enigma que los biólogos han estado hurgando durante más de 150 años».

Los complejísimos mecanismos de la mitosis comienzan a ser comprendidos sólo de manera muy superficial. Quedan muchos códigos por descifrar antes de poder empezar a desentrañar cómo los cromosomas orquestan la mitosis, un enigma que ha resistido a los esfuerzos de los investigadores desde hace más de 150 años. Imagen: Afunguy

  1. Linieros de los telómeros: Investigadores en el Instituto Wistar han identificado a otro jugador clave en la tarea de la célula de mantener intactos los extremos de sus cromosomas (telómeros). Una proteína de dos dominios llamada Cdc13, que tiene «un rol crítico para mantener y alargar los telómeros», puede a la vez aferrarse al extremo libre del telómero a la vez que moviliza a la enzima telomerasa para añadir más unidades a la misma. Emmanuel Skordalakes de Wistar usaba una interesante analogía para describir la acción: «Si se piensa en la Cdc13 como si uno estuviera colgando del borde de un precipicio, con una mano asida más firmemente que la otra», decía, «emplearás aquella mano más firmemente asida para mantenerte asido del borde del precipicio mientras que con tu mano más débil hurgas en el bolsillo para encontrar tu teléfono móvil».

  1. Centrosomas desenredados: Centrómeros, centrosomas; ¿cuál es la diferencia? Los centrómeros son las partes centrales de los cromosomas donde se establecen anclajes para tirar de los cromosomas emparejados y separarlos durante la división celular. El centrosoma está también involucrado en la división celular, pero es un «complejo constituido por varios cientos de proteínas diferentes», según comunicaba Science Daily, que incluye los centriolos y el huso mitótico que tira de los cromosomas emparejados y los separa a modo de cabrestante. Al tratar de desentrañar las diferencias entre divisiones normales y divisiones defectuosas, unos bioquímicos alemanes que investigaban centrosomas en moscas del vinagre «identificaron más de 250 proteínas diferentes constituyendo este complejo ... Descubrieron toda una serie de proteínas responsables de la separación de los cromosomas, el número de centrosomas y su estructura». Esperan que su trabajo detectivesco «desentrañará redes reguladoras en el futuro, que ayudarán a fijar objetivos e interferir en la división de las células cancerosas».

  1. Activación de la mitosis: Un examen superficial de las células en circunstancias idénticas parece mostrarlas dividiéndose de forma aleatoria. Algunos científicos prefieren pensar que hay algo inherente en una célula que les ordena cuándo deben dividirse. Y así es: un conmutador activador. Científicos en la Universidad Duke descubrieron un conmutador en la célula que determina qué células se dividirán, y cuáles no. PhysOrg decía que este «circuito genético» actúa como un «conmutador biestable». El artículo lo explicaba así: «Este circuito genético se encuentra en todas las células, y puede ordenar a células idénticas que vivan simultáneamente en dos estados, activadas o desactivadas». Cuando llega la señal para dividirse, algunas responden, y otras no. Esto ayuda a conciliar unas hipótesis enfrentadas acerca de cómo las células llegan a saber cuándo es el momento de dividirse. «La biestabilidad no es exclusiva de la biología», aclaraba el artículo. Por ejemplo, en ingeniería eléctrica la biestabilidad describe el funcionamiento de un interruptor oscilante que puede adoptar una de dos posiciones —abierto o cerrado». El interruptor biestable en la célula determina qué células serán las que se dividirán, y cuáles no. El titular de PhysOrg era: «Un interruptor genético, detrás del ruido de la división celular».

  1. Cromosomas codificados: La división celular es como una sinfonía, comunicaba Science Daily, describiendo lo que han descubierto investigadores en la Universidad Rockefeller. Encontraron sólidas pruebas para la «hipótesis del código de las histonas», la idea de que etiquetas en las proteínas de histona sobre las que el ADN está arrollado proporcionan un código epigenético independiente, distinto del código ADN, que afecta a la herencia (para lectura de referencia, véase La memoria de la célula «raya en lo milagroso», El ADN es un código operado por otro código, y en general bajo código de histonas, epigenética, etc.). «La orquestación de los momentos y lugares exactos de las inmensas formaciones de moléculas y procesos que se implican en la reproducción de los cromosomas es una de las maravillas fundamentales de la biología, y se encuentra en el corazón tanto de una vida sana como de enfermedades como el cáncer, que surgen cuando el proceso se descontrola», decía el artículo. «Hemos descifrado un código», decía Hironori Funabiki, director del Laboratorio de Biología Cromosómica y Celular en Rockefeller, «pero quedan muchos por descifrar para comprender cómo los cromosomas orquestan la mitosis».

La mayoría de estos artículos o bien ni siquiera mencionaban la evolución, o bien afirmaban meramente que tal o cual sistema complejo había evolucionado —desde luego sin decir cómo. Y no hay por qué asombrarse: un artículo en PhysOrg comunicaba que científicos en la Universidad de Edimburgo «han podido llegar a definir unas 4.000 proteínas involucradas en la división de las células». Estas proteínas «protegen el frágil material genético y ayudan a plegarlo a la forma correcta antes que se divida en dos nuevas células». Estos científicos se sentían pasmados ante «las complejidades de este proceso», pero no tenían nada que decir acerca de la evolución.

Esto es en realidad investigaciones que de facto están en el marco del diseño inteligente, aunque no quiera reconocerse, y se están realizando por laboratorios de todo el mundo. Todas estas investigaciones aportan una montaña de pruebas que sigue acumulándose constantemente; nada en biología tiene sentido excepto a la luz del diseño inteligente, deliberado, plasmado creativamente por el todo sabio Dios.


Fuente: Creation·Evolution HeadlinesMere Biochemistry: Cell Division Involves Thousands of Complex, Interacting Parts 25/09/2010
Redacción: David Coppedge © 2010 Creation Safaris - www.creationsafaris.com
Traducción y adaptación: Santiago Escuain — © SEDIN 2010 - www.sedin.org
Usado con permiso del traductor, para: www.culturacristiana.org

miércoles, 29 de septiembre de 2010

Y La ... ¿evolución? ... del habla

23 septiembre 2010 — Simplemente, el cerebro se hizo más complejo —esto es, la parte que nos ayuda a hablar. «El complejo paisaje del cerebro controla el habla», informaba PhysOrg, difundiendo resultados de investigadores alemanes que exponen que el área de Broca, involucrada en perturbaciones del habla cuando recibe daños, parece ser «un centro del lenguaje estructurado de forma mucho más compleja de lo que se creía antes». No se trata de una mera suma de dos partes; el área de Broca se contempla ahora como «un mosaico sumamente diferenciado», según el coautor de un estudio publicado en PLoS Biology.1 «Es un complejo mundo dedicado a nuestra facultad del habla».


Área de Broca. El reciente descubrimimiento de unos insospechados niveles de complejidad en sus estructuras biomoleculares lleva a descartar muchos simplistas y rancios planteamientos materialistas acerca del lenguaje que persistían inamovibles desde el siglo XIX. Ilustración: charlyzon

El párrafo final describía el impacto de estos resultados sobre más de un siglo de pensamiento:

El descubrimiento en cuestión de diversas áreas corticales diferentes en su naturaleza molecular y celular en el área de Broca del lenguaje y en áreas colindantes expone que nuestra facultad del habla está en realidad incorporada en un paisaje cerebral mucho más diferencialmente desarrollado de lo que hemos creído durante los pasados 150 años. Estos descubrimientos no son sólo importantes para la investigación sobre el lenguaje y la diagnosis y el tratamiento de las apoplejías. También alteran la base neurobiológica para las actuales discusiones acerca del desarrollo evolutivo del lenguaje, del aprendizaje del habla y de los trastornos del lenguaje.

Los autores de la comunicación original no describen cómo esta compleja región pudiera haber evolucionado. Sólo mencionaban otra comunicación que sugería de dónde pudiera haber evolucionado: «Fadiga y coautores han especulado que esta capacidad evolucionó a partir de funciones motoras y premotoras asociadas con la ejecución de acciones y con el entendimiento, como las que caracterizan al sistema de neuronas espejo». Pero su siguiente frase se ajusta más al concepto de un diseño inteligente: «Otros han propuesto que la función de esta región está asociada con un procesamiento complejo, jerárquico o hipersecuencial».

¿Acaso los monos exhiben este nivel de complejidad en sus correspondientes cerebros? Los autores observan que «la topografía y el patrón de surcos de la corteza frontal ventral difieren considerablemente entre los cerebros de los macacos y de los humanos», pero luego intentaron establecer semejanzas: «Si las capacidades asociadas con el área de Broca han evolucionado a partir de funciones premotoras, el área 6rl puede interpretarse como alguna especie de área “de transición” entre la corteza motora y el área de Broca». Pero esta sugerencia parcial necesitaba más estudio: «Futuros estudios de cartografía citoarquitectónica nos ayudarán a comprender la extensión de las áreas del lóbulo frontal inferior y su variabilidad intersujetos». Cualquier percepción evolutiva real va a necesitar mucho más trabajo ahora que ha salido a la luz la complejidad de esta región del cerebro:

Para concluir, la novedosa parcelación de la corteza frontal ventrolateral y del área de Broca proporciona una nueva base anatómica tanto para la interpretación de estudios de representaciones gráficas funcionales de las tareas del lenguaje y motoras así como para homologías entre los cerebros de los macacos y de los humanos. Por ello, esto contribuirá a la comprensión de la evolución del lenguaje. El análisis de la distribución de los receptores arroja nueva luz sobre los principios de organización de esta región. Esta dirección es un nuevo paso desde un esquema de parcelación rígida y exclusivamente citoarquitectónica introducido por Brodmann hace 100 años y hacia un modelo multimodal y funcionalmente relevante del área de Broca y de la corteza circundante.

Dado que la complejidad de sus descubrimientos trastorna todo un siglo de simplistas descripciones, parece que un «modelo multimodal y funcionalmente relevante» del área de Brica plantea unos desafíos aún más gigantescos a la mutación y a la selección natural.


1. Amuntz, Lenzen, Zilles et al, «Broca’s Region: Novel Organizational Principles and Multiple Receptor Mapping», Public Library of Science: Biology, 8(9): e1000489; doi:10.1371/journal.pbio.1000489.

De modo que estos descubrimientos, según decía el comunicado de prensa, «alteran la base neurobiológica para las actuales discusiones acerca del desarrollo evolutivo del lenguaje, del aprendizaje del habla y de los trastornos del lenguaje». ¿En qué sentido la alteran? Seamos específicos y directos. Lo que hacen es refutar y desmontar toda lejana posibilidad de ningún azar interviniendo en la estructuración de esta área tan directamente imbricada en el lenguaje, por no hablar del resto del cerebro y del organismo en todo su conjunto. Invitamos al lector a usar su área de Broca, y a hablar claro acerca del despropósito materialista de pretender un origen ciego de unas estructuras biológico-cibernéticas de una sofisticación que sólo ahora comenzamos a entrever.


Lecturas suplementarias:


Fuente: Creation·Evolution HeadlinesThe Evolution of Speech, and v.v. 23/09/2010
Redacción: David Coppedge © 2010 Creation Safaris -
www.creationsafaris.com
Traducción y adaptación: Santiago Escuain — © SEDIN 2010 -
www.sedin.org
Usado con permiso del traductor para: www.culturacristiana.org

domingo, 26 de septiembre de 2010

Dios, Hawking y la gravedad

Un exelente artículo del escritor y Doctor en Biología Antonio Cruz, como respuesta a la anunciada obra de Stephen Hawking “El gran diseño” (The Grand Design) (En este blog encontraras todas las respuestas y refutaciones a todas la ideas materialistas en torno al pensamiento humano) Con un atento saludo los dejo con el siguiente articulo de una de las fuentes oficiales de este sitio. Edgar Ramírez

Dios, Hawking y la gravedad


La fascinación que ha ejercido siempre el universo sobre el ser humano se remonta a las civilizaciones más antiguas como la sumeria o la egipcia. En todas las edades los hombres han percibido el misterio y la grandeza del firmamento como un signo inequívoco de la majestad divina. Este es también el sentido de las palabras del salmista: Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos (Sal. 19:1). Sin embargo, al llegar el siglo XX y desarrollarse el naturalismo positivista, muchos dejaron de escuchar este anuncio del firmamento y cambiaron su fe en un Dios creador por otro tipo de fe en las leyes de la naturaleza, que por azar se habrían hecho a sí mismas y a todo el cosmos existente, incluido el propio ser humano.

Dios ya no resultaba necesario para el materialismo cientificista. Esto es precisamente lo que vuelve a afirmar el mediático físico inglés, Stephen Hawking, en su última obra
The Grand Design.

La idea que el hombre posee acerca del origen del universo es tan importante que determina toda su filosofía de vida.
Si el cosmos se formó a sí mismo de manera casual sin ninguna intervención sobrenatural, entonces nada tiene sentido. Ni el universo, ni la vida, ni la existencia del propio ser humano. Solamente seríamos polvo de estrellas sin propósito ni destino.

No obstante,
mediante la aparición de la cosmología contemporánea parecía que se ponía de manifiesto que la unidad y precisión del cosmos apuntaban a la existencia de un Dios sabio y bueno. Un creador que lo habría hecho todo con exquisita perfección y además habría puesto en el ser humano la capacidad intelectual para conocer el mundo y reconocerle a él. La cosmología dejaba así de ser una disciplina fría y distante para adquirir profundas implicaciones teológicas y filosóficas.

Por el contrario,
quienes intentaban por todos los medios expulsar al creador del universo, como procuraba el profesor Stephen Hawking en sus libros de divulgación, se veían obligados a hacerlo desde su filosofía personal ya que los planteamientos de la verdadera ciencia no le ayudaban en nada a ello.

Es curioso cómo en nuestra cultura occidental se le hace tanto caso a los científicos que hablan de temas que no son de su especialidad, como filosofía o teología.
Toda la obra de este famoso catedrático de física teórica de Cambridge ha perseguido siempre el mismo fin, confeccionar un modelo matemático de universo que haga innecesario a Dios. Para ello ha buscado desacreditar la teoría del Big Bang que requiere un acto creador inicial. Sin embargo, sus propuestas suelen presentar varias deficiencias fundamentales: pecan de cientifismo, no hacen buena filosofía, carecen de la suficiente información teológica y, por último, se basan en una falacia.

En efecto, Hawking se refiere en su antigua obra,
Historia del tiempo, a la ciencia físico-matemática como si ésta poseyera el monopolio de toda la verdad. Y poco después, subraya lo contrario al decir que “cualquier teoría física es siempre provisional, en el sentido de que es sólo una hipótesis: nunca se puede probar. A pesar de que los resultados de los experimentos concuerden muchas veces con la teoría, nunca podremos estar seguros de que la próxima vez el resultado no vaya a contradecirla” (Hawking, 1988: 28.) Así pues, ¿en qué quedamos? Si nunca se pueden probar sus teorías cosmogónicas, ¿por qué prestarles tanta atención y divulgarlas con tanta vehemencia y seguridad?

En sus escritos se mezclan continuamente los niveles físico y metafísico sin aclarar nunca de cuál de los dos se está hablando.
Por ejemplo, a las preguntas de carácter metafísico como, ¿por qué existe algo en vez de nada? ¿Cómo es que el orden puede salir del desorden? ¿Es científica la cuestión de creación a partir de la nada absoluta, no de la nada de los físicos? ¿Cómo a partir de seres inconscientes sin inteligencia pueden salir seres humanos conscientes e inteligentes? ¿Tiene sentido creer que del azar y la necesidad pudiera haber salido la libertad? A tales cuestiones, que no son físicas, se responde más bien con constataciones de hecho que con razones reales. Pero describir un fenómeno no es explicarlo adecuadamente.

Cuando se dice que en experimentos de mecánica cuántica ciertas partículas
parecen salir de la nada, ¿qué se entiende por nada? ¿Es esta nada la misma nada original? Es evidente que aquí se está mezclando deliberadamente la nada cuántica de las partículas elementales de la física con la nada primigenia metafísica a partir de la cual Dios creó el cosmos. Sin embargo, el vacío cuántico a que se refiere la física nunca será la nada ontológica de la metafísica y la teología. He aquí una mezcla confusa de términos pertenecientes a dos disciplinas diferentes. A las preguntas de la física no se puede responder mediante soluciones metafísicas y viceversa.

Aunque a primera vista las palabras
comprensión y descripción pudieran parecer equivalentes, lo cierto es que no significan lo mismo. El error de intercambiarlas entre sí es con frecuencia cometido por varios divulgadores científicos. No obstante, describir cómo funciona un organismo o una máquina no es lo mismo que comprender cómo o por qué llegó a existir. Detallar una por una las funciones de los cuerpos celestes y explicar cómo se comportan en la actualidad, no tiene absolutamente nada que ver con su creación original o con el proceso por el que pasaron para llegar a ser lo que son.

Hawking habla de Dios con una ingenuidad que raya en lo infantil.
Lo concibe como alguien incapaz de actuar fuera de las leyes de la naturaleza y que sólo existe desde el origen de la creación. Se pregunta, tal como hacen los niños, acerca de quién creó a Dios, sin darse cuenta que al formular dicha pregunta está negando lo que pretende afirmar. Mencionar la palabra Dios implica referirse a una causa no creada. Pues si tuvo un creador anterior ya no sería Dios. Se puede creer o no en la existencia de Dios, pero quien acepta tal hipótesis no puede preguntarse por su origen sin caer en contradicción.

Cuando Hawking habla de Dios, siempre se está refiriendo a una especie de mecanismo físico que habría puesto en marcha el universo. No aparece nunca en su obra el concepto cristiano de un Dios personal. Y esto, en teología, es fundamental para entenderlo todo.
Si Dios no es una realidad personal, inteligente y libre, entonces el mundo es naturaleza en vez de creación. Una naturaleza que se habría originado, según afirman el panteísmo y el dualismo, como una emanación de la totalidad de lo real y que estaría sometida al imperio de la necesidad. Ésta parece ser la idea de Dios que tiene Hawking. Sin embargo, la imagen bíblica del Creador es muy distinta. El Dios personal de la Escritura hace un mundo que es creación y no naturaleza, en el que la necesidad es sustituida por la libertad. Dios ama a sus criaturas, por eso las crea, y se comporta con ellas como un padre que desea comunicarse.

No es nada serio preguntarse por Dios desde la ciencia física y pretender responderse desde esa misma especialidad. La física sólo puede dar respuestas físicas, nunca teológicas o metafísicas. Sería como analizar el David de Miguel Angel desde la geología, llenando una pizarra con las fórmulas químicas de las variedades del mármol. Las cuestiones de arte debe responderlas el arte, no la geología. Pues bien, este inconveniente es el que se detecta también en la obra de Stephen Hawking.


Finalmente, la pregunta que deja en suspense acerca de si el universo se ha creado a sí mismo sin necesidad de Dios, encierra una falacia. En primer lugar
se basa en la aplicación de la teoría cuántica. Pero no está claro que esta teoría se pueda aplicar a la totalidad del universo, ya que fue desarrollada sólo para partículas ultramicroscópicas y esto generaría serias dificultades matemáticas. Aparte de esto, la idea de un cosmos autocreado no tiene base científica sólida pues, hoy por hoy, no existe una teoría cuántica de la gravedad, imprescindible para desarrollar una hipótesis como la que propone Hawking. Sus planteamientos son por tanto provisionales. Veamos en qué consiste su principal falsedad. En su libro, Historia del tiempo dice: “Si el universo tiene un principio, podemos suponer que tiene un creador. Pero si fuese completamente autocontenido, no tendría principio ni fin: simplemente sería. ¿Para qué, pues, un creador?” (Hawking, 1988: 187.)

Ahora bien, el universo no solamente está formado por objetos materiales como estrellas, planetas, animales o átomos, sino también por leyes físicas que rigen sobre todas estas cosas, como la gravedad, el electromagnetismo o las leyes de la teoría cuántica. Si toda la materia del cosmos hubiera surgido de una fluctuación natural de la ley gravitacional sin necesidad de Dios, lo habría hecho siguiendo ciertas leyes que por definición serían anteriores a la materia. ¿De dónde habrían surgido esas leyes tan perfectas? ¿Quién las habría diseñado? La falacia del argumento de Hawking está en suponer que las leyes de la física son tan perfectas que precisamente por esa perfección deben existir. Pero necesidad lógica no implica necesidad real o física. Se trata del mismo antiguo argumento de San Anselmo acerca de la existencia de Dios. Como Dios es tan perfecto debe existir. No obstante, ambos argumentos fallan por la misma razón. Por muy perfecta que sea la idea de algo, eso no le da necesariamente la existencia. La hipótesis de Hawking acerca del universo completamente autocontenido que se crea a sí mismo es una entelequia que sólo existe en su imaginación.


La existencia de Dios, sin embargo, es un hecho abierto al sentido común del ser humano, sea éste creyente o no
. La admiración y el asombro que produce el universo creado sigue siendo un punto de apoyo importante para concluir que Dios existe.

La verdadera ciencia actual, libre de prejuicios cientificistas y de filosofías parasitarias, contribuye a ampliar esa admiración a que se refería el salmista al contemplar el firmamento.
La ciencia moderna no es contraria a la existencia del creador o al sentido trascendente de la vida humana, sino que confluye cada vez con mayor intensidad en esa dirección porque descubre que el mundo está bien hecho y la inteligencia del hombre está también diseñada para comprenderlo. La cosmovisión científica actual es coherente con la existencia de un Dios personal que gobierna su creación.

Aunque el último libro de Hawking llegue a ser un éxito de ventas, sus argumentos contra la existencia de Dios ni son nuevos ni, por supuesto, determinantes.
Es cierto que la ciencia humana jamás podrá demostrar la existencia de Dios. Pero mucho menos su no existencia.

Fuente: http://www.protestantedigital.com/

René Descartes: “Cogito, ergo sum” – “Pienso, luego existo”.

A Descartes se le señala como el padre de la filosofía moderna. Su quehacer filosófico debe ser considerado a la luz del contexto histórico en que Descartes vivió, una época de grandes incertidumbres.

Algunos de los postulados del gran Aristóteles habían sido desmentidos por la experimentación; los sentidos no eran dignos de todo crédito, como se podía deducir de la teoría heliocéntrica de Copérnico (todos tenemos la sensación de que el sol se mueve, pero resulta que somos nosotros los que nos movemos); la Iglesia había condenado injustamente a Galileo, cuando luego se demostró que era ella la que estaba equivocada.

En medio de este panorama tan confuso, Descartes se pregunta si hay algo que el hombre puede saber con certeza, fuera de toda duda. Descartes necesitaba un punto de apoyo para su pensamiento, pero por el momento lo único que tiene a mano es su propia duda.

De repente todo le parece dudoso, incluyendo su propia existencia y la realidad de las cosas a su alrededor. Y es así como llega a la conclusión de que al menos hay algo de lo que podía estar seguro fuera de toda duda y es el hecho de que él duda. Si aún dudara que esté dudando y pensara que podría estar soñando que duda, aún así estaría dudando.

Y para poder dudar se requiere de un ser pensante que dude (yo no puedo dudar que pienso sin pensar). Y para pensar es necesario que yo exista, porque el pensamiento requiere un pensador. De ese proceso de razonamiento surge su famoso aforismo: “Cogito, ergo sum” – “Pienso, luego existo”.

Ahora bien, partiendo de este principio fundamental, ¿cómo puedo alcanzar la certeza de que los otros existen, que el mundo existe y que Dios existe? Descartes emprende esta tarea colosal analizando su propia duda.

Para saber que duda, él debe conocer que carece de certidumbre. Esta carencia de certidumbre presupone el discernimiento de su propia imperfección (si fuese perfecto no carecería de certidumbre).

Pero para discernir que él es imperfecto debe tener primero la noción de perfección, de lo contrario no tendría ningún parámetro de comparación para saber que es imperfecto. Esta clara idea de perfección debe tener una causa, cuyo efecto no puede ser mayor que la causa que lo produjo.

De ahí deduce que sólo un ser perfecto puede causar la idea de perfección; si la idea de perfección es real, su causa debe serlo también. Descartes llega entonces a la conclusión de que Dios es la causa perfecta de la idea de perfección. Su “Cogito, ergo sum” viene a ser la base para su “Cogito, ergo Deus est” (“pienso, luego Dios existe”).

Pero si Dios existe y es un ser perfecto, entonces no es posible que nos engañe y, por lo tanto, el mundo que percibimos a nuestro alrededor debe ser real también.

Ahora bien, aquí se ha producido un cambio importante en la historia del pensamiento. Hasta Descartes la filosofía medieval se había movido de Dios al hombre; con él se mueve del hombre hacia Dios. El conocimiento del “yo” viene a ser la base de su sistema de pensamiento. Por eso se le conoce como el padre del racionalismo moderno.

De este modo, y seguramente sin estar apercibido de ello, Descartes puso el fundamento para el escepticismo radical que vendría luego. Si el conocimiento parte de lo que cada sujeto sabe y puede diferir de lo que otros sujetos “saben”, era cuestión de tiempo para que se cuestionara la objetividad del conocimiento mismo.

Los cristianos, en cambio, partimos de la premisa de que hay un Dios omnisciente del cual derivamos nuestro conocimiento. El es el “Sujeto” que todo lo sabe y desde Su perspectiva nosotros somos los “objetos” que poseemos apenas una parcela de Su saber.

Fuente oficial de www.culturacristiana.org © Por Sugel Michelén. Todo Pensamiento Cautivo. Usted puede reproducir y distribuir este material, siempre que sea sin fines de lucro, sin alterar su contenido y reconociendo su autor y procedencia.

viernes, 24 de septiembre de 2010

Como Crecer Espiritualmente

No os engañéis: Dios no puede ser burlado: que todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. Gal. 6.7

Dios busca adoradores que le adoren en espíritu y en verdad, esto quiere decir que el Cristiano genuino adora a Dios con el corazón, le obedece y confía en Él (Encomienda al Señor tu camino, y confía en Él, y Él hará. Salmos 37.5). No necesita de ritual o rutina alguna para adorar a Dios y lo hace en todo tiempo y en todo lugar. En otras palabras, el Cristiano verdadero cuida su comunión con Dios y esta ocupado únicamente en el reino de Dios y su Justicia (Mateo 6:33) ¿Te has puesto a pensar que pasaría si todos quienes asisten a la Iglesia fueran cristianos genuinos de la Iglesia de Dios? Seguramente en muy corto plazo no habría lugar para tantos Cristianos pues todos estaríamos haciendo labor de evangelismo.

Cuando las Iglesias están estáticas, sin crecimiento espiritual ni numérico, es síntoma que los Cristianos que las conforman NO están creciendo por lo tanto están débiles y se está apartando de Dios. Satanás está ganando la partida de sus vidas. Así que es necesario volver a los fundamentos. Para crecer espiritualmente es menester atender la recomendación de la misma Escritura que en primera de Pedro capítulo 2 verso 2 dice “Desead como niños recién nacidos la Leche Espiritual (La Palabra de Dios) no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación”.

Requerimientos para el crecimiento espiritual

El cristiano verdadero, necesita alimentarse espiritualmente, y este alimento consiste básicamente de tres cosas, Lectura Bíblica, Oración y Alabanza a Dios. Como resultado de esto, la vida refleja obediencia y sujeción a Dios, y una vida que va de victoria en victoria aún en medio de los problemas

Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí;(Juan 5:39)

Jesucristo dijo que las Escrituras daban testimonio de Él, es decir, que en las páginas del Antiguo Testamento hay toda una historia de la preparación hacia la humanidad del advenimiento del Mesías, el Señor Jesucristo con un solo propósito. Quitar los pecados de la humanidad, mismos que Él llevó sobre sí mismo y por los cuales fue juzgado para morir en la cruz y lavarnos con su sangre.

Ciertamente es maravilloso saber que Jesucristo nos ha hecho aceptos delante de Dios, es hermoso saber que cuando creímos en Él, el Padre nos sella con el Espíritu Santo de la promesa.

(1) “En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, (Efesios 1:13)”

(2) “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. (2 Corintios 5:17)”

(3) “Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana (Isaías 1:18)”

Nuestras vidas son completamente renovadas una vez que hemos nacido de nuevo, y es hermoso saber que Dios tiene reservado para nosotros una vida eterna feliz en las moradas celestes.

(4) “En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. (Juan 14:2)”

Todo esto es hermoso, pero..... ¿Por qué NO tenemos una vida victoriosa en esta tierra?, ¿por qué caemos una y otra vez?, ¿por qué no sentimos las bendiciones de Dios?, ¿Por qué sentimos que no obtenemos respuesta a nuestras peticiones?, ¿por qué somos derrotados por nuestra propia debilidad?,

¿POR QUÉ DEJAMOS DE CRECER?

El Nuevo Testamento es complemento del Antiguo, en este encontramos la maravillosa vida de Jesús y sus milagros y promesas. Contiene una serie de promesas e instrucciones que nos llevan sin duda a vivir de manera victoriosa.

¡Por esto es que debemos leer la Biblia!, “Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón. (Hebreos 4:12)”

La palabra de Dios esta viva, no se trata de letras muertas, un mismo pasaje nos puede enseñar muy diferentes cosas cada vez que la leemos, la Biblia contiene la Palabra de Dios y ha prevalecido por mas de dos mil años. Es un verdadero privilegio tener acceso a ella en nuestros días.

LA ORACIÓN es el medio más eficaz provisto por Dios para comunicarse con Él, “Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público. (Mateo 6:6)”; “Orad sin cesar. Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús (1 Tes. 5.17-18)”

Dios busca adoradores en espíritu y en verdad.

(5) “Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren. (Juan 4:23-24)”

Es menester congregarse para ALABAR A DIOS de manera conjunta con otros creyentes.

(6) “no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca. (Hebreos 10:25)”

Leer la Biblia nos enseña esto y muchas cosas más. En ella aprendemos que no hay mejor voluntad que la voluntad de Dios, aprendemos que nos debemos a Dios y que Él siempre ve por nosotros, y que nuestra vida debe ser una vida de servicio al prójimo por amor a Dios.

“.....las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús. Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.(2 Timoteo 3:15)”

¿Sabias tu que menos del 30% de todos los Cristianos en el mundo han leído por lo menos una vez, la Biblia de tapa a tapa?

Conclusión

“22Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos. 23Porque si alguno es oidor de la palabra pero no hacedor de ella, éste es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural. 24Porque él se considera a sí mismo, y se va, y luego olvida cómo era. 25Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace. Santiago 1:22-25”.


Por: Edgar Ramirez
Maestro de Educación Cristiana

Folleto Noviazgo Cristiano Reeditado

En el año 2008 él administrador de esta pagina Edgar Ramírez inicio una investigación sobre el tema del noviazgo cristiano y junto con las aportaciones al tema de él pastor Calvin George, dieron a luz un pequeño folleto titulado “Noviazgo Cristiano” el documento contiene alrededor de 26 paginas y en ellas una serie de artículos sumamente útiles para los jóvenes cristianos y personas en general que desean emprender una dirección adecuada en sus relaciones, y en especial en el tema del noviazgo según los parámetros permisibles de las sagradas escrituras.

A dos años del haber salido a luz el primer folleto con esta recopilación valiosa sobre el tema, ahora nuevamente el autor de este blog, se ha propuesto hacer una reedición del folleto y poder ahondar en los temas que están expuestos en la primera edición, y de esa manera poder traernos a luz una segunda edición digital totalmente renovada, pero con el mismo énfasis y para bendición de todos los lectores interesados en este tema sumamente importante.

El objeto de Cultura Cristiana es proveer de materiales cristianos de la mejor calidad y de diferente tematica para enriquecer el pensamiento cristiano.

Próximamente se estará publicando acá la nueva edición,para quienes deseen descargarlo leerlo y si se desea compartirlo con amigos y jóvenes que estén frente a una relación de noviazgo.

Quienes deseen obtener la primera edición electrónica por favor dirigirse a las siguientes direcciones electrónicas: edgar.1984@gmail.com o a edgar.1984@culturacristiana.org y con gusto se podrá proporcionar todo el material.

Saludos cordiales,

La Administración

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Lo ultimo: Investigación revela que un fuerte viento le abrió camino a Moisés sobre el Mar Rojo .

Un viento de unos cien kilómetros por hora pudo haber provocado la separación de las aguas en el Mar Rojo y permitido el paso de los israelitas guiados por Moisés, tal como relata la Biblia en el Exodo, según un estudio basado en catorce modelos realizados por ordenador. La investigación no busca negar la intervención divina, sino examinar la posibilidad de que efectivamente las aguas se abrieran y ofrecieran el cruce a pie a través del lecho del mar, algo a lo que da credibilidad.

ABC Imagen del film «Los diez mandamientos»

El estudio, realizado por el Centro Nacional para la Investigación Atmosférica de Estados Unidos y la Universidad de Colorado, sitúa el paso del Mar Rojo muy cerca del Mar Mediterráneo, donde mediciones a través de satélite muestran que un antiguo brazo del delta del Nilo se acercaba al lago Tanis, de poca profundidad y próximo a la costa, cerca de la actual ciudad de Port Said. La fuerza del viento habría repartido las aguas del Mar Rojo -la lengua que sube desde Suez- entre el lago y el brazo del Nilo.





Los científicos creen que un viento de cien kilómetros por hora soplando desde el este durante doce horas habría dejado al descubierto un lecho barroso de algo más de tres kilómetros de largo por casi cinco de ancho por un período de cuatro horas. Se habría tratado de un tiempo suficiente para permitir el paso de los israelitas así como para llegaran sus perseguidores egipcios, que de acuerdo con el relato bíblico, también recogido por el Corán, habrían sido atrapados en el regreso de las aguas a su estado original.

El estudio, titulado “Dinámicas del viento en Suez y el este del delta del Nilo”, cita a un general británico del siglo XIX que anotó su experiencia en el lago Tanis. “Llegó un gran vendaval del este y se hizo tan fuerte que tuve que dejar de trabajar”, explicó. A mañana siguiente, el lago “había desaparecido totalmente y los nativos paseaban por allí sobre el barro”.

“A la gente siempre le ha fascinado esta historia del Exodo, preguntándose qué de verdad hay en ello. Lo que este estudio muestra es que la descripción de la partición de las aguas realmente tiene base en leyes físicas. La partición puede entenderse mediante la dinámica de fluidos. El viento mueve el agua de un modo que, de acuerdo con leyes físicas, crea un pasillo seguro con el agua a los dos lados y luego abruptamente permite que el agua vuelva a su sitio”, afirma Carl Drews, responsable de la investigación.

Fuente: http://www.abc.es


martes, 21 de septiembre de 2010

Tus nervios ponen en evidencia una jerarquia de diseño que señala a Dios.

13 septiembre 2010 — ¿Qué hace que las señales vayan en una dirección en las neuronas? Es importante, porque una señal refleja debida a un golpe sobre la rodilla tiene que ir en la dirección del músculo controlador y de ahí al cerebro, y no de ninguna otra forma. ¿Hay alguna clase de controlador de tráfico que dirija el posicionamiento de las señales de «dirección única» en las neuronas? Desde luego. Según un comunicado de prensa de comunicado de prensa de la Universidad de Georgia, se trata de la enzima MEC-17.


Infografía de un cuerpo celular del que emergen multitud de neuritas. Imagen: Nicolas P. Rougier

Los investigadores no estaban tratando de curar una enfermedad ni derivar una aplicación en base de este descubrimiento; sencillamente, querían saber cómo funciona. ¿Cómo saben las neuronas en qué dirección enviar las señales? Parece que la MEC-17, que estudiaron en lombrices intestinales, en el pez cebra y en células cancerosas humanas, es responsable de situar las señales de tráfico, llamadas marcas de acetilación, en las vías celulares hechas de microtúbulos. Las sendas son muchas de estas marcas están en el extremo de envío, y las sendas con pocas se encuentran en el extremo receptor. Cuando estas marcas no se sitúan apropiadamente, hay malas consecuencias: los peces cebra desarrollan defectos neuromusculares, y los humanos quedan sujetos a enfermedades neuronales debilitantes como Parkinson, Alzheimer y Huntington. Este descubrimiento podría llevar a nuevas estrategias de tratamiento mediante la potenciación o inhibición de la MEC-17.

Al observar que el MEC-17 opera de forma idéntica en animales tan diversos como las lombrices intestinales, peces y humanos, los investigadores dedujeron que «este proceso de acetilación de los microtúbulos que usa MEC-17 es una función evolutivamente conservada». Conservado significa no evolucionado.

Decir evolutivamente conservado es como decir «recto sin dirección». Es una frase vacía de contenido, y no deberíamos dejarnos engañar a pesar que significa nada lógico. Este descubrimiento destaca una vez más que las cosas no suceden porque sí; es imprescindible tener piezas específicas funcionalmente exquisitas para una operación coordinada. Por otra parte, una cuestión que el equipo de investigación parece pasar por alto es: ¿qué controla la MEC-17? Si esta enzima coloca las señales, ¿dónde está el capataz? Lo cierto es que no controlamos conscientemente estos procesos en nuestros organismos. La mayor parte de estos procesos se realizan sin nuestro conocimiento. Es cómo la pregunta de la regresión infinita: ¿quién vigila a los vigilantes? La jerarquía de diseño tiene que detenerse en último término en un Diseñador omnisciente y omnipotente.


Fuente: Creation·Evolution HeadlinesNerve Traffic Cop Identified 13/09/2010
Redacción: David Coppedge © 2010 Creation Safaris - www.creationsafaris.com Traducción y adaptación: Santiago Escuain — © SEDIN 2010 - www.sedin.org Usado con permiso del traductor, para: www.culturacristiana.org area de temas cientificos.

sábado, 18 de septiembre de 2010

¿Se puede demostrar la existencia de Dios?

Con mucho gusto les presento a todos los amables lectores un pequeño artículo que recién estaba leyendo de uno de los blogueros más leídos de México, y por cortesía de: Pulso Digital

Se los comparto, bendiciones para cada uno de ustedes y gracias por sus amables visitas a Cultura Cristiana, casi arribamos a las 50,000. Y creo que mas de algún detalle habrá para todos los que amable y constantemente vistan este espacio.

Cada día se unen más colaboradores con documentos sumamente útiles, junto con lo del los del administrador, pero sin más preámbulo los dejo con el artículo antes citado:

¿Se puede demostrar la existencia de Dios?

Desde que el hombre occidental accedió al pensamiento lógico, ha desarrollado infinidad de sistemas filosóficos (platonismo, neoplatonismo, escolástica), teológicos (panteísmo antiguo y contemporáneo, gnosticismo) y místicos para demostrar la existencia de Dios entendiendo esta palabra en su sentido general de Divinidad, y comprendida ésta como un ente o la participación de varios.

Por lo menos diez pruebas -o argumentos- se han esgrimido para demostrar la realidad de Dios. Cada una ha nacido en el ámbito de una concepción específica de lo divino. Aquí se mencionan sólo las más significativas :

1.- La prueba del sentido común, la cual aparece ya con Aristóteles, Cicerón la enuncia así: "Para demostrar la existencia de los dioses, el argumento más fuerte que pueden aducir es que ningún pueblo es tan bárbaro, ningún hombre tan salvaje, como para no mostrar indicios de la creencia de los dioses en su mente".

2.- Quizá el argumento más sencillo y antiguo sea el llamado teleológico o fisicoteológico, que Filón de Alejandría (siglo 1) formuló de la siguiente manera: "Si se ve una casa construida con cuidado, con vestíbulos, pórticos, apartamentos para hombres y mujeres y para otras personas, nos daremos una idea de artista y no pensaremos que haya sido hecha sin arte y sin artesanos... Del mismo modo el que ha entrado, como en una casa o en una ciudad grande, en este mundo y ha visto el cielo que gira en círculo y contiene todo, los planetas y las estrellas fijas movidos por un movimiento idéntico al del cielo, simétrico, armonioso, útil al todo, y la tierra que ha tenido el puesto central... éste concluirá que todo ello no ha sido hecho sin un arte perfecto y que el artesano de este Universo ha sido y es Dios".

3.- La prueba causal proviene de una rica tradición intelectual inaugurada por Aristóteles, adoptada por Avicena y santo Tomás de Aquino y se "...funda en el principio de que es imposible remontarse al infinito en la serie de las causas materiales y de las causas eficientes, de las causas finales o de las consecuencias y que, por tanto, en toda serie debe haber un primer principio del cual depende la totalidad de la serie..."

4.- El argumento denominado de los grados también fue adoptado por grandes del pensamiento como San Agustín, Aristóteles, Cicerón, Platón, pero halló su forma clásica en san Anselmo: "Si no puede negarse que algunas naturalezas son mejores que otras, la razón nos persuade que no hay una tan excelente que no pueda tener otra superior a sí. En efecto, si esta distinción de grados siguiera al infinito, de modo que no existiera un grado superior a todos, la razón sería llevada a admitir que el número de estas naturalezas es infinito. Pero ya que ello es estimado como absurdo por cualquiera que no esté privado de razón, debe existir necesariamente una naturaleza superior, al punto de no estar subordinada a ninguna otra como inferior".

5.- A ésta, santo Tomás de Aquino la llamó ex possibili et necessario, Leibniz: a contingentia mundi, y Kant: prueba cosmológica. "Avicena... había distinguido al ser en necesario y posible, y definió al ser posible como lo que no existe por sí, sino que para existir tiene necesidad de otro. Por lo tanto, si un posible existe, existe algo que lo hace existir, pero si esta cosa es a su vez posible reenvía aún a otra cosa que sea causa de su existencia y así sucesivamente hasta llegar al ser necesario que es lo que existe por sí..."

6.- Y por último, la prueba de los místicos o por la fe, que Blaise Pascal en uno de sus Pensamientos describe así: "Es el corazón el que siente a Dios y no la razón. He aquí lo que es la fe: Dios sensible al corazón, no a la razón", y continúa: "La fe es un don de Dios".

martes, 14 de septiembre de 2010

"¿Contiene la Biblia errores, contradicciones, o discrepancias?"

Respuesta: Si lees la Biblia tal cual, sin la idea preconcebida de encontrar errores – encontrarás que es un libro coherente, consistente y relativamente fácil de entender. Si, hay pasajes difíciles. Si, hay veros que parece contradecirse uno al otro. Debemos recordar que la Biblia fue escrita por aproximadamente 40 diferentes autores en un período aproximado de 1500 años. Cada escritor escribió con un estilo diferente, desde perspectivas diferentes, para una audiencia diferente, para un propósito diferente. ¡Debemos esperar algunas diferencias! Sin embargo, una diferencia no es una contradicción. Es un error solo cuando no existe en absoluto una manera concebible en la que los versos o pasajes puedan ser reconciliados. Aún si no tenemos una respuesta de momento, no significa que la respuesta no exista. Muchos han encontrado un supuesto error en la Biblia en relación a la historia o geografía, solo para descubrir que la Biblia estaba en lo cierto, después que son descubiertas posteriormente evidencias arqueológicas.

Con frecuencia encontramos en nuestro sitio de internet, entre otras preguntas,-- “¡Explica cómo estos versos no se contradicen!” o --“¡Mira, aquí está un error en la Biblia! Sin duda, hay algunas preguntas que saca la gente que son difíciles de responder. Sin embargo, nos satisface el que hay respuestas viables e intelectualmente plausibles para cada supuesta contradicción y error bíblico. Hay libros y sitios de internet disponibles, que enlistan “todos los errores en la Biblia.” Mucha gente, simplemente saca sus municiones de estos lugares – no encuentran los supuestos errores por ellos mismos. También hay libros y sitios de internet disponibles que refutan todos y cada uno de estos supuestos errores. Lo más triste es que mucha gente que ataca la Biblia no está verdaderamente interesada en una respuesta, todo lo que quieren hacer es atacar. Muchos de los “atacantes bíblicos” aún estando al tanto de las respuestas, continúan usando los mismos viejos y superficiales ataques una y otra vez.

Así que, ¿qué haces cuando alguien se te acerca con un alegato de error en la Biblia? (1) Estudia devotamente las Escrituras y ve si hay una solución simple. (2) Haz una investigación usando alguno de los buenos comentarios bíblicos, libros de “Defensa bíblica” e investiga en los sitios de internet que están disponibles. (3) Pregunta a tus pastores / líderes de la iglesia para ver si ellos pueden encontrar una solución. (4) Si aún no hay una respuesta clara después de que seguiste los pasos (1), (2) y (3), confía en Dios de que Su Palabra es verdad y que existe una solución que simplemente aún no has descubierto (2 Timoteo 2:15; 3:16-17).


Usado con permiso; fuente: http://www.gotquestions.org/

jueves, 9 de septiembre de 2010

El ateísmo de Stephen Hawking

2 septiembre 2010 — Los periodistas científicos están publicando titulares sensacionalistas acerca de las declaraciones de Stephen Hawking de que no hay Dios. Su nuevo libro se titula The Grand Design, un título que suena a teísta, pero de hecho afirma que Dios no es necesario porque nuestra existencia, dice, es consecuencia de la ley de la gravedad.


Stephen Hawking (Oxford, 8 de enero de 1942), célebre matemático y físico especulativo, ha estado luchando durante muchos años contra su esclerosis lateral amitrófica. Ha escrito diversas obras en su intento de formular «la teoría del todo». Fotografía: NASA


Titulares como el de PhysOrg «Dios no creó el Universo: [dice] Hawking», o la cita minimalista de BBC News, «Stephen Hawking: Dios no creó el universo», no son veraces, porque no se trata de una nueva postura o descubrimiento del físico británico, sino más bien una reformulación de sus creencias ya expresadas en su libro de gran venta, Breve Historia del Tiempo. Roger Highfield dice en New Scientist: «Hawking no ha cambiado de parecer acerca de Dios». En realidad, sus creencias son tan antiguas como Einstein, más aún, Spinoza, que creían que todo lo que queramos decir por «Dios» es una mera reformulación de las leyes de la física. Einstein dejó clara su propia posición: «Creo en el Dios de Spinoza que se manifiesta en la armonía ordenada de lo que existe, no en un Dios que se interesa en el destino y las acciones de los seres humanos». Hawking dijo a Highfield: «Si se cree en la ciencia, como es mi caso, se cree que hay ciertas leyes que son siempre obedecidas. Si se quiere, se puede decir que las leyes son obra de Dios, pero esto es más una definición de Dios que una prueba de su existencia». Lo que sí es una novedad es que Hawking parece haber abandonado la esperanza de que la humanidad pueda llegar a una «teoría del todo», cosa que había prometido en Breve Historia del Tiempo.

Craig Callender, escribiendo para «Culture Lab» en New Scientist, daba quizá la información más matizada de la última declaración de ateísmo de Hawking. En su reseña de The Grand Design [El Grandioso Designio], Callender se muestra dudoso de que Hawking haya conseguido su objetivo de eliminar del Universo a un Dios personal y activo. Por una parte, parece que Hawking se apoya en la teoría M, una esperanza futura para una realidad que sólo se vislumbra parcialmente mediante diversas teorías de las cuerdas. La teoría M puede significar también el conjunto de todas las teorías actuales de las cuerdas. Por otra parte, la confianza de Hawking descansa en un hipotético e incognoscible multiverso. Callender desarrolla el tema:

La teoría M en cualquiera de ambos casos dista de estar completa. Pero esto no detiene a los autores de afirmar que explica los misterios de la existencia: por qué hay algo en lugar de nada, por qué este conjunto de leyes y no otro, y por qué existimos en absoluto. Según Hawking, se sabe lo suficiente acerca de la teoría M para ver que Dios no es necesario para dar respuesta a estas preguntas. En lugar de esto, la teoría de las cuerdas apunta a la existencia de un multiverso, y este multiverso, junto con el razonamiento antrópico, es suficiente. Personalmente, lo dudo.

Tomemos la vida. Tenemos la suerte de vivir. Imaginemos todas las formas en que la física hubiera podido impedir la vida: la gravedad podría ser más fuerte, los electrones hubieran podido ser tan grandes como pelotas de baloncesto, etcétera. ¿Justifica esta «suerte» intuitiva la postulación de Dios? No. ¿Justifica la postulación de una infinidad de universos? Los autores y muchos otros creen que sí. Pero en ausencia de una teoría, esto no es más que una corazonada condenada —hasta que comencemos a observar el surgimiento de universos al ser— a permanecer no ensayada y sin posibilidad de ensayo. La lección no es que estamos ante un dilema entre Dios y el multiverso, sino que no deberíamos descarrilar a la primera señal de coincidencias.

El pensamiento crítico de Callender era una ráfaga de viento fresco en comparación con las regurgitaciones que hacían los otros artículos de la postura de Hawking, pero omite explicar a qué se refiere por el descarrilamiento que cree que han sufrido Hawking y su coautor Leonard Mlodinow. ¿Dónde comienzan los raíles? ¿Dónde acaban? ¿En qué dirección van? ¿Cómo sabe alguien que está encarrilado o que ha descarrilado?

Cosa todavía más alarmante, Callender afirma que la posición de Hawking aboca al perspectivalismo —una ontología antirrealista que afirma la posibilidad de múltiples e independientes perspectivas de la realidad, cada una de ellas dependiente de su modelo, cada una de ellas desesperadamente incompleta. «Esta radical teoría sostiene que no existe, ni siquiera en principio, una única teoría integral del universo», explica Callender. «En lugar de ello, la ciencia ofrece muchas ventanas incompletas sobre una realidad común, donde una no es más “cierta” que otra». Esta filosofía, advierte él, lleva a «un alarmante antirrealismo» que parecería excluir cualquier posición defendible tanto de Hawking como de nadie más, porque «no sólo la ciencia fracasa en proporcionar una sola descripción de la realidad, dicen, sino que no hay en absoluto una realidad independiente de teorías». Desde luego, esto suena indistinguible del relativismo posmoderno. Lo que pueda ser cierto para Hawking no sería cierto para ti o para mí, de modo que, ¿para qué dedicarse a la ciencia en absoluto? La suposición de Hawking de que las leyes de la naturaleza producirán resultados garantizados puede ser vulnerable a la falsación, lo que minaría mucho de su visión del mundo. The Economist imprimía un reportaje revelador que sugiere que la constante de estructura fina, ella misma dependiente de diversas constantes físicas, puede variar de lugar en lugar en el universo, en contra de la suposición de la mayoría de físicos durante siglos. En tal caso, esto tiene otras consecuencias —que las mediciones de la edad del universo y de la escala de distancias podrían también variar, y que los humanos podrían ocupar una situación todavía más privilegiada en el cosmos de lo que se ha reconocido hasta la fecha. Parece como un «Grandioso Designio» más allá de la limitada perspectiva de Hawking. Para un paladeo adicional acerca de lo que los cosmólogos pueden saber y lo que no pueden saber, véase el debate acerca de la teoría de la energía oscura en New Scientist: «Un vacío que es un vacío verdadero resuelve el enigma de la energía oscura». (Si el lector creía que un vacío estaba vacío por definición, tiene que saber que se precisa de un físico teórico para proporcionar la necesaria circunlocución.) Las sorpresas experimentadas durante la última década deberían llevar a graves dudas de que ningún cosmólogo vivo tenga ninguna clara comprensión de la realidad.

Un simple principio puede hacernos más sabios que Stephen Hawking. No necesariamente más inteligentes, sino más sabios. Es la capacidad de detectar la falacia de la autorrefutación y sus análogos: las creencias arbitrarias, la petición de principio y presuposiciones no fundamentadas. Mientras Hawking estaba ocupado tecleando en su sintetizador de lenguaje para decirnos que Dios está en el paro debido a que las leyes de la naturaleza llevarán a cabo todo el trabajo, estaba con ello invocando la mente, la razón, la lógica y la inteligencia. Pero ninguna de éstas son leyes de la naturaleza. Pertenecen al ámbito racional de los conceptos. Además, el concepto mismo de «ley de la naturaleza» está cargado de cuestiones que exigen respuestas: ¿son las leyes de la naturaleza decretos de Dios, o meramente patrones observados por la experiencia? ¿En qué ámbito existen las leyes de la naturaleza, y cómo ejercen su voluntad sobre una realidad carente de mente? Para empezar, ¿qué queremos decir por el preciso término de «naturaleza»? Hawking no tiene derecho a emplear un concepto que no puede justificar.

Aún más demoledor para la perspectiva de Hawking es que él comienza con algo —las leyes de la naturaleza y un multiverso— en lugar de empezar con nada. Luego tiene la desfachatez de decirnos que esto explica por qué hay algo en lugar de nada. El desaparecido Francis Schaeffer recordaba a sus estudiantes que los teístas pueden girar las tornas sobre los ateos a los que les encanta plantear el argumento de «¿Quién hizo a Dios?» respondiendo con el «algo» que por lo general dan como supuesto que ya existía, esto es, ¿de dónde vinieron las leyes de la naturaleza? ¿De dónde vino la gravedad? ¿De dónde vino el supuesto multiverso? Schaeffer insistía en que los secularistas no pueden decirnos que el universo vino de la nada, a no ser que acepten que nada es nada: ni leyes, ni campos, ni energía cuántica, ni categorías, ni mente, ni evolución —realmente nada. Él ilustraba el concepto dibujando un círculo en una pizarra y anunciando que el círculo contenía la totalidad de la realidad. Luego borraba el círculo. La omisión de Stephen Hawking de retrotrarse totalmente a la nada es la última encarnación del chiste de: «No, no, hazte tu propio barro» (que aparece al final de la reseña ¿Una nueva forma de vida artificial? — Crónica de un plagio).

Una vez más, Hawking y sus seguidores no pueden defender su visión del mundo sin robar bienes de la despensa judeocristiana. Uno no puede conseguir algo a partir de nada nada, y si preexistió algo material, no puede ser eterno, por la ley de la entropía. Una vez más, la evidencia de la creación (sugerida por su «razonamiento antrópico» y el asombro de Callender por nuestra suerte de estar vivos, como si la «pura loca suerte» fuese una explicación científica) es abrumadoramente clara para todos. Así, con todo su cerebro y educación, Stephen Hawking se cierra a la realidad, buscando cualquier explicación, por absurda que sea, para excluir a Dios. La arbitrariedad y la inconsecuencia son, ambas cosas, fruto de la falta de sensatez. Esta insensatez se denuncia en Romanos 1:16-22. Desde la insensatez se puede demostrar cualquier cosa, y se pueden demostrar cosas contrarias entre sí. También es una insensatez mantener una postura materialista desde la conciencia del ser. Estas tesis llevan a posturas que caen de lleno en las especulaciones voluntaristas, como aparece en El universo está loco, loco, ¡loco! y hasta extremos tan absurdos como el reflejado en New York Times: Los cosmólogos se han dejado los cerebros por ahí.

Stephen Hawkings es uno de tantos ejemplos de personas sumamente inteligentes pero con un programa materialista, como el que dejaba explícito el también materialista Richard Lewontin, catedrático de la Universidad de Harvard, que en un arrebato de sinceridad confesó:

«... tenemos un compromiso previo, un compromiso con el materialismo. No se trata de que los métodos y las instituciones de la ciencia nos obliguen de alguna manera a aceptar una explicación material del mundo fenomenológico, sino al contrario, que estamos obligados por nuestra adhesión previa a las causas materiales a crear un aparato de investigación y un conjunto de conceptos que produzcan explicaciones materiales, no importa cuán contrarias sean a la intuición, no importa lo extrañas que sean para los no iniciados. Además, este materialismo es absoluto, porque no podemos permitir un Pie Divino en la puerta.»

Richard Lewontin, en
New York Review of Books
(9 de enero de 1997, p. 31).

Deseamos lo mejor para Stephen Hawking. Que pueda reconocer a Dios mediante Jesucristo, el vencedor de la muerte, a Aquel que puede darle una vida plena en resurrección en los cielos nuevos y la tierra nueva anunciados. Aquel que se convirtió en el apóstol Pablo tuvo que oír estas palabras de Jesucristo: «Dura cosa te es dar coces contra el aguijón» (Hechos 9:5). Por otra parte, y en el contexto de la dolencia del físico británico y del argumento de la existencia del mal en nuestro universo, añadimos a continuación unas consideraciones ya dadas en una anterior entrada en este mismo blog:

Sobre el origen de la enfermedad y de la muerte

Probablemente, no habrá escapado a la atención del lector que los virus y las bacterias causantes de enfermedades contienen la misma maquinaria de alta tecnología que las células «benéficas». De hecho, muchas de las peores epidemias son causadas por unos organismos que emplean unas exquisitas máquinas moleculares contra nosotros. Esto desde luego plantea cuestiones filosóficas y teológicas. Se trata del permanente problema del origen del mal en la naturaleza.

La respuesta darwinista no es nada útil; dice que no hay nada que sea malo. Todo lo que es, está bien; o, más exactamente, lo que es, ahí está. Todo lo que existe, existe en el contexto de su propia lucha por la existencia. ¿Pero para qué luchar, si la existencia carece de significado? Hemos andado mucho camino desde que, en el siglo 18, los deístas, y luego los ateos, presentaban la naturaleza como buena y benéfica. Ellos argumentaban sobre esta base que debíamos erigir nuestra moralidad sobre la observación de que todos los seres vivientes buscan el placer y rehuyen el dolor. Pero, ¿deberíamos plantear esto de forma corporativo, o a nivel individual? Si corporativamente, ¿qué huevos debemos cascar para hacer la tortilla? Mirando retrospectivamente, esta ha sido una forma desastrosa de formular un contrato social. Esto también da por supuesto que se pueden derivar categorías morales objetivas de la naturaleza. Alguien verá un hermoso amanecer, otro, una amenaza de lluvia. Uno puede admirar la hermosura de los Alpes, otro puede considerar que se trata de un amontonamiento caótico de rocas. Y es más que dudoso que un biólogo natural se sienta desapasionado acerca del mal en la naturaleza si cae víctima de la hepatitis C. Por demás, la perspectiva naturalista es inconsecuente. El naturalista no la puede describir sin el Complejo de Yoda, saliendo de su piel naturalista y pontificando acerca de la verdad y de la realidad desde un imaginado plano de verdadera personalidad inexistente en base a una perspectiva estrictamente materialista.

La postura cristiana no carece de sus propios problemas en los detalles, pero proporciona un marco coherente para comprender el mal en la naturaleza. A diferencia del deísmo, que intenta contemplarlo todo como providencialmente bueno, la perspectiva bíblica contempla la naturaleza como caída desde su bondad original. El deísta Rousseau nos querría hacer creer que el camino de la felicidad es aproximarnos a la naturaleza y dejar que nuestras tendencias naturales sean nuestra guía. Observemos que tenía que invocar su Complejo de Yoda para decir tal cosa; lo escribió en libros, desde su vida de pequeño burgués; no viviendo desnudo en una selva tratando de encontrar caza para subsistir. Apelaba a conceptos y a principios que suponía ciertos. Como sucede con las filosofías más atractivas, sus puntos de vista contenían unas medias verdades que persisten en algunos movimientos modernos. Pero es dudoso que hubiera considerado un cataclismo natural como evidencia de una deidad benevolente, o las conductas de muchas tribus aborígenes que subyugan a las mujeres, desfiguran a los niños y canibalizan a sus enemigos, como modelos sobre los que construir una sociedad natural.

Nosotros, que conocemos el origen del hombre, sabemos con certidumbre que la muerte no procede de la naturaleza, sino del pecado.

Tertuliano (160-230 d.C.)
Tratado De Anima, 52

La descripción que la Biblia da de la Caída nos proporciona el suficiente detalle para ponernos a pensar acerca del mal en la naturaleza en un marco coherente, aunque podemos encontrar lugar para algunas diferencias de opinión. Se nos dice que el mal entró con la caída de Satanás y con la capitulación del hombre a la tentación a dudar de la palabra de Dios y a desobedecerla. Aprendemos de la Escritura que el mundo cayó bajo una maldición debido al pecado, y que en la maldición se incluía el mal en la naturaleza: espinas, dolor en el alumbramiento, dificultades en la agricultura. Aparentemente, estos cambios tuvieron lugar de forma inmediata por acción de Dios. El mundo fue de nuevo juzgado por un diluvio cataclísmico porque «todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal» (Gn. 6:5). Pablo nos dice que la creación gime como en dolores de parto, en espera de la consumación (Romanos 8:19-23). Y aprendemos por la Escritura que Dios permanece misericordioso y bueno para Su creación, y que Su providencial cuidado, Su sabiduría y gloria siguen siendo abundantemente evidentes ante todo, y no sólo para los creyentes (Salmo 19, Salmo 104). Mientras, el objeto de las más excelsas aspiraciones del hombre deberían centrarse en el cielo, no en los placeres de este mundo.

Dentro de este contexto se pueden plantear algunas cuestiones adicionales. Al ir saliendo a la luz tantos detalles acerca de unos exquisitos mecanismos en los virus y en las bacterias que causan enfermedades, ¿cómo debemos interpretarlos? ¿Diseñó Dios estas máquinas con el expreso propósito de causar dolor? Si así fuese, estaría en Su derecho como Juez de todos para ejecutar juicio. No condenamos a los jueces humanos por causar dolor e incluso la pena de muerte cuando la ley la impone. Todos estamos bajo pena de muerte por nuestro propio pecado. La verdadera maravilla no es por qué el sufrimiento nos parezca al azar, sino por qué Dios nos deja vivir tanto tiempo, cuando en Su justicia podría haber borrado la vida de este mundo. Sin embargo, en ciertos casos el dolor podría proceder de la acción indirecta de Dios, al haber relajado algo de Su providencia de las formas de vida que fueron al principio dadas para nuestro bien, dejando que las mutaciones y la degeneración operen según las leyes de una creación bajo maldición. Incluso los biólogos evolutivos se plantean cuestiones acerca del origen de las toxinas y acerca de cómo pudieran haberse modificado sus estructuras. Los creacionistas no tienen problemas acerca de que unos mecanismos ya existentes fuesen cooptados para otros usos bajo presiones selectivas; lo que está fuera del alcance explicativo de la tesis evolucionista es el origen de una información compleja de novo; la improbabilidad de su origen está fuera del alcance del azar. Quizá las bombas de aguja en las bacterias y los mecanismos de modificación genética en los virus tenían originalmente una función benéfica. La realidad de que la inmensa mayoría de estos microbios son benéficos da credibilidad a esta idea; un artículo en Science Daily comunicaba que la misma bacteria responsable de las úlceras estomacales puede proporcionar protección contra la tuberculosis. Esto podría indicar que los microbios pueden compensarse entre sí, y que quizá están en un estado descompensado. Algunos teólogos podrían plantearse si las fuerzas espirituales del dominio de Satanás tienen una capacidad limitada para enfrentar componentes de la naturaleza entre sí —no ejercitando un poder creativo, sino como las calamidades que aparecen en el Libro de Job, tomando las fuerzas ya existentes de la naturaleza (fuego, huracanes) y volverlas contra el hombre. Esto sería algo análogo al caso de los piratas informáticos que usan ordenadores y redes ya disponibles y los transforman en medios para hacer daño. Esto, naturalmente, quedaría dentro de la voluntad permisiva de Dios. Esta breve lista no agota las posibilidades. La Biblia proporciona una información suficiente, pero no exhaustiva, para dar razón de esta cuestión. También nos concede el poder de la oración para buscar alivio en medio de las aflicciones naturales de la vida —aunque sabemos que la muerte física no puede ser retardada indefinidamene —hasta el regreso de Jesucristo. Indudablemente, si supiéramos cada calamidad que nos fuese a sobrevenir, y el día de nuestra muerte, nos sentiríamos tentados a postergar nuestra respuesta a la invitación de nuestro Hacedor a reconciliarnos con Él (2 Corintios 5:11-21; Evangelio de Juan 3:16). La incertidumbre de la vida así como la presencia del mal en la naturaleza deberían llevarnos a refugiarnos en el llamamiento de Su amor y en la provisión de Su salvación.

Hay abundante literatura acerca de las soluciones propuestas acerca del problema del mal natural. Sólo la perspectiva bíblica es coherente en el sentido de que el mal natural es contrario a la voluntad divina, pero que la voluntad divina lo usa durante el tiempo presente para propósitos que son para bien. A diferencia de las soluciones evolucionistas, panteístas, deístas, animistas o místicas, que no pueden distinguir entre el bien y el mal de una manera consecuente o coherente (o que tratan de negar el bien y el mal de forma absoluta), la perspectiva bíblica del mundo da a las personas la libertad de enfrentarse al mal y a luchar para eliminar el dolor en esta vida, a la vez que el reconocimiento de que el objetivo de la humanidad es buscar el reino de Dios, en el que el mal quedará vencido para siempre. Así, la medicina y la ciencia son en el presente unas aplicaciones lógicas de la perspectiva bíblica del mundo, en espera del venidero perfecto Reino de Dios.


Lecturas suplementarias:


Usado con permiso del traductor para: www.culturacristiana.org

Fuente: Creation·Evolution HeadlinesStephen Hawking His Atheism 2/09/2010
Redacción: David Coppedge © 2010 Creation Safaris -
www.creationsafaris.com Traducción y adaptación: Santiago Escuain — © SEDIN 2010 - www.sedin.org